Los dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) oficialista adelantaron que la presidenta Cristina Kirchner les dio a entender que a partir de 2013 promoverá la sanción de una ley orientada a anular el Impuesto a las Ganancias sobre la denominada "cuarta categoría" -asalariados en relación de dependencia- para reemplazarlo por un tributo más costoso sobre los ingresos más altos, entre un menú más amplio de reformas.

Fue la principal conclusión que quedó de la conversación entre los sindicalistas alineados con el metalúrgico Antonio Caló y la mandataria, tras el anuncio sobre la exención de Ganancias sobre el medio aguinaldo de fin de año. A pedido de Cristina, la CGT oficialista comisionó a cinco de sus dirigentes para presentar propuestas para compensar la eventual baja en la recaudación a partir de una reformulación integral del impuesto.

La comisión está integrada por Andrés Rodríguez (estatales de UPCN), Horacio Ghilini (docentes privados, SADOP), Ricardo Pignanelli (mecánicos, SMATA), Marcos Castro (capitanes de ultramar) y Alberto Roberti (petroleros). Según contaron en la CGT al matutino Ámbito Financiero, la jefa de Estado les transmitió su interés de poner fin a Ganancias tal y como se lo conoce. Y anular así la consideración de que se trata de "un impuesto al trabajo".

El principal obstáculo es el bache recaudatorio que generaría la eliminación lisa y llana del tributo. Los funcionarios les dijeron a los sindicalistas que sólo la adecuación del mínimo no imponible en un nivel de entre el 20% y el 22% por todo 2012, como había anticipado el viceministro de Economía, Axel Kicillof, a algunos de ellos, hubiese reducido en $5.500 millones los ingresos al fisco.

En el menú de opciones que se analizará para el eventual proyecto de ley está aplicar más carga impositiva sobre los sueldos por encima de los 20.000 pesos. En caso de mantenerse las escalas actuales del mínimo no imponible, los gremialistas plantearon la necesidad de atar la evolución de los niveles de Ganancias al crecimiento de los salarios y de la recaudación, una chance que no fue bien recibida en el Ejecutivo.