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Devaluación, suba de precios y ventas en baja: ¿cómo impacta en las automotrices el nuevo salto del dólar?

Directivos de marcas líderes dieron su visión sobre las variables económicas que preocupan al sector y los cambios necesarios para crecer a futuro
13/08/2018 - 11:01hs
Devaluación, suba de precios y ventas en baja: ¿cómo impacta en las automotrices el nuevo salto del dólar?

Los últimos dos meses desencadenaron una turbulencia que cambió drásticamente el tablero de juego para las automotrices, lo que obligó a recalcular todas las proyecciones para este 2018.

Las consecuencias se sintieron rápidamente en las ventas internas. Tras un 2017 de fuerte recuperación y un primer semestre que marcó un récord histórico, los patentamientos culminaron junio y julio con un desplome del 17% promedio.

Así, el objetivo de acerarse a la meta del millón de autos vendidos parece evaporarse indefectiblemente, al menos para este año.

En el caso de los patentamientos, la baja fue producto de varios factores que se combinaron, que restaron confianza a los compradores y que no pudieron evitar los concesionarios.

Entre las principales causas figuran, por un lado, la devaluación repentina, que impactó en los precios de los autos 0km, los cuales acumularon un salto del 40% en el año. De ese total, 30 puntos estuvieron concentrados en apenas dos meses.

El otro factor fue el incremento de las tasas de interés, las cuales se duplicaron en el mismo plazo, trepando hasta un 45%, un dato clave considerando que el 50% de las ventas de autos se hacen con prendas, al tiempo que concesionarios y fábricas recurren a los créditos para apalancar sus operaciones.

Los planes de ahorro también sufren el contexto y en los salones advierten por una desaceleración en las suscripciones y una mora importante en el pago de las cuotas debido a que fueron subiendo desproporcionadamente producto de la inflación.

Se estima que, este año, el 50% de los suscriptores están debiendo una o más cuotas o directamente cancelaron la compra.

La contracara de la suba del dólar y la caída de ventas internas está dada por la mejora de la performance de las exportaciones, que ahora está ayudando a darle más impulso a la industria. Así, en julio la producción creció casi 9% interanual, mientras que las ventas al mundo treparon nada menos que un 74%.

Consultadas por iProfesional, para la mayoría de las marcas la devaluación era necesaria porque el dólar estaba atrasado.

A este negocio los favorece una divisa estadounidense más alta para poder exportar. Sin embargo, el negocio también requiere de previsibilidad, porque la producción nacional depende de la importación, ya que la integración nacional de piezas es del orden del 30% en promedio.

Frente a este delicado equilibrio, Cristiano Rattazzi, presidente de FCA (Fiat-Chrysler), afirmó que su visión es que "la Argentina tiene que exportar más e importar menos. Es una necesidad que tenemos especialmente en el sector industrial. Y la realidad es que con el dólar a $20 no se podía vender casi nada en el exterior. El nivel de pérdida y que teníamos en la exportación con la divisa en ese nivel era tremendo. Ahora, en cambio, la ecuación volvió a ser interesante y empezamos a mirar a más mercados".

Diego Vignati, director general de Nissan Argentina, coincidió al señalar que un dólar a $20 "no era viable" para la industria. Y si bien considera que esto genera un estímulo para captar negocios en el exterior, ahora la clave pasará por recomponer la rentabilidad perdida.

“Estamos aumentando moderadamente los precios. El promedio de suba es de 5% y todavía falta más. Hay que pensar que nuestros costos aumentaron a un ritmo bastante similar al que se incrementó la moneda. Ahora debemos ver cómo corregir los valores y cuánto estará dispuesto a convalidar el mercado", señaló.

En paralelo, Hernán Vázquez, CEO de Volkswagen Argentina, sostuvo que "todos en el sector entendíamos que el dólar estaba algo atrasado".

Sin embargo, advirtió que los movimientos bruscos siempre generan dificultades: "A nosotros nos afecta cuando los bandazos son muy violentos. Lo que nos cuesta es entender una devaluación que en una o dos semanas te arrastra un 20 o 25% porque no hay forma de generar certidumbre. Compramos vehículos afuera, insumos para la fabricación de productos a otros mercados y necesitamos dólares para pagar nuestras deudas", señaló.

Gabriel Cordó Miranda, country manager de PSA, apuntó en la misma dirección: "la incertidumbre que generó el salto brusco del tipo de cambio no ayudó a la industria. Cuando las variables se revolucionan tanto no es conveniente. No es bueno que sea tan fuerte y en un plazo tan corto, porque es un negocio que necesita previsibilidad".

En la misma línea, el número uno del grupo explicó que "si trabajás en un mercado que crece al 20% pero al mes siguiente cae un 18%, es algo que no puede ser bueno en ningún sentido”.

Otra de las marcas que dio su visión sobre el mercado fue Renault, desde donde apuntaron a los costos que tienen que enfrentar y el traslado a precios.

“Hay que esperar que la tormenta se calme todavía más", planteó Luis Fernando Peláez Gamboa, número uno de la marca y presidente de la Asociación de Fábrica de Automotores -ADEFA-.

En este escenario, aseguró que la estrategia hoy es ir moviendo el precio de los vehículos pero de acuerdo a cómo el mercado lo permita: “Hasta el momento no se está cubriendo 100% la devaluación, pero es una tendencia normal en la cual lo que se busca es el equilibrio entre rentabilidad y market share".

¿Qué pasará con las inversiones?

Este cambio de rumbo se da en un contexto de mucha confianza de las automotrices en el país, las cuales en los últimos tres años, y hasta 2023, comprometieron inversiones por u$s5.100 millones.

La gran pregunta es si esta situación puede provocar algún cambio de planes y si todavía están hay tiempo de dar marcha atrás.

Sin embargo, en las grandes marcas aseguran que este temblor pasará y que en el Gobierno, con las mesas sectoriales, se está trabajando muy bien para salir adelante.

"Estas no son situaciones permanentes, pero si la tendencia sigue hay herramientas de trabajo: salir a buscar nuevos destinos en el mundo e integrar más partes locales, lo que nos permitirá capear la crisis”, aseguró Peláez Gamboa.

Un tema muy importante es qué pasará en los próximos meses con las ventas. Hasta hace unos meses atrás había perspectivas de crecer hasta las 950.000 unidades. Incluso, algunos directivos soñaban con llegar hasta el millón.

Estas proyecciones desembocaron en mayor producción de las automotrices, las cuales se prepararon para tener mucha oferta y responder a la demanda, situación que hoy juga en contra.

Incluso, las marcas acompañaron con muchos lanzamientos y muy importantes, pensados tanto para el mercado masivo como para la alta gama: desde un Chevrolet Spin y Ford Ka, para el segmento más bajo, hasta un BMW X2, Volvo XC40 o Range Rover Velar para la alta gama.

Sin embargo, ahora el sector está apuntando a un nivel de ventas de 820.000 unidades. Es decir, una caída del 9% respecto de los niveles de 2017.

“Hace días que no entra nadie al local”, explicaron desde un concesionario oficial de una marca líder.

Sucede que, la imposibilidad de cerrar operaciones, abre otros problemas que necesitan urgente solución, y es que los concesionarios se encuentran con el stock más alto de los últimos tiempos, y esto incrementa aún más los gastos.

"Estamos frente a un panorama complejo. Por un lado, sufrimos el impacto de la devaluación, que se tradujo en un fuerte aumento en el precio de los vehículos. A esto se sumó la caída de la financiación bancaria, por el aumento de las tasas de interés, que la redujo notablemente. Además, los concesionarios seguimos con un nivel de stock que es el más alto de la historia, con un alto costo financiero”, afirmó Dante Álvarez, presidente de ACARA.

En este contexto, hay marcas que están apelando a diversas estrategias. Como Renault, que decidió sortear 10 Kwid con sólo entrar a un concesionario.

Planes a mediano y largo plazo

El futuro resulta incierto hoy para las marcas. Solamente Toyota prevé crecer, espera que las exportaciones crezcan y producir más de 140.000 unidades, que es la capacidad actual, hasta las 150.000 en 2019. Para ellos abrirá nuevos mercados, tanto de Europa como Sudáfrica.

El resto de las marcas, ya están pensando en ajustar la fabricación en los próximos meses, al tiempo que hay algunas suspensiones de personal, aunque el resultado de ADEFA seguiría siendo positivo hacia fin de año.

La respuesta que se encuentra internamente es “hay que seguir apoyando el cambio”, cuidar los precios para no espantar a la demanda y ser prolijos con los descuentos, para no perder más rentabilidad.

En general, hay confianza en el Gobierno y en la posibilidad de sucumbir la crisis, aunque no están de acuerdo con cambios tan violentos que desequilibren en dos meses los planes de años.

En el último trimestre de 2018 se podría dar alguna señal positiva de que todo vuelve a la normalidad.