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La universidad ligada al servicio, el legado del Papa del "Nuevo Mundo"

Las casas de estudio argentinas celebraron el nombramiento del Sumo Pontífice, quien estuvo ligado a entidades educativas jesuíticas y católicas
14/03/2013 - 20:36hs
La universidad ligada al servicio, el legado del Papa del "Nuevo Mundo"

El miércoles el mundo entero se sorprendió cuando el ex cardenal argentino Jorge Bergoglio fue elegido por sus pares para ser el próximo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Se convirtió así en el primer jesuita en ocupar ese cargo, además del primero del continente americano. 

En la Argentina, gran parte de la comunidad académica celebró la designación del Papa Francisco, ya que muchas de las más antiguas y reconocidas casas de estudio del país fueron fundadas por congregaciones y miembros de la Iglesia.

La Universidad Católica Argentina (UCA) sin ir más lejos, le dedicó un aviso publicitario de casi una página completa en uno de los principales diarios de la Capital Federal, titulado: "Francisco, tu Universidad te saluda".

"Como Universidad "Pontificia" nos alegramos con toda la Iglesia en este hermoso momento, que sólo se comprende plenamente desde la fe. El Papa electo es nuestro querido Gran Canciller, un hombre generoso, sabio y prudente, que además contará con una asistencia especialísima del Espíritu Santo", escribió al respecto Víctor Manuel Fernández, rector de la entidad educativa constituida por el Episcopado de la República Argentina.

"Empezamos una etapa de fidelidad al Papa que Dios nos ha regalado, ciertamente como un don para la Iglesia", dijo a Campus-iProfesional.com el Padre Alejandro Bunge, decano de la Facultad de Derecho Canónico de la UCA, quien eligió destacar la inteligencia del Sumo Pontífice como "una inteligencia muy particular, práctica, veloz, con la capacidad de comprender el núcleo de los temas y así bajarlos a la tierra, de poner el remedio en donde está la enfermedad".

"Esto nos muestra un camino para la vida educativa y universitaria en un plano en el que se toca con la vida, en donde la ciencia encuentra su aplicación" continuó Bunge hablando de quien hasta el miércoles, como arzobispo porteño, era el Gran Canciller de la casa de estudios pontificia.

"Bergoglio tuvo su corazón siempre cerca de los pasos que daba la universidad. El último paso lo dio el 11 de octubre de 2012, cuando durante la celebración de los 50 años del Concilio Vaticano Segundo, le otorgó el doctorado Honoris Causa el rabino Abraham Skorka, en un gesto de la apertura significada en ese Concilio", recordó el decano. "Tuvo claro como Gran Canciller que impulsar la educación es impulsar la universidad al servicio de la fe, porque la educación es parte de la tarea de la fe", sentenció.

Otro de los ejes que tuvo el paso del ahora Papa Francisco fue el acercamiento de los universitarios y los profesores a la realidad social, a partir del trabajo solidario y de asistencia a los habitantes de las villas. Así lo recordó el vicerrector de la Universidad Austral, Alfonso Santiago, para quien el nombramiento de Bergoglio "es una de las noticias más importantes de la historia argentina y lo coloca a él en la posición de ser llamado a ser uno de los argentinos más ilustres".

A diferencia de otras casas de estudio vinculadas a la Iglesia, la Austral es una entidad secular que mantiene un convenio de asistencia espiritual con la Prelatura del Opus Dei, por el cual éste colabora con la designación de capellanes, sacerdotes y en las clases de teología.

No obstante, Santiago remarcó que el compromiso del ex cardenal con los más pobres "marcó un modelo de universidad no cerrada ni teórica o autista, sino cercana a la realidad social desde una perspectiva del servicio, a través de la docencia y la investigación".

Orden jesuita

En particular, recibieron gratamente la decisión las universidades de la línea jesuita, la misma orden a la que pertenece Bergoglio desde que tenía 21 años de edad.

"El nombramiento del papa Francisco es además significativa de manera particular para nuestra universidad, no sólo por ser el líder espiritual de nuestra iglesia, sino también porque durante el período en el que fue provincial de la provincia Argentina de la Compañía de Jesús -entre los años 73 y 79- visitó nuestra universidad", recordó Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba.

"Esta particular vinculación nos compromete más aún a orar por él en su nueva misión de guiar a la iglesia", sentenció el académico de la casa de estudios fundada en 1956 por los primeros jesuitas que llegaron a la provincia desde Santiago del Estero. Fue también la primera Universidad privada del país y es la única en Argentina confiada a la Compañía de Jesús.

También la porteña El Salvador fue fundada por la orden jesuita. Pero en 1974 se separó de la Compañía de Jesús y su conducción fue confiada a los laicos de la Asociación Civil. En esa etapa el propio Bergoglio redactó y firmó el documento fundacional, titulado "Historia y cambio".

Jesuitas y la educación en la Argentina

Jorge Bergoglio era el único jesuita presente en el último cónclave del Vaticano. Y como es la tradición de la Compañía de Jesús (orden fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola), su carrera tuvo también cierta vinculación a la enseñanza: entre 1980 y 1986 se desempeñó como Rector de la Facultad de Filosofía y Teología de San Miguel.

La historia en Argentina de los jesuitas está señalada por el empeño en la educación y las misiones populares.

Tras la expulsión que sufrieron en 1767 de los territorios de la corona española en América, el regreso a la Argentina de la orden se registra el 9 de agosto de 1836. Entonces, se radicaron en zonas de los alrededores de Buenos Aires como San Isidro y San Fernando, y también por los campos de Zárate, Luján, Areco y Baradero.

En 1843 recibieron el decreto por el cual se les ordenaba la secularización y como alternativa, la expulsión de Buenos Aires. Pero continuaron trabajando en Córdoba hasta 1847, donde quedó el noviciado de la Misión y para establecerse luego en La Rioja y en Catamarca.

La persecución siguió y la expulsión de los jesuitas se generalizó en 1848, pero de todas maneras, algunos continuaron su misión en San Juan, Mendoza y Salta.

La impronta educativa de los jesuitas en Argentina los llevó a convertir las Estancias en centros de formación y en la creación de la primera Universidad en la ciudad de Córdoba, a unos 700 Km al noroeste de la capital, además de la Universidad de El Salvador en Buenos Aires.

Las Estancias Jesuíticas fueron antiguos establecimientos agropecuarios diseñados y administrados por los Padres de dicha orden. Los jesuitas abrieron seis Estancias por los alrededores de la provincia de Córdoba, llamadas Caroya, Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, La Candelaria y San Ignacio.

La granja y el complejo, comenzados en 1615, tuvieron que abandonarlas tras la Pragmática Sanción de 1767 del rey Carlos III de España que los expulsó del continente. Las administraron los franciscanos hasta el año 1853, cuando los jesuitas regresaron al continente americano. No obstante, la universidad y la escuela secundaria fueron nacionalizadas un año después.

Cada estancia tiene su propia iglesia y conjunto de edificios, alrededor de los cuales crecieron las ciudades como Alta Gracia, la más cercana a la Manzana. La Estancia de San Ignacio ya no existe.

Otra de esas instituciones formativas fundadas por los jesuitas fue el Colegio Máximo de San Miguel, provincia de Buenos Aires, donde instalaron la Facultad de Filosofía y Teología. A fines de los años '60 estas facultades se integraron a la Universidad jesuita del Salvador, donde también Bergoglio se desempeñó como Docente.