iProfesional

Cuáles son las claves para afrontar el retiro laboral y construir una nueva etapa

Desde el Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño explicaron la importancia que tiene la transición de la vida del trabajador a la jubilación
03/03/2011 - 19:22hs

Las sociedades, a través de programas de educación y de formación, están muy atentas respecto a la preparación del individuo para su inserción en el mundo profesional y laboral.

Sin embargo, aún no se ha tomado la debida conciencia en relación con la importancia que tiene la transición de la vida laboral a la jubilación o retiro laboral.

Si pensamos en el concepto de Desarrollo de Carrera, la jubilación o retiro laboral podría ser una etapa más de la misma. En la vida profesional de las personas, así como en su vida personal, se van sucediendo diferentes cambios.

Esta etapa puede ser definida como una transición que implica el abandono de un rol laboral "tradicional". Por consiguiente, este hecho requiere la capacidad de reestructurar el sistema de funciones y actividades personales.

El retiro laboral contiene dos aspectos muy significativos: por una parte, la disminución del nivel de ingresos y, la por otra, que el individuo al jubilarse siente que ha perdido ya su función social.

El trabajo, además de ser un medio de subsistencia, ofrece otra serie de importantes elementos, como la organización del tiempo y del espacio, estatus, contactos sociales, actividad e identidad personal.

Uno de los pilares más fuertes de identidad de los sujetos es la actividad laboral que realizan y el lugar donde la realizan.

Es decir que el empleo ocupa un fuerte lugar de identidad de la persona: Gerente Financiero, Consultor, Jefe Administrativo, etc. Así como existe una valorización social de pertenencia a la organización, cuanto mayor es el prestigio de la empresa, mayor es el de la persona.

Cuando se quiebra una estructura tan fuerte como la de una red laboral -no es solo el trabajo, sino la disciplina cotidiana, la convivencia con los compañeros-, sobreviene la crisis. Una persona se enfrenta más con quien es, con el tiempo y con las relaciones sociales que posee.

Crisis como oportunidadesLa forma en que las personas se adapten a la situación de jubilado o retirado va a depender de varios factores. Uno de ellos es el nivel de preparación para este acontecimiento. También influyen las características de personalidad, como la flexibilidad para aceptar las nuevas situaciones, los niveles de iniciativas y la claridad para la elaboración y ampliación del proyecto de vida.

Muchos profesionales, cuando llega este momento, se ven desbordados por la incertidumbre y se plantean si tendrán dinero suficiente para mantener el mismo ritmo de vida o si se aburrirán. Se cuestionan su utilidad e incluso su identidad al perder un rol definitorio tan importante.

Todos estos planteamientos pueden generar en la persona inseguridad y angustia respecto al futuro.

Sin embargo, lo importante es tomar este momento de crisis como una oportunidad que permita explotar la creatividad y dedicarse de lleno a realizar actividades que generen placer y motivación y en las que se puedan volcar las experiencias adquiridas a través de los años.

Por ello es necesario y valioso hacer un repaso de las propias vivencias, de los conocimientos acumulados, de las experiencias y del rol que se ha desempeñado como profesional.

Y, desde ahí, comenzar a analizar el sentimiento de pérdida, que hace que esta etapa sea percibida como negativa, para poder así comenzar a planificar y proyectar nuevos espacios a partir de las motivaciones y potencialidades que cada persona posee.

¿Qué hago ahora? Es la pregunta que suelen hacerse quienes transitan por este momento. Son muchas las actividades que se pueden hacer luego del retiro laboral. El incentivo varía según la vocación de cada persona.

La jubilación debe ser percibida como un momento más del devenir de las personas. Es un camino casi tan largo como el de la trayectoria laboral, marcado no solo por pérdidas, sino también por grandes posibilidades para el desarrollo y crecimiento personal.

La clave está en la posibilidad de transformar las amenazas en oportunidades. Poner en marcha nuevos caminos adaptativos, imaginativos proyectos personales implica el desafío de participar activamente en ellos con el fin de vivir esta etapa como un punto de partida.

Generación de proyectos, la búsqueda de nuevos intereses, iniciar un emprendimiento, hobbies creativos, voluntariado o el resurgimiento de aquellas actividades que quedaron relegadas en pos del trabajo, son algunas de las alternativas posibles.

Thelma Stretcu y Anahi Iglesias Gualati Licenciadas en Trabajo Social y en Sociología -

Consejo Profesional de Ciencias Económicas de

la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Especial para ©iProfesional.com