iProfesionaliProfesional

Expertos revelan cómo dar batalla a la envidia y los celos profesionales en el trabajo

En un empleo se comparten 8 horas diarias, por lo que muchas veces es inevitable que surjan sentimientos hostiles entre compañeros. El papel de los jefes
17/11/2010 - 10:22hs
Expertos revelan cómo dar batalla a la envidia y los celos profesionales en el trabajo

Muchos argentinos transcurren, como mínimo, un tercio de sus días en el trabajo. Pero, a pesar de las largas horas que comparten con compañeros, jefes y subordinados, las relaciones laborales no siempre son del todo felices ni armónicas. De hecho, hay vínculos que se convierten en focos de conflicto, principalmente por tres razones: celos, envidia y competencia.

Sucede que en las oficinas y empresas suelen darse juegos de personalidades. Y los celos profesionales son más comunes de lo que, a simple vista, parece. 

Son varias las maneras en que algunas personas pueden "complicar la vida" de un compañero de trabajo: desde el moobing (acoso psicológico laboral que incluye malos tratos y agresiones verbales) hasta aislarlo del grupo, mentir sobre sus capacidades laborales, burlarse, e incluso, dejar de dirigirle la palabra.

Por estos motivos, es necesario ser cauteloso en el trato con los colegas, así como precavido de no disminuir sus logros o no poner trabas para su desempeño.

"En todas las empresas, sean Pyme o grandes corporaciones es común encontrar diferentes tipos de personalidades, entre ellas algunas con características negativas en la forma de pensar y actuar", expresa Pablo Molouny, gerente general de Trabajando.com Argentina.

"Aunque este tipo de situaciones -continúa el directivo- son delicadas y provocan malas experiencias dentro del clima laboral, es importante catalogarlas como experiencias de vida, que nos ponen a prueba y que nos permiten madurar a nivel profesional y emocional. Saber enfrentar estos escenarios con inteligencia, será fundamental para no perder el equilibrio".

Y comenta: "Las compañías se componen de equipos de trabajo, grupos disímiles que juntos buscan un mismo objetivo. Para ello es necesario que exista una buena relación, o sea, un clima favorable dentro de la organización".Los celos y la envidiaEn tanto, Ricardo Rubinstein, médico psicoanalista y psiquiatra y experto en equipos de alta competencia, asegura que tanto los celos como la envidia son "sentimientos normales" y que comúnmente se presentan en los ambientes de trabajo.

Según el especialista, "hay personas que son más celosas o envidiosas y, ante una situación de exigencia o puja por obtener algo, van a poner más en evidencia estos sentimientos que, jugados de una manera muy descarnada, dejan de lado la situación laboral y la tiñen del colorido irracional de las emociones que se despiertan".

El especialista marca una diferencia entre ambos sentimientos: mientras los celos tienen que ver básicamente con una preferencia y con el relegamiento en dicha situación, la envidia está relacionada a la comparación con los otros.

No obstante, ambos pueden no tener nada que ver con la aptitud técnica y la capacidad profesional que posea quien desempeña una determinada tarea aunque, de todos modos, la intensificación de estos "resortes afectivos" puede alterar notablemente el desempeño.

Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), define a la envidia como "una emoción que forma parte de la vida afectiva de todos los seres humanos, un sentir muy peligroso que tortura tanto a quien la siente como a quien va dirigida".

También desde APA, la especialista Adriana Guraieb hace hincapié en que la envidia "es un sentimiento socialmente reprobado que debe ser ocultado, porque reconocerlo implicaría un rasgo de madurez de aceptar una carencia y ello no es frecuente".

Y añade: "Es una forma de rivalidad, oposición y enfrentamiento entre dos o más individuos que aspiran a un mismo objetivo, y ello suele suceder, sobre todo, entre personas muy cercanas".

El papel de los jefesPara Molouny, "son los líderes quienes tienen la obligación de intervenir para contener y resolver estos problemas, y a su vez deben ofrecer apoyo, para poner fin al maltrato e incentivar la solidaridad y el compañerismo".

Consultado al respecto, el director de la Escuela de Psicología Organizacional, Eduardo Press, comenta que si bien la gente aporta a la empresa lo que trae de sus hogares, desde "arriba" también se puede fomentar o promover cierto tipo de relaciones.

"En muchas compañías se generan competencias o rivalidades entre las distintas áreas a propósito, como una forma de estimular a sus integrantes a mejorar", cuenta Press.

Un caso típico se da al momento de entregar la proyección de presupuesto. En esta situación, la alta dirección suele recordar qué departamentos lo hicieron primero durante el anterior ejercicio con el fin de que todos se esfuercen por ser los primeros en el corriente año.

Y aunque existen distintas maneras de promover este tipo de competencias, que incluso muchas veces funcionan, dejan un sabor amargo ya que, en definitiva, fogonean la rivalidad, la envidia y los celos entre pares.

"En ciertas ocasiones los líderes lo hacen sin querer, pero en la mayoría de los casos actúan a propósito ya que este tipo de acciones forma parte de la cultura organizacional. Por lo general, lo que sucede en una empresa tiene mucho que ver con la actitud del jefe, director, supervisor o gerente", remarca Press.

En su opinión, "quien lidera o coordina un grupo tiene que ser prudente, alentar y valorar el trabajo de todos, para no dar lugar a la envidia o a los celos. Y debe saber manejar la afinidad que establece con cada uno de sus subordinados, como así también cuidarse de lo que haga puertas afuera del trabajo, porque sus conductas se reflejan dentro de la compañía".Los favoritismos también juegan en contra

Asimismo, los favoritismos suelen dar lugar a sentimientos hostiles, ya sean aquellos que surgen por afinidad personal, diferencias de sueldos, horarios, calidad de trabajos que se asignan o las responsabilidades que se otorgan.

"Más allá de que no promueva los conflictos, el jefe tiene que estar siempre atento de lo que sucede entre pares y, si es necesario resolver las situaciones, conversar con la gente, integrarla y, sobre todo, hacer notar el valor del trabajo de cada uno", recomienda Press.

Y agrega que también es importante que los líderes blanqueen que hay gente con la que se llevan mejor pero dejen en claro que eso no afecta la relación laboral con el resto.

Para Rubinstein, en tanto, se necesita de superiores que estén atentos a las personalidades de la gente o al surgimiento de situaciones en las que aparezcan sentimientos como la envidia o los celos, y que puedan manejarlos.

Al igual que Press, el experto señala que "esto se puede exacerbar o matizar con las cualidades de conducción que tenga el jefe o líder".

Cómo hacerle frente a la envidia

"Si el empleado es víctima de celos o envidia, lo principal es que esfuerce por frenar los sentimientos negativos, y si ya no es posible mantenerse alejado sin entrar en este juego de recelos, entonces será necesario que tome cartas en el asunto y se haga valer", recomiendan los especialistas.

Entonces, la primera medida sería hablar con aquellas personas que imposibilitan la sana vida laboral, ya que una buena conversación puede ayudar a entender el motivo que tienen las demás personas para actuar de la manera en que lo hacen.

Desde Trabajando.com advierten que "si aún probando acercarse al `agresor psicológico´ no se termina con los rumores, las mentiras sobre profesionalismo o los malos tratos, es tiempo de tomar medidas más drásticas y hablar con un superior".

Alguien que tenga una visión externa del escenario y cierto poder para tomar decisiones puede ser quien ayude a encontrar una solución a las malas relaciones laborales. Lo importante, coinciden los expertos, es no tener miedo de comunicar estas situaciones.

En cualquier caso, remarca el experto en Psicología Organizacional, "siempre" la salida de este tipo de situación es blanquear y conversar. "Hay que dejar como última opción la denuncia ante las personas que corresponde y, sobre todo, evitar guardarse y tragarse las cosas", enfatiza.

En tanto, Rubinstein postula que para poder abordar este tipo de problemas muchas veces es necesario recurrir al asesoramiento externo.

"Cuando sentimientos como la envidia y los celos aparecen y producen una crisis, lo adecuado es armar un grupo de trabajo y de reflexión psicológica, como para que los recursos se vuelvan a distribuir, convocando a un profesional para trabajar puntualmente esa situación", aconseja.

Consecuencias para las empresas

Según el especialista, cuando se crean sentimientos hostiles, los motivos de consulta por parte de los jefes están relacionados al "enrarecimiento" del clima laboral o la baja de la productividad.

De acuerdo con Rubinstein, a nivel organizacional, los celos y la envidia se manifiestan en ambientes tóxicos y de tensión (que derivan en que la gente se sienta mal o incómoda, empiece a faltar y a tener enfermedades reales o no) y en la baja del rendimiento y la creatividad dentro del grupo.

En línea con el especialista de APA, el experto en psicología de las organizaciones cree que el resultado final es "la desmotivación y la falta de compromiso", lo que ocasiona consecuencias directas en el trabajo y en los costos de las empresas.