Un "cisne negro", en este caso político, golpeó por tercera rueda seguida al mercado bursátil y llenó de incertidumbre a los inversores. La Bolsa porteña cayó nuevamente con fuerza este miércoles por ventas de acciones de los sectores energético y financiero, por las tensiones comerciales a nivel global y la prudencia por la investigación judicial que algunos denomin "Gloriagate". 

Este marco doméstico convulsionado llevó a que el riesgo país tocase su nivel máximo de los últimos tres años -619 puntos-, y que se registren caídas en los precios de las acciones argentinas, tanto a nivel local como en el exterior, de hasta 23% en apenas seis ruedas.

La caída se percibe como más grave si se tiene en cuenta que fue a contrapelo del mercado regional: las bolsas de Santiago, Bogotá y Lima registraron subas, mientras que el Bovespa brasileño apenas retrocedió medio punto.

Esta situación parece reafirmar las sospechas de quienes creen que el mal momento del mercado no solamente está motivado por el escenario recesivo sino, sobre todo, por la conmoción política causada por el nuevo escándalo de corrupción política en la financiación de la obra pública. 

El temor a que estas revelaciones puedan ralentizar la inversión en infraesturctura y, por lo tanto, prolongar el escenario recesivo, está golpeando la cotización bursátil de todas las compañías argentinas, y despertó cierta cautela inversora a nivel local e internacional.

El índice Merval de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) perdió 4% el miércoles, para ubicarse por debajo de los 26.700 puntos, luego de haber acumulado una baja del 5% en las anteriores dos sesiones.

Entre las mayores bajas, se destacaron los papeles de Metrogas (-8,5%), seguido por Transener (-8,3%), Banco Macro (-7,3%), Distribuidora de Gas Cuyana (-7,3%) y Ternium, con un descenso del 6,9 por ciento. La acción de Metrogas se desplomó con más fuerza no sólo al entorno local complejo por el destape de los casos de corrupción en empresas, sino también porque presentó su balance con una pérdida neta de $1.799 millones durante el segundo trimestre del 2018, que se compara con una ganancia de $200 millones en el mismo periodo de 2017.

De igual manera, acumula una pérdida en el primer semestre de 2018 de $2.200 millones, en contraste con la ganancia de $780 millones en los primeros seis meses del 2017.

Por el lado de Ternium del Grupo Techint, sus acciones descendieron 6,9% este miércoles debido a que empresa también está afectada por la "causa de los cuadernos" al ser detenido un ex empleado de la misma por sospechas de sobornos. De hecho, este papel ya cayó 6,4% el martes y el lunes otro 6%, por lo que suma en todo el mes una descenso de 12,2 por ciento.

A nivel general, en todo agosto el Merval ya acumula un negativo de 9%, con acciones que se desploman hasta 22,8% en apenas seis ruedas negociadas, como es el caso de la constructora Holcim.

"Primero la devaluación y el derrumbe en la demanda de créditos, después la recesión, los #cuadernitos y ahora se abre una investigación contra Acindar por posible abuso de poder dominante. El sector de la construcción no da respiro. Seguir evitándolo", recomienda el analista Gustavo Neffa.

En paralelo a lo que sucedió con el principal índice de Buenos Aires, en Wall Street se vivió una situación similar, ya que las acciones de papeles argentinos que cotizan allí con formato de ADR operaron con amplia mayoría de bajas, destacándose Macro, con un desplome de 8,2%, seguido por Edenor (-7%) y Grupo Supervielle, con un retroceso del 6,6 por ciento. 

Por el lado de los títulos públicos que cotizan a nivel local, entre los más negociados fue relevante el retroceso del Discount en pesos, del 1,4%, seguido por la baja del Bonar 2027 de 1,2%. En cambio, el Bonar 2024 ascendió 0,5 por ciento.

El volumen total operado en la última rueda de la plaza bursátil fue moderado, debido a que en total se registraron transacciones por $12.600 millones. Para tener una idea, en una jornada poco atractiva se contabiliza un monto global de $7.000 millones, en cambio la cifra máxima anotada en el recinto ha llegado a tocar en alguna sesión de junio pasado un récord de $34.000 millones.

En consecuencia al clima político por las investigaciones sobre los sobornos en políticos y empresarios, el riesgo país de Argentina trepó el miércoles a sus máximos en tres años (desde agosto de 2015). Así, el índice elaborado por el banco JP Morgan subió a los 619 puntos básicos, con incremento de 26 unidades respecto al martes.

Para el analista Salvador Distefano, la aparición de los cuadernos es "un hecho disruptivo que viene a cambiar el orden vigente en materia económica, política y empresarial. Todos sabemos como comenzó, nadie sabe cómo terminará. Las empresas afectadas tendrán que pagar impuestos, cambios en los flujos de fondos, en el valor de las empresas, y quien te dice, en los dueños".

Por lo que considera que las expectativas de subas de acciones y bonos "quedaran truncadas con este escenario económico, no vendrá dinero fresco el país en este contexto judicial, que involucra a propios y extraños". 

Adicionalmente, los operadores miraron con atención la nueva licitación de Letras del Tesoro en dólares, que con un plazo de 182 días se efectuó el Gobierno bajo la modalidad aplicada en los últimos llamados para pagar una tasa menor, mediante la garantía de un mínimo de rendimiento y la eliminación de la restricción de relación entre los tramos competitivo y no competitivo.

"Para las carteras concentradas en activos argentinos, las Letes funcionan como mitigadores de la volatilidad, al ser instrumentos de renta fija de corto plazo. En medio del contexto de incertidumbre actual, lucen adecuadas como instrumentos de sesgo conservador", destacaron desde Puente.