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El Gobierno habló con el "corazón" y el mercado le respondió con el bolsillo: dólar blue a $10,45

Primero Cristina Kirchner aseguró que no habrá devaluación. Después el equipo económico presentó un polémico blanqueo. ¿Por qué las medidas no convencen?
09/05/2013 - 10:07hs
El Gobierno habló con el "corazón" y el mercado le respondió con el bolsillo: dólar blue a $10,45

Ayer pareció resonar en la city porteña aquella antológica frase de Juan Carlos Pugliese, ministro de Economía de Raúl Alfonsín quien, en 1989 -ya con el austral herido de muerte y con una inflación desbordada- intentó convencer a particulares y empresas de que, en aras del interés patriótico, dejaran de lado su hambre por dólares y confiaran en la moneda nacional.

La contundente respuesta del mercado, que "se llevaba todos los dólares que se le cruzaban por el camino", llevó al ministro a su amarga reflexión sobre qué es lo que prima en la economía.

Pasaron 24 años, pero ciertas cosas parecen no haber cambiado.

Primero, irrumpió Cristina Kirchner con su fuerte discurso en contra de las devaluaciones. Luego, fue el turno de las extensas argumentaciones de los funcionarios del equipo económico, que recurrieron al tono "épico" para demostrar la conveniencia de apostar por el país. Además, se ocuparon de remarcar que "existe una situación holgada en cuanto a divisas" y que nunca hubo indicadores tan sólidos.

Sin embargo, el mercado respondió con un "cachetazo".

Batiendo tres récords simultáneos, el dólar blue cerró en $10,45, no sólo su mayor marca histórica, sino también la mayor suba en una jornada y, además, rompiendo la barrera psicológica de 100% de brecha respecto del tipo de cambio oficial.

Los primeros cinco días hábiles de mayo muestran una suba del 11% para el dólar "ilegal".

Los analistas de la city no dudan en atribuirlo a una especie de efecto boomerang: el anuncio que supuestamente debía transmitir tranquilidad al mercado no hizo más que confirmar los temores previos.

"Si el Gobierno toma medidas que no tienen que ver con los problemas reales de la economía, eso es todavía peor que no anunciar nada. Y, ante estas iniciativas no aptas para el mercado, su reacción natural es salir a comprar más dólares", destaca Diego Giacomini, economista jefe de la consultora Economía & Regiones.

Y agrega que no sería extraño seguir viendo una escalada del dólar blue: "El mercado, acertadamente, diagnostica que el principal problema es la propia existencia de ese tipo de cambio paralelo, porque hizo que el enfriamiento se transformara en estancamiento, ya que hace caer la inversión. Y ve que esa dinámica va a continuar". 

En la misma línea opina Gastón Rossi, economista jefe de LCG, la consultora del ex ministro Martín Lousteau: "El Gobierno hace anuncios que no conciernen al grueso de la población. Lo que hace falta es una rectificación de la política económica".

Su visión es que, mientras persista el problema de la inflación y la financiación monetaria del déficit, no se mejorará la pérdida de credibilidad que hoy acusa el mercado.

Parece un punto de vista compartido en varias mesas de la city porteña.

"Nadie le cree al Gobierno, por más blanqueo que haga. La estampida del blue contradice lo que afirma, respecto de que la economía está perfecta", sostiene Agustín Cramo, analista de mercados financieros.

Además, señala otra cuestión: "Muchos particulares comprarán la máxima cantidad de dólares que puedan en el paralelo con una gran cantidad de pesos no declarados, inyectándole así más presión a la divisa informal". 

En definitiva, los expertos coinciden en afirmar que las dos herramientas anunciadas el martes pasado no condicen con el momento actual del mercado, ya que se necesitaba anunciar otro tipo de disposiciones.

Y una de las peores sospechas es que, contrariando la "holgura de divisas" que proclaman los funcionarios, el sentido último de este blanqueo es, justamente, atender una situación financiera mucho menos oxigenada de lo que se quiere reconocer.

Un informe de la consultora Ledesma señala que el balance del Banco Central todavía no refleja un eventual desembolso que deberá enfrentar a lo largo del año para auxiliar al tesoro, ya que hay u$s8.300 millones en vencimientos de deuda pública.

"Divisas que, si no aparecen de otro lado, deberán ser aportadas por la entidad y que, en consecuencia, dejarán a la autoridad monetaria en una situación excesivamente precaria desde el punto de vista patrimonial", señala el informe.

Y concluye que es en ese contexto que debe entenderse la oferta del Gobierno: en un momento de caída de reservas -ya debajo de los u$s40.000 millones- y con reducción del superávit comercial, con acuciantes necesidades en el campo energético y sin acceso al mercado internacional de crédito.

¿El tiro por la culata?

¿Por qué subió ayer el blue hasta su nuevo récord? No faltan quienes creen que el propio Gobierno fue el que indujo a una mayor demanda.

El argumento es que el blanqueo aumenta el apetito por adquirir billetes verdes en las cuevas, ya que es la forma de blanquear capitales para quienes están con pesos y en situación irregular.

"El blue puede subir, porque si usted tiene pesos en negro y quiere entrar al blanqueo, tiene que salir a comprar dólares. Como no se los venden en el mercado oficial, tiene que ir al negro, y esto puede aumentar la cotización. Así, termina comprando un blue caro para adquirir un bono muy caro y venderlo en el mercado más barato", describe el consultor Salvador Di Stefano.

Rossi, de LCG, cree que esta situación se prolongará, al menos en una primera etapa, hasta que los ya famosos "Cedines" empiecen a circular en el mercado y, eventualmente, compitan con el blue por captar los pesos de los ahorristas.

"Claro que todo dependerá de cuántos dólares efectivamente se obtengan con el blanqueo. Y luego, de cómo siga la política monetaria del Gobierno, porque si se emiten pesos a mayor ritmo que los Cedines, no va a ser efectivo para contener al dólar", argumenta.

Sea cual fuere el motivo que llevó a los ahorristas a subir la presión sobre el blue, lo que queda claro es que lo de ayer no se trata de una "suba estacional" ni esperada por los operadores.

Más bien, al contrario, lo típico es que en los primeros días de un mes siempre se de una "tregua" en el mercado paralelo.

Si se va para atrás en el análisis se observa que sólo en mayo y en enero pasado se dio la situación de que el precio haya saltado a comienzos de mes, ya que en otros dos no se movió y en el resto cayó, incluso hasta más de un 3%.

Un conocido operador de la city, consultado por iProfesional, señala que "la primera semana suele marcar el piso de los precios de cada mes, porque muchas empresas y particulares venden un poco más de dólares para hacer frente a sus compromisos. Pagan sueldos y otras obligaciones".

"La suba de este mes ha sido atípica y responde, sobre todo, a la incertidumbre que reina en el mercado y a la falta de confianza, ante la ausencia de medidas efectivas para resolver los problemas más urgentes", agrega.

Una oportunidad para el "cuasi dólar"

Es en este contexto que arrecian las versiones sobre nuevas medidas del Gobierno con el fin específico de domesticar al dólar paralelo.

A ello contribuyó la reunión (una vez más) que Guillermo Moreno mantuvo con los principales cambistas de la city, y también las declaraciones de Axel Kicillof, en el sentido de que hay más ideas en carpeta para atacar el problema.

A juzgar por los antecedentes del Gobierno, y por los argumentos esgrimidos por Kicillof en la conferencia de prensa del martes -respecto de la necesidad de cuidar los dólares- resulta impensable que la solución pueda venir por una flexibilización del cepo cambiario.

Más bien, todo apunta a "más de lo mismo". Es decir, a mayores controles, regulación y amenazas de sanciones.

"Lo esperable son medidas tendientes a que el 'cepo' sea más profundo, medidas restrictivas con emisión sostenida y nada más, tratando que este Gobierno llegue a las elecciones de la mejor manera posible", explicó Marcelo Trovato, analista de Pronóstico Bursátil.

Para Mariano Lamothe, economista jefe de Abeceb.com, la gente observa que las autoridades no tienen una respuesta adecuada a los problemas con el dólar, ni un plan económico integral y "por eso toma actitudes conservadoras y busca refugiar su dinero".

Lo cierto es que el método Moreno parece estar en rendimiento decreciente: la primera vez que recurrió a la presión a los cambistas, a fines de 2011, tuvo éxito en su objetivo. Pero cada vez ha ido logrando menos resultados, como el reciente intento de bajar al blue a $6, algo que hoy suena como un mal "chiste".

El escepticismo del mercado es indisimulable.

"No manejaron el blue porque siempre lo negaron. La única alternativa que les quedaría, ahora que se descontroló, es inyectar u$s40 millones por día para aquietar las aguas", afirma off the record un analista del mercado cambiario.

De momento, no parece que sea una opción admisible para una administración necesitada de caja.

De manera tal que la especulación pasa por qué tan fuerte será el entusiasmo generado por los Cedin y su posibilidad de formar un mercado secundario con cierto volumen, donde estos papeles puedan circular como "cuasi dólares" y resten presión sobre los "billetes azules".

Hay analistas que manifiestan dudas respecto de la operatoria. Como Alfonso Prat Gay, ex titular del Banco Central, para quien "si alguien vende un departamento y le dan Cedin, no está claro qué puede hacer con ese título".

Si bien los funcionarios aseguraron que los dólares quedarán encajados al 100% en el Banco Central y que los nuevos bonos serán convertibles, Prat Gay ve contradicciones con el resto de la normativa vigente.

"Subsiste la norma que prohíbe atesorar dólares. Entonces, con ese Cedin no se puede ir al Central a pedirlos, porque sería el equivalente a comprar divisas para atesorar", observa Prat Gay.

El ex titular del Banco Central adelanta que la consecuencia de esa situación es que estos títulos tengan en el mercado secundario un valor muy inferior al nominal.

En definitiva, que no será una alternativa fuerte para aquellos que quieren sacarse los pesos de encima.

Lo que sí es seguro, precisamente, es que seguirá firme la voluntad de la gente por huir de la moneda nacional, en la medida en que el Gobierno no logre combatir la inflación.

"El Ejecutivo tiene que entender que el dólar es el refugio de los argentinos ante la suba de precios. ¿Qué recurso ocioso rindió 90% en el último año?", se pregunta Rodrigo Alvarez, economista jefe de Analytica, en una reflexión que resume el sentir general del mercado.

Ese mismo mercado que, fiel a su instinto, seguirá respondiendo con el bolsillo, por más que busquen seducirlo con discursos épicos y argumentos emocionales.