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La devaluación golpeó fuerte a las marcas de ropa importada que no producen en el país

Firmas como Wanama y Legacy presentaron convocatoria de acreedores. Tienen que saldar deudas por compras con un dólar a $19 que hoy está en $28
11/08/2018 - 12:15hs
La devaluación golpeó fuerte a las marcas de ropa importada que no producen en el país

La decisión de varias firmas de ropa de comprar ropa en el exterior en lugar de fabricarla en el país se convirtió hoy en un grave problema para las marcas, tras la devaluación abrupta que se vivió en los últimos dos meses.

Esta situación dejó a varias empresas "tecleando", por la imposibilidad de hacer frente a una deuda que cotizaba con un dólar a $19 y que hoy trepó hasta los 28 pesos.

Fue justamente el fin del atraso cambiario el que modificó las reglas de juego, con la cotización de la divisa norteamericana que había evolucionado a un ritmo muy inferior al de la inflación entre 2016 y 2017, y que se sostuvo hasta fines de abril de 2018.

La salida de fondos colocados en LEBAC del Banco Central que se pasaron a dólares en mayo y junio quebró la barrera montada por el fuerte endeudamiento público en dólares y las tasas de interés en pesos en el 40% anual, tal como explica Infobae.

Posteriormente, el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, renunció a su cargo y fue reemplazado por el ex ministro de Finanzas Luis Caputo; el presidente Macri debió acudir al FMI para un auxilio financiero de u$s50.000 millones y el dólar escaló hasta los $30, un 50% más caro que a fines de 2017.

Esa devaluación, la más importante desde el colapso de la Convertibilidad durante la crisis de 2001-2002, tuvo particular impacto en la contabilidad de muchas marcas de ropa premium, que por con un dólar prácticamente "subsidiado" enfocaron buena parte de su modelo de negocios en la importación de prendas o el encargo de la confección de los diseños locales en establecimientos del exterior.

Importantes marcas compraron grandes lotes para la temporada del verano 2018/2019 con costos a $19 por dólar, pero ahora deberán afrontar sus pagos al menos a $28 (quizás más), con compromisos a un plazo de 60 y 90 días.

El inconveniente es que trasladar a mostrador ese incremento de costos del 40% se vuelve una misión imposible cuando el consumo está cayendo y con un horizonte de devaluación que podría incluso ser mayor que el actual.

Las compañías argumentan que la situación se complica no solo por la deuda contraída y la caída de ventas: también afectan al negocio la elevada carga tributaria y tasas en pesos que encarecen el crédito.

El informe Semáforo que presentó la Cámara Argentina de la Indumentaria, con datos a agosto pasado, advirtió que "las pymes de la indumentaria están muy preocupadas por las altas tasas de interés que están ahogando a la ropa argentina. La financiación en cuenta corriente trepó al 46,7% anual. De este modo se complica la cadena de pagos y se suma otro factor que resta competitividad al sector".

Además el estudio subrayó que "en julio se registraron nuevos aumentos de 48,2% sobre julio de 2017 en el valor de la nafta, principal determinante de los costos logísticos. Y la energía eléctrica se encareció 67,5% en la Ciudad de Buenos Aires entre junio 2018 e igual mes de 2017″.

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