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Ahora el oro también es "blue": el cepo se profundiza y sólo una entidad lo ofrece con tope en la compra

La “lucha” contra el atesoramiento que sostiene el Gobierno alcanzó al metal precioso, que ya casi no se comercializa por el circuito autorizado
31/07/2012 - 10:09hs
Ahora el oro también es "blue": el cepo se profundiza y sólo una entidad lo ofrece con tope en la compra

Las restricciones oficiales a la compra de activos utilizados para resguardar el dinero van sumando nuevos capítulos y, hasta el momento, nada hace suponer cuándo y de qué manera se dará el desenlace. 

Al conocido bloqueo sobre el dólar y todo tipo de monedas extranjeras se profundizó otro "cepo": el del oro, que hace que este metal tampoco pueda ser utilizado como alternativa de resguardo de los ahorros de los argentinos.

Las limitaciones a su adquisición se fueron ampliando a la par de lo sucedido con las otras opciones de atesoramiento.

En efecto, y según pudo constatar iProfesional.com, de las entidades que lo comercializaban -tales como el Supervielle, Banco Piano, Banco Ciudad, o financieras como Puente-, sólo el Ciudad, en no más de tres sucursales, lo sigue ofreciendo.

Pero, con una salvedad, que es la de ponerle un tope a la compra, de modo que ésta no supere los 100 gramos por persona.

¿Por qué esta institución aparece como la única? Porque comercializa "oro nacional". Esto es, lingotes originados a partir de la fundición de objetos que son vendidos o empeñados por el público.

"Por tratarse de oro local o nacional, entonces no se requiere ninguna validación de la AFIP, tal como sucede con las otras alternativas. El problema es que a ojos del mercado, este tipo de metal es poco apreciado y después cuesta mucho venderlo", explica a iProfesional.com un experto en la materia que prefirió el off de récord.

No obstante, el tope a la compra y la menor calidad no han sido impedimento para que la cantidad de interesados en adquirirlo haya crecido de manera exponencial. En particular, en estas últimas semanas.

La demanda se disparó a un promedio diario de 8 kilos cuando, hasta antes de los controles sobre el dólar, rara vez superaba el kilo por jornada.

Precisamente este fuerte repunte en la compra es lo que llevó al Banco Ciudad a limitar la venta por persona.

La compra del ansiado oro puede hacerse en pesos, lo que entusiasma más al público que busca esta forma de atesoramiento.

Al hablar de comprar en moneda local un activo que mundialmente está tasado en divisa estadounidense surge la inevitable pregunta: ¿Qué valor de dólar lleva implícito la adquisición?

La mala noticia para quienes ya se venían entusiasmando, es que no cotiza a precio oficial, sino al valor del blue.

La cuenta es muy sencilla:

  • Los 100 gramos se venden a $33.000
  • Si se considera que una onza troy -que es la medida adoptada universalmente para fijar el precio- equivale a 31,103 gramos, dicha onza vale $10.264
  • En el mercado internacional cuesta u$s1.580 que, comparados con el precio en pesos, arroja precisamente esa paridad ($6,50).

Por fuera de los comercializadores autorizados, iProfesional.com tomó contacto con distintos agentes de la calle Libertad, considerada la arteria más tradicional en lo que hace a compra y venta de objetos de valor.

Los distintos puntos de venta consultados ofrecieron cotizaciones similares.

"Los 50 gramos los estamos pagando alrededor de $15.000. Es un valor común para los comercios de Libertad", asegura a este medio un representante de Buon Tempo Joyas.

"El gramo cotiza a razón de $3,10 o $3,20 y no se hacen diferencias respecto del origen del oro", detalla otra fuente de esa zona.

De esto resulta que lo que se paga en la calle Libertad no se aleja demasiado de los valores que presentan bancos y financieras.

"Se puede dar una diferencia de hasta un 10%", expresa a este medio otro comerciante de la zona.

Y agrega: "Ahora da igual que se trate de metal con certificación de Suiza o de un lingote que surja como producto de fundición nacional. Se paga y se valora lo mismo".

Cepo dorado

Aunque ahora se hace sentir con todo su rigor, las restricciones a la venta de oro a particulares tuvieron su puntapié inicial en el último tramo de 2011, cuando asomaron los primeros bloqueos a la libre comercialización de dólares.

"Cuando se implementaron las restricciones a la compra de moneda extranjera también se vieron alcanzadas las transacciones en oro, que requieren de autorización del ente recaudador", señala un directivo del Banco Central.

Al momento de evaluar el por qué, explica: "La decisión tiene que ver con el cuidado de las reservas. Por eso, sólo se permite la comercialización de las fundiciones o remates locales".

Sucede que "el oro es importado casi en su totalidad, salvo aquél que surge del mercado doméstico y que se ofrece a través del Ciudad. Con este cepo al metal lo que se busca es evitar que otras entidades -luego de desprenderse de su oro en la venta local- deban reponer pagando en dólares a sus proveedores del exterior", agrega el directivo.

Por eso, frente a esta limitación es que las instituciones solicitan que el Central habilite "algún canal de venta" o se haga algún tipo de "excepción".

Validaciones que no llegan

Consultados respecto de las trabas que pesan sobre la comercialización, las entidades ponen el foco en las pautas establecidas por la AFIP en estos últimos meses.

"Los controles se intensificaron desde el inicio del mes de julio. Hasta hace poco, para que te vendan oro tenías que conseguir una validación del organismo. Lo cierto es que ahora el Gobierno no se la entrega a nadie que quiera comprar para atesoramiento", asegura a iProfesional.com una fuente del Banco Piano.

"Desde el Gobierno, cuando vieron que muchos se estaban inclinando por esta alternativa ante el cepo al dólar, entonces empezaron a mirar más de cerca este mercado, ya que los pedidos y consultas habían crecido muchísimo este último tiempo", agrega.

Desde el banco Supervielle, en tanto, aclaran que "lo que está prohibida es la venta, porque para la compra no hay complicaciones y es lo que estamos ejerciendo ahora".

"Las medidas restrictivas de la AFIP se mantienen y no hay perspectivas de que cambien en el corto plazo", señala a iProfesional.com un vocero de la institución.

Por el lado de Puente, según constató ese medio, el escenario es similar al de los casos anteriores.

"No se vende oro ya que para comprar se necesita una validación de la AFIP, que precisamente no la está entregando", afirma una fuente de la firma.

La falta de estas autorizaciones para quien desee comercializar oro es aquello que permite explicar la situación diferente en la que se encuentra el Banco Ciudad.

Es que la institución tiene su propio laboratorio en el que funde el metal precioso proveniente de remates, ventas o empeños de joyas de particulares.

"Un problema con el oro nacional es que es muy difícil que alguien te lo acepte en el mercado. En general, lo terminás vendiendo en la calle Libertad. No se compara con el que viene con certificación de Suiza, por ejemplo", expresa un experto del segmento.

En relación con este punto, el que se negocia en el mercado financiero debe provenir de bancos con calificación "AAA".

Antes se compraba a Estados Unidos, ahora quedó Suiza como principal proveedor.

Inversión rentable pero con muchos vaivenes

Haciendo un breve repaso de la cotización de los últimos años se observa que la apuesta por el dorado metal ha resultado favorable, en términos de rentabilidad.

En los últimos cinco acumula una ganancia en dólares de casi el 150%, que se extiende a 460% en la última década.

Posee un doble atributo, dado que en tiempos de inestabilidad es visto como reserva de valor y en los de bonanza global su precio es empujado al alza por la fuerte demanda de países asiáticos (ya que crece la venta de joyas y artículos de lujo, en particular en India).

En el plano local, en los últimos meses se ha convertido en "objeto de deseo" para quienes no pueden acceder a la compra de dólares.

El oro, como la mayoría de los mercados de materias primas, se mueve en un péndulo constante. Sus avances y retrocesos dependen en gran medida de lo que se denomina el "sentimiento del mercado", que en la práctica responde a dos factores que siempre están presentes al decidir una inversión: la ambición y el miedo.

Son esas dos sensaciones tan contrapuestas las que son capaces de mover su cotización.

Los cambios de tendencia surgen obviamente de las circunstancias que rodean a los mercados y dan lugar a lo que en la jerga se denomina "correcciones".

Si se busca el lado positivo de las mismas, los expertos del sector afirman que éstas en buena medida permiten consolidar una tendencia que, pese a los altibajos, luego es retomada.

Eso es lo que está sucediendo con la cotización, que acumula meses de caídas mientras que los fundamentals de mercado alcista permanecen intactos.

Yendo un poco hacia atrás en el tiempo, la corrección de su precio comenzó en septiembre del año pasado, cuando alcanzó un máximo histórico, por encima de los u$s1.900 la onza troy.

A partir de entonces, se ingresó en un tobogán temporal que ubicó su valor por debajo de los u$s1.600, aunque debe tenerse en cuenta que las sucesivas correcciones fueron posteriores a movimientos alcistas previos, que fueron muy rápidos y en poco tiempo.

Hoy por hoy, las circunstancias por las que atraviesa Europa y el peligro de una recesión global siguen impulsando el "factor refugio" que empuja a los grandes inversores a liquidar posiciones en activos considerados de mayor riesgo y volcarse a este metal.

Pero en este juego pendular no se pueden dejar de lado las presunciones de los analistas sobre los futuros pasos que llevará a la práctica la Reserva Federal de los Estados Unidos, según las cuales, tarde o temprano, actuará para dar mayor liquidez a su economía.

Este esperable proceso hace que varios inversores anticipen que los metales preciosos retomen con diligencia y firmeza su escalada alcista.