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El "dólar de equilibrio" se arrima cada vez más al blue y se aleja del tipo de cambio oficial

Además del paralelo, hay otro indicador que es seguido de cerca por analistas. En tanto, el Banco Central sigue emitiendo y alimenta su escalada alcista
02/04/2013 - 11:00hs
El "dólar de equilibrio" se arrima cada vez más al blue y se aleja del tipo de cambio oficial

Que el Banco Central haya dado luz verde para que la maquinita de emitir trabaje a plena capacidad no escapa a los ojos de analistas.

Tampoco que este "esfuerzo" resulte más tedioso, habida cuenta de que el billete de mayor denominación hoy apenas cubre un par de viajes en taxi o la compra de un kilo de helado premium.

Ya sea que se trate de los que llevan impresos la imagen de Julio A. Roca o de Eva Perón, el papel de $100 ya le quedó "chico" a la economía, ante semejante suba de precios acumulada.

Tal es así que desde finales de 2007 a hoy ya perdió las dos terceras partes de su poder de compra.

Es decir, con ese mismo billete hoy se pueden adquirir menos de 20 dólares en el mercado oficial (con la respectiva validación de la AFIP) y 12 en el circuito ilegal, en el blue.

En cambio, hace cinco años atrás se accedía a unos 33 dólares.

Si se compara esta relación con lo que ocurre en otros países de la región, surge que los dos "campeones de la inflación", Argentina y Venezuela, son los que muestran los billetes con el menor poder de compra (ver infografía).

Para algunas naciones, bajar el índice inflacionario es un tema tan prioritario que supeditan la emisión de dinero y el rol de sus bancos centrales a "defender el valor de la moneda" como cuestión primordial.

Es así como aplican una política monetaria acorde con sus objetivos de contención de alza de precios.

Estos países son Brasil, Perú y Uruguay en los que coincidentemente se pueden adquirir entre u$s50 y u$s100 con los billetes de mayor denominación.

La "maldita" emisión

Sin dudas que la caída del valor real de cada billete está asociada con el avance permanente de los precios y con la emisión monetaria, que en este país al menos juega un rol decisivo.

Un punto a tener en cuenta es que cuando un banco central emite moneda lo hace con fines determinados. En el caso del BCRA, su principal objetivo en los últimos tres años ha sido el de aportarle "oxígeno" al Gobierno K, luego de que el gasto público haya subido a niveles alarmantes.

"En 2012 la cantidad de dinero, en términos de base monetaria, creció un 35%. Para varios analistas eso explica -casi como un axioma- la elevada inflación argentina", señalan desde la consultora Analytica.

Sin embargo, agregan que "muchos países también han expandido fuertemente su oferta de dinero y no por ello han evidenciado un aumento considerable en sus precios".

"Incluso, desde la salida de la Gran Recesión, Estados Unidos cuadruplicó su base monetaria y el impacto inflacionario fue casi nulo", sostiene Ricardo Delgado, director de la consultora.

Ante el comparativo, la pregunta que surge es casi obligada: ¿por qué en Argentina la "maquinita" empuja los precios hacia arriba y no así en otros países?

Delgado da una respuesta: "El motivo es muy sencillo. En otros lugares esas nuevas emisiones fueron absorbidas por sustanciales aumentos en la demanda de dinero". No así en la Argentina.

Quizá por la historia de la moneda local, quizá por la elevada inflación, quizá por los continuos cambios en las reglas del juego o bien por este conjunto de factores, entre otros, en el plano local quienes tienen pesos de sobra tratan de deshacerse de ellos e ir en busca de activos de refugio, como lo es el dólar. Si no está disponible en su versión oficial, en alguna otra alternativa. 

Esto, potenciado por plazos fijos que pagan una tasa que, lejos de premiar al ahorrista por quedarse en moneda local, lo "condenan" a perder plata.

En tanto, el Banco Central, con menos margen de maniobra para poner "stop" a la maquinita sigue emitiendo sin prisa y sin pausa.

Las últimas cifras publicadas por el organismo dan cuenta de que la base monetaria volvió a expandirse en febrero nada menos que un 46% anual.

"La tasa de crecimiento no deja de crecer, respecto del 35% de enero", señalan desde la consultora Econviews.

Hay más pesos y menos billetes verdes. Así, la mayor emisión -que no fue correspondida con acumulación de dólares en el Banco Central- ha hecho que estos últimos hoy día apenas puedan respaldar el 70% de la base monetaria, a un tipo de cambio oficial de $5,12.

Algunos analistas no comparten este comparativo, ya que argumentan que el país abandonó el 1 a 1 hace rato (cada peso debía tener un dólar de respaldo), con lo cual esa relación hoy no tendría razón de ser.

Pero lo cierto es que aquí, en Argentina -en donde todo puede cambiar de un día para el otro- ese indicador sí es tenido muy en cuenta por los inversores.

Para el analista Nicolás Dujovne, este porcentual, lejos de mejorar, continuará deteriorándose.

Su visión es compartida por Aldo Pignanelli, ex presidente Banco Central, quien afirmó a iProfesional.com que "la tendencia es que esa relación siga empeorando. Al Gobierno no le preocupa emitir más y usar reservas para solventar déficit y gasto público".

El precio de equilibrio del dólar

Tomando la cotización del jueves, el dólar blue subió un 22% en lo que va del año, en tanto que el oficial apenas ascendió 4,2%, por lo que la brecha entre ambos se extendió por encima del 62 por ciento.

Teniendo en cuenta la magnitud de dicho incremento, muchos operadores se cuestionan si realmente el precio actual de la divisa informal es alto o no. Es decir, cuán alejado está ese valor de lo que podría denominarse el "tipo de cambio de equilibrio".

Para responder a este interrogante apelan a diferentes formas de medición, entre las que se puede mencionar:

  • El ajuste de un valor a una fecha determinada en función de la inflación acumulada.
  • El cálculo de la relación entre base monetaria y reservas del Banco Central.

En el primer caso, tomando en cuenta la cotización inicial de $1,40 de enero de 2002, los datos de la inflación de INDEC (2002-2006) y la real de consultoras privadas (desde 2007 a hoy), se observa un dato por demás significativo.

En efecto, descontando la inflación internacional, el tipo de cambio -de haber acompañado la suba de precios- daría $7,16 (ver cuadro).

El dato sorprende porque resulta más cercano a la cotización del blue que a la fijada por el BCRA. 

La otra forma de calcular esta suerte de "dólar de equilibrio" es a través de la relación entre las reservas del Banco Central y la base monetaria, que permite establecer la paridad en la que se nivelarían ambas variables.

En este punto, el dato no deja de sorprender, pues es casi coincidente con la cifra anterior: $7,14.

La misma surge de comparar los $294.513 millones de base monetaria con las reservas internacionales brutas de u$s 41.242 millones.

Esta cotización se encuentra casi $1,3 por debajo del blue, pero más de dos pesos por encima del valor del dólar oficial.

Pero para algunos economistas, este cálculo aun admite un mayor grado de refinación, a partir de la deducción de algunas partidas. De hecho, con estos ajustes, el número final es muy superior, pues se llega a $10.

¿Cómo se obtiene ese valor? Muy simple, si a la reservas brutas se les descuentan los depósitos en dólares (u$s7.424 millones) y operaciones de descubierto con el Banco Central de Francia otros (u$s4.395 millones) las reservas netas quedarían en u$s29.432 millones.

Si a la base monetaria se la divide por ese importe, se llega al sorprendente valor de $10. 

De algún modo, para muchos inversores y operadores dicha relación (base monetaria vs. dólares de respaldo del BCRA) permite conocer cuál es el grado de cobertura cambiaria que posee la moneda local en circulación.

Es obvio que cuanto menor sea, mayor será el riesgo que percibe el mercado y el apetito por hacerse de billetes verdes en la plaza marginal.

"El precio de equilibrio, que para algunos puede parecer anacrónico o un mero simbolismo, posee una lectura que, en la práctica es mucho más impactante: mide el poder de fuego que tiene la autoridad monetaria para hacer frente a una corrida bancaria y cambiaria", afirma el analista Agustín Cramo.

Y agrega: "Cabe aclarar que este tipo de análisis prácticamente no se efectúa en muchos lugares del mundo. Sólo se aplica en aquellos países en los cuales se huye de la moneda local".

Teniendo en cuenta que la proyección de la emisión para todo el año seguirá siendo muy elevada -y que las reservas no mostrarán mayores variantes- estaría todo dado para que la presión cambiaria no ceda.

Es por ello que varios economistas consultados por iProfesional.com coinciden en afirmar que el dólar blue mantendrá su tendencia ascendente, en tanto y en cuanto subsista la desconfianza sobre la marcha de la economía y se conserve el nivel alto de emisión monetaria.

Esta situación también contribuye a que "el blue corra muy por encima del oficial. Cuando se emite a razón de un 40% más anual y las reservas caen 11% al año, no hace falta ser un experto para darse cuenta de que el dólar paralelo se disparará", completa Pignanelli.

Sus palabras quedan corroboradas en la práctica si se observa lo que sucedió en los últimos días. Tal es así que los pronósticos que coincidían en ubicar al billete marginal para fines de 2013 en el orden de los $10 han quedado totalmente pulverizados. Hoy nadie se anima a realizar una proyección. "No hay precio", coinciden los operadores de la city de cara al largo plazo. 

La pregunta que asoma cada vez con más fuerza, es si el Gobierno avanzará tras las elecciones en formalizar el desdoblamiento del mercado cambiario, dando lugar a una cotización para el dólar de importaciones, otro para el sector financiero y uno para el rubro turismo.

Algunos analistas lo ven como una probabilidad remota, pero también lo era el cepo cambiario antes de las elecciones presidenciales.

Es que la historia argentina da cuenta de que todo puede ser factible. Más aun después de las urnas, con urgencias financieras y sin acceso a los mercados internacionales de crédito.