Un fin de semana bastó para que las empresas "mutaran" de la euforia de diciembre a la quietud de enero. Es que, con la llegada del primer mes del año, los empleados comenzaron a tomarse sus vacaciones y, las oficinas, a vaciarse.

Y si bien en la mayoría de los casos se trabaja en un clima más relajado y distendido, el principal desafío que se le presenta a la alta gerencia de las compañías es mantener los niveles de productividad y calidad con dotaciones más reducidas.

Para Alejandra Salinas, directora de la firma de Recursos Humanos homónima, el período estival muchas veces se convierte en un "momento clave" para quienes lideran las organizaciones, que no deberían desaprovechar.

"Es una época muy reveladora para los altos ejecutivos porque, al ausentarse integrantes de la gerencia media, pueden establecer mayor contacto e, incluso, conocer a empleados que quizá, en la vorágine del resto del año, les es imposible, como también les permite visualizar los distintos desempeños", remarca la consultora que asesora externamente en temas de gestión a reconocidas compañías del mercado.

De acuerdo con Salinas, "los meses de verano también revelan si los líderes construyeron bien a su segundo ya que, cuando les toca a ellos irse de vacaciones, se ve claramente si hay o no confianza en la persona a la que tienen que delegarle sus funciones."

En tanto, Julio Bresso, director de Recursos Humanos de Mapfre Argentina, asegura que "cuando se genera conciencia de equipo, es más fácil que los empleados se suplanten y organicen entre ellos."

El ejemplo de los líderes

Al momento de planificar las fechas, Bresso hace hincapié en que el líder tiene que predicar con el ejemplo.

"Este año retrasé las vacaciones unos diez días porque parte de mi equipo de gerentes, por distintas circunstancias, necesitaban irse a principios de enero", cuenta. Y añade: "Esto es parte del liderazgo. No le puedo pedir a los demás que ayuden si yo no lo hago."

Mas allá de que la ley establezca que el período de vacaciones es del 1º de octubre al 30 de abril, en Mapfre privilegian que el personal opte por tomarse el descanso en cualquier momento del año, "siempre y cuando -aclara Bresso- no le traiga perjuicios al negocio y no impacte negativamente en la calidad de los servicios que ofrecemos a nuestros clientes."

Por estos días, en las oficinas que la aseguradora tiene en Puerto Madero, se reparten el trabajo. Según cálculos internos, de las 2.000 personas que emplea, el 68% elige enero y febrero para vacacionar y el 32% restante se reparte en el año, lo cual, para el directivo, es una "buena noticia".

"En el área de RRHH somos 22. Ahora, como hay ocho de vacaciones, nos distribuimos las tareas entre los 14 que quedamos. Trabajamos más, es cierto, pero no nos importa porque lo que hoy estoy haciendo por otro, el lunes que viene, cuando me toque salir, otro lo va a hacer por mí", relata Bresso en diálogo con iProfesional.com.

En la multinacional Accenture cuentan con la particularidad de poder dividir las vacaciones por días, lo que hace el esquema más flexible y adaptable tanto a las necesidades de sus empleados como a las de sus empresas clientes, muchas de las cuáles están en el exterior.

Consultado por este medio, Javier Carrara, director de Recursos Humanos para Sudamérica Hispana, destaca que los líderes son los responsables de organizar los equipos para que, en la medida de lo posible, las preferencias individuales sean respetadas.

"La experiencia ha sido muy positiva y no hemos tenido mayores inconvenientes, considerando que Accenture presta muchos servicios a proyectos en el extranjero donde muchas veces los períodos vacacionales no coinciden", asegura el ejecutivo.

Y Pablo Sametband, socio y director de la compañía de desarrollo de software Baufest, cuenta que, como exportan sus servicios a clientes de países del Hemisferio Norte que no están en época de vacaciones, tratan de balancear la carga de trabajo entre la gente que se queda.

Según el ejecutivo, "el papel de los líderes cobra mayor importancia en cuanto a la planificación de los temas que va a tomar cada uno, en la redistribución de tareas, teniendo en cuenta los perfiles y conocimientos individuales."

En su opinión, quienes coordinan los equipos adquieren un rol más de planificadores y ordenadores para que no haya impacto en el servicio.

Desde HP Argentina, Laura Canteros menciona que se rigen por una política flexible. "Las vacaciones se van definiendo de acuerdo al ritmo de los diferentes grupos de trabajo. Cada persona, coordinada por su gerente, tiene un back-up que lo releva en el período en el que estará ausente", detalla la directora de Recursos Humanos a iProfesional.com.

Según la ejecutiva de HP, "el gerente es fundamental en este período dado que es el guía encargado de coordinar, entre todos los empleados, el mejor momento para que cada uno pueda tomarse las vacaciones y que la empresa siga funcionando".

Trabajadores temporales, una opción

Si bien para las posiciones ejecutivas y tareas que tienen un impacto directo en el negocio, las compañías no suelen recurrir a reemplazos, hay puestos de base y operativos en los que esta posibilidad pasa a ser una opción a considerar.

En este sentido, Ricardo Wachowicz, CEO de Bayton Grupo Empresario, enfatiza que "cuando la estructura de una empresa no admite una incorporación permanente, cubrir las vacantes con la contratación de personal eventual es una solución segura y formal, ya que los empleados son seleccionados de acuerdo a las necesidades y se encuentran registrados legalmente."

Y completa: "En muchos casos, el reemplazo temporal en época de vacaciones es el primer empleo de muchos jóvenes, lo que significa un crecimiento laboral y un paso importante para la confección de su currículum vitae. Además, estadísticamente, más del 30% es contratado en forma efectiva al término de su asignación."

Sube el termómetro...y el teletrabajo

Muchas organizaciones, con el objetivo de brindarles flexibilidad a sus empleados, les ofrecen la posibilidad de teletrabajar, es decir, desarrollar y cumplir con sus tareas en forma remota, sin necesidad de concurrir a la oficina.

Según Fabio Boggino, director de Jobing, el período estival es el momento por excelencia para realizar una prueba piloto.

De hecho, el consultor asegura que "a partir de noviembre, las empresas se empezaron a mostrar mucho más abiertas a derribar sus paradigmas culturales y a averiguar en qué consiste la modalidad del teletrabajo."

"El verano pasado tuvimos un incremento de un 50% de las consultas, de las cuales la mitad se pudo llegar a implementar y ahora volvimos a tener el mismo porcentaje de organizaciones que nos llaman y quieren aprovechar el verano para empezar a descubrir el mundo del teletrabajo", asegura el experto.

Así, con la llegada de los meses de calor, desde la consultora recomiendan a sus clientes "darle a los empleados, cuyas familias estén de vacaciones durante uno o dos meses, quizás en una casa de fin de semana, la posibilidad de teletrabajar dos o tres veces por semana y el resto de los días concurrir a la oficina."

No obstante, aclaran que, en un contexto en el cual la cultura de la empresa y el estilo de liderazgo acompañen, para que esta política sea posible hay que evaluar la tarea que desempeña la persona y sus características como empleado.

Así, por un lado, debe ser una posición que no requiera de presencia física todos los días en la planta u oficina y, por el otro, tiene que considerarse el perfil del colaborador. "Cuanto más autónomo, responsable y organizado sea, más factible es para teletrabajar", concluye Boggino.