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El presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers consolida su fideicomiso vitícola Los Arbolitos y su plan de real estate La Morada de los Andes
02/05/2013 - 18:01hs

En los últimos años surgieron todo tipo de iniciativas con el objetivo de captar la atención de aquellos interesados en incursionar en el mundo del vino pero sin tiempo para dedicarse de lleno a esa actividad o sin las espaldas financieras como para destinar los recursos necesarios que requiere un proyecto de este tipo.

Sin embargo, muchas de estas propuestas, con el tiempo, terminaron resultando inviables. En algunos casos, la propia dinámica del negocio terminaba haciéndolo naufragar al poco tiempo de haberse lanzado.

Tal es el caso de los proyectos que, por ejemplo, proponen adquirir una cuotaparte de un viñedo y, a cambio recibir entre 300 botellas o 500 botellas del mismo vino cada año, sin dudas, una cifra mayor a la que puede consumir una persona promedio en 12 meses, al tiempo que es un volumen insignificante para encarar un plan de negocios serio.

Además, otro costado negativo que suelen tener estas iniciativas, es que el inversor nunca se convierte en dueño de la tierra, sino que, a lo sumo, es poseedor de algunas hileras de viñedos. Con lo cual, a lo largo del tiempo es lógico que muchos terminen desencantados.

Claro que hay excepciones y hay proyectos que sí brindan una mejor respuesta a quienes buscan algo más que el lúdico placer de invertir en el mundo del vino, como lo es una atractiva tasa de retorno y la posibilidad de invertir en un bien que siempre fue sinónimo de refugio: tierra. 

En este contexto, Andrés Rosberg, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers y devenido en empresario, está avanzando en dos frentes: por un lado, consolidando su fideicomiso vitícola bautizado Los Arbolitos y, por otro, iniciando la comercialización de su ambicioso proyecto inmobiliario llamado La Morada de Los Andes.

Son dos unidades de negocios emplazadas en un gran lote, en una de las zonas con mejor potencial del Valle de Uco. Es más, La Morada de Los Andes está dentro de las hectáreas en las que opera el fideicomiso Los Arbolitos, sin embargo, las mismas tienen independencia entre sí.

En concreto, ambos emprendimientos se ubican en un gran predio de más de 400 hectáreas, exactamente en el límite entre Chacayes (Tunuyán) y Vista Flores en una zona que, según explicó Rosberg a Vinos & Bodegas "es privilegiada por el imponente paisaje como por las características del terroir para cultivar uvas de alta calidad".

El Fideicomiso: el negocio de las uvas

Rosberg destacó que "la idea siempre fue comprar una finca de la más alta calidad, producir muy buena uva y vender a las bodegas grandes. Para ello fue justamente que armamos el fideicomiso Los Arbolitos".

En concreto, el mismo está conformado por 408 unidades indivisas que equivalen a una hectárea. De este modo, el inversor que ingresa al proyecto adquire una cuota parte, que incluye la finca, el costo de la plantación de viñedos y los beneficios de la posterior comercialización de la uva.

En este sentido, el empresario hizo especial hincapié en que "no es un proyecto en el que tenés que sacar todos los meses plata del bolsillo para pagar mantenimiento, o en el que comprás 50 plantas y no la tierra. Esas propuestas terminan siendo muy engañosas, porque el inversor siempre termina poniendo dinero pero nunca es dueño de la tierra".

"A la larga, con emprendimientos del tipo ´hacé tu propio vino´, te terminás comprando un problema. Porque a fin de año te vas a encontrar con 500 botellas del mismo producto que terminan siendo un gustito muy caro", disparó.

De este modo, Rosberg recalcó el hecho de que "lo que nosotros tratamos de hacer fue un plan de negocios muy racional, enfocado a lo productivo. Quien invierte con nosotros paga lo que sale plantar un viñedo y va a tener la ganancia que dé ese viñedo. No es algo maquillado. Mi visión es que al que invierta con nosotros le vaya bien".

Uno de los puntos clave es la revalorización continua de la tierra: cuando en el año 2006 salieron a la venta las primeras cuotapartes, se comercializaban a u$s26.000. El último valor transado, en cambio, fue de u$s50.000, por el propio encarecimiento de los campos de la zona del Valle de Uco.

"Hay un proceso increíble de valorización. Esto llevó a que nos queden unas ocho unidades a la venta. Está prácticamente todo tomado", se entusiasmó Rosberg.

En cuanto a la rentabilidad del proyecto, el empresario destacó que "el negocio fue planteado para que la tasa interna de retorno sea mayor al 15%, incluyendo la venta de uvas, sin incluir el precio de la tierra, que se disparó en los últimos años".

Sobre este punto aclaró que "como toda inversión agrícola, es fluctuante: hay años en los que el precio de la uva es más alto, otros que no. Pero el objetivo es que al final de la inversión el negocio termine rindiendo".

Respecto al perfil de los inversores, Rosberg destacó que "son unas 80 personas hasta el momento. Hay argentinos, pero también gente de Canadá, Japón, Australia... profesionales exitosos y gente que piensa que ama los vinos y la gastronomía".

El sueño de tener una casa con vista a la cordillera

Respecto al proyecto La Morada de Los Andes, el mismo se inició, según Rosberg, "por el propio pedido de quienes habían invertido en Los Arbolitos".

Para ello, los responsables adquirieron una porción de tierra dentro del viñedo y luego se subdividió en parcelas.

"Las casas tendrán una ubicación ´superpullman´, con vistas abiertas al valle, a viñedos, a la cordillera y a Clos de Los Siete. Es una ubicación inmejorable", acotó.

Al respecto, el empresario aclaró un punto clave y es que "las 27 hectáreas fueron compradas al fideicomiso. Entonces, el que invirtió en el proyecto vitícola recibió un ingreso proporcional por la venta de la tierra, además claro del ingreso por la uva".

La Morada de Los Andes viene desarrollándose desde 2009. En la actualidad toda la infraestructura está lista, como los caminos asfaltados o la instalación eléctrica subterránea. Además, está en etapa de finalización el club house, el cual tendrá tres suites y piscina, todo en un ambiente de unos 1.000 metros cuadrados.

"Ahora estamos definiendo la decoración y toda la parte paisajística", sostuvo Rosberg.

Respecto al diseño, un punto interesante es que los lotes, que parten de los 2.500 y llegan a los 5.000 metros cuadrados, forman una "u", de modo que visualmente no están enfrentados, dado que las casas que, por ejemplo, se ubiquen en las puntas de esa "u" estarán a un kilómetro de distancia entre sí.

"Buscamos que sea todo muy privado y muy armonioso con el paisaje. Las vistas son increíbles y el fondo de cada lote serán los propios viñedos. La clave fue aprovechar el entorno", recalcó.

Rosberg volvió a hacer hincapié en su oposición a los proyectos del tipo "haga su propio vino" y a las propuestas faraónicas que después impliquen gastos de expensas descomunales: "Quien compra no va a tener que preocuparse por mantener una cancha de golf en un desierto, como es Mendoza".

Sin embargo, sí le encontró la vuelta para que el plan de real estate también tenga su pata lúdica: dentro de La Morada destinaron 1,2 hectáreas a un viñedo de Malbec que dará unos 12.000 kilos al año de "tremendo material genético, de estacas sacadas de un viñedo de 80 años de antigüedad", se entusiasmó el empresario.

El plan es hacer una pequeña bodega experimental para procesar ese volumen de uva. Luego, cada propietario de un lote recibirá cerca de cuatro cajas al año, es decir, unas 24 botellas.

"La idea es no atolondrar a los dueños con 500 botellas ni comprometerlo a elaborar todos los años esa uva, porque sabemos que cosechar es divertido una vez en la vida durante 15 minutos, pero no todas las vendimias", disparó.

Así las cosas, el objetivo es que queden entre 8.000 y 9.000 litros para que sean vendidos en el club house, en eventos o incluso a bodegas, de modo que se cubran los costos comunes de mantenimiento de este proyecto vitivinícola.

El tema de los costos fue un punto recurrente en la entrevista con Rosberg, quien volvió a reiterar que "no queremos que quienes apuesten por nosotros paguen demasiadas expensas. Tengo inversores que compraron terrenos en otros lugares de 3.000 metros y pagan más de u$s12.000 al año para mantenerlo".

"Por eso pensamos en hacer algo racional, un plan para una comunidad cosmopolita, pero de gente que comparta ciertos valores, que no quiera tirar la plata. Quienes están con nosotros saben que no vamos a hacer lotes de 10.000 metros cuadrados, con césped que, para mantenerlo, necesita millones de litros de agua en una provincia donde el tema hídrico es crítico", disparó.

Se revaloriza Valle de Uco

Es una de las zonas privilegiadas de la Argentina para la actividad vitivinícola, de la mano de algunas de las mejores etiquetas elaboradas en el país y que ayudaron a cimentar a nivel mundial la fama del vino nacional. Y, sin embargo, Valle de Uco hasta hace no mucho tiempo era un destino esquivo para el enoturismo, por falta de propuestas, de inversiones y también por una cuestión geográfica, dado que durante un largo tiempo se limitó a recibir a aquellos turistas que "osaban" cruzar las fronteras de Luján de Cuyo, ubicado a un puñado de minutos en auto desde la ciudad de Mendoza.

Sin embargo, las cosas fueron cambiando. Y Rosberg aseguró que, sus dos proyectos, en parte, están consolidando esta nueva etapa de la región.

"Históricamente, ir al Valle de Uco era una escapada de un día desde Mendoza. Se visitaban un par de bodegas y se regresaba. Pero ahora tenemos una masa crítica de bodegas abiertas al turismo, con más estructura, que permiten que hoy los turistas pasen dos o tres días en la región", explicó. 

Incluso, Rosberg destacó que "actualmente, la mitad de las diez bodegas con mejor arquitectura de la Argentina están en el Valle de Uco". 

Además, el empresario diferenció esta región de Luján de Cuyo por el hecho de que "no tiene esa precordillera que impide ver los picos nevados. Visualmente tiene un impacto muy grande". 

"Las cosas cambiaron y todos los que invertimos en los últimos años en esta parte de Mendoza estamos saldando una vieja deuda con Valel de Uco", concluyó. 

Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas - [email protected]