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La otra cara de las cifras oficiales y de esos récords que el Gobierno ya no puede festejar

Ventas de autos, recaudación, empleo, precios, tecnología nacional. Todo esto, paradójicamente, suma preocupación a la Casa Rosada. Economía "lado B"
17/06/2013 - 09:51hs
La otra cara de las cifras oficiales y de esos récords que el Gobierno ya no puede festejar

Si hay algo bien aceitado en la administración kirchnerista es la gran maquinaria de comunicación. 

Ya sea a través de los medios periodísticos afines, de la televisión pública, de la propaganda difundida en los entretiempos de Fútbol para Todos, o mediante la cuenta de Twitter de la Presidenta, el Gobierno se encarga, una y otra vez, de dejar en claro que siempre "hay motivos para festejar".

A través del aparato de difusión armado para tal fin, desde el Ejecutivo se viralizan estadísticas y números que involucran a un sinfín de actividades y sectores.

Así, mes a mes, se suelen festejar todo tipo de cifras, como las vinculadas al patentamiento de 0Km, empleo, recaudación o producción de celulares. 

La palabra "récord" debe estar entre las más utilizadas por el oficialismo. Y cada vez que se apela a ella es para remarcar el éxito del modelo K, al tiempo de reforzar la "mística" del relato.

Este discurso orquestado, en el que se echa mano a todo tipo de números, sin embargo, tiene su contracara. Y esto responde a que muchas de las cosas que se festejan y se presentan como un logro de la gestión kirchnerista, paradójicamente, son muestras de cómo el modelo está "haciendo agua".

1. El "lado b" del boom de los 0Km

La industria automotriz es uno de los grandes símbolos de la era K. De hecho, es una rama de actividad que viene explicando la mitad del crecimiento de todo el "Made in Argentina" desde el 2009.

Y este año, todo indica que este rubro volverá a festejar, de la mano de nuevos récords históricos: la producción podría superar las 850.000 unidades, superando holgadamente la anterior mejor marca, alcanzada en 2011.

A esto se suma el boom de ventas de 0Km. Las concesionarias vienen de cerrar el "mejor mayo" de la historia. Y tienen "hambre" de más: apuntan a concluir 2013 con un salto de casi el 10%, marcando otro hito para el sector.

Claro que, estos dos aparentes éxitos, tienen su contracara: por un lado, si bien el hecho de que se fabriquen más vehículos en la Argentina trae aparejado un beneficio para el empleo, no es menos cierto que la altísima dependencia de insumos importados llevará a que este año termine por explotar el déficit comercial de autopartes y componentes para el armado de 0Km.

Según datos de Abebeb, en 2012 el "rojo" por importaciones de piezas para las terminales sumó u$s8.300 millones. Sin embargo, el boom de producción que se espera para este año terminará llevando dicho déficit -según proyecta la consultora- a niveles alarmantes, del orden de los u$s9.600 millones.

Esto se debe a que cada auto nacional tiene apenas 30% de componentes locales, pese al "modelo industrializador" que el relato viene pregonando desde hace ya diez años.

¿El resto? Se tiene que traer del exterior. Y estas importaciones "succionan" dólares de la plaza doméstica, dado que el BCRA es quien provee de divisas para el pago de estas operaciones.

Así, estos u$s9.600 millones que se "fugarán" por importaciones de autopartes  representan, ni más ni menos que: 

•Un 20% más que lo que se espera en concepto de superávit comercial para todo 2013.

• Un 140% más que lo que apunta el Gobierno a "recolectar" por la vía del blanqueo.

Paralelamente, el éxito de ventas de Okm, según el consenso entre expertos, no es más que la consecuencia del "ocaso" de algunas alternativas de refugio que históricamente fueron elegidas por los argentinos, como los plazos fijos -que vienen perdiendo contra la inflación-, el dólar -cuyo acceso legal está restringido- o el ladrillo -se estima que actualmente, para poder comprar la misma cantidad de metros cuadrados que hace dos años, se requiere un ingreso promedio 40% más elevado-.

2. La recaudación y los "anabólicos"

A principios de cada mes, la AFIP presenta los datos de recaudación. Y la palabra "récord" se escucha una y otra vez.

Además, muchas veces la propia Presidenta, en algún acto, elige tirar un adelanto como forma de demostrar que la economía sigue creciendo.

Días atrás, la mandataria festejó el hecho de que "la capacidad recaudatoria se vio incrementada en la última década, no porque aumentamos impuestos, sino por la virtuosidad del modelo".

Así las cosas, durante los primeros cinco meses del año, la recaudación acumuló un alza del 28%, marcando un record histórico que, en principio, parecería ser holgado y cómodo pero que, en realidad, no lo es.

Sucede que, cuando se festejan estas cifras cada vez más elevadas, en realidad, el Gobierno está dejando de lado varios puntos que terminarían apagando las luces de esa fiesta:

•Recaudación por IVA: por un lado el "IVA impositivo", es decir, por ventas en el mercado interno, en el período enero-mayo creció apenas 23%.

Si se tiene en cuenta que durante el mismo lapso los niveles de ventas de los comercios acumularon una caída de casi 4% promedio, esto deja en evidencia que el incremento fue porque los productos que se compran son más caros. Es decir, por el efecto inflacionario. 

"Se ha hecho rutina anunciar récords de recaudación impositiva que, más que una buena noticia, testimonian la intensidad del proceso inflacionario", confirmaron desde la consultora IDESA. 

En tanto, el "otro" IVA, el "aduanero", que no es otra cosa que un impuesto a las importaciones, se disparó en los primeros cinco meses un 50%.

En buen romance: las compras al mundo, tan boicoteadas desde el Gobierno, se convirtieron en una de las patas de la caja oficial, a tal punto que más de 3 de cada 10 pesos recaudados en concepto de este tributo se deben a las "odiosas" importaciones.

• El "efecto Ganancias": la mayor recaudación está basada en tres factores que funcionan como una suerte de "anabólicos":

-Una modificación insuficiente en el mínimo no imponible, que hace que cada vez más empleados paguen el tributo.

-La imposibilidad de que las empresas puedan utilizar el ajuste por inflación, provocando que se abone este impuesto sobre utilidades "ficticias".

-La aplicación del recargo del 20% sobre el turismo y las compras con tarjeta en el exterior, que antes no existía.

A eso se suma que otros conceptos, como Monotributo y Bienes Personales no se actualizan desde el año 2010 y 2007. Y los desfasajes que generan son de tal magnitud que hoy una persona dueña de una cochera puede llegar a tener que pagar este último impuesto.

Así las cosas, está claro que si el Gobierno hubiese ido actualizando todos estos parámetros, la recaudación sería considerablemente menor a la actual. 

3. Salarios altos en dólares

Cada vez que se pretende marcar el proceso de "redistribución del ingreso" que pregona el modelo, desde el Ejecutivo se hace referencia a los altos ingresos medidos en términos de billete verde. 

Días atrás la propia Presidenta festejó el hecho de que "en salarios mínimos y medios, y jubilaciones y asignaciones, siempre Argentina "figura en primer lugar en toda la región".

Sin embargo, esto encierra un problema que desde el Gobierno no se menciona. Ernesto Kritz, de Poliarquía, aseguró a iProfesional que "tener salarios altos en dólares no implica que haya un mejor poder adquisitivo. Y hasta es una desventaja, porque este proceso en la Argentina no estuvo acompañado por subas en la productividad. Esto redujo la competitividad de nuestras empresas". 

Por su parte, Jorge Colina, director de IDESA, aseguró que "en los últimos años, las remuneraciones crecieron a un promedio cercano al 30%, el dólar varió un 10% promedio y la productividad no llegó a mejorar el 5%".

Esto, prosiguió, llevó a que "el costo laboral, ajustado por productividad, a partir de 2011 haya pasado a ser más elevado que en épocas de la convertibilidad".

En efecto: tal como se puede observar a continuación, dicho indicador ya se ubica casi 27 puntos por encima del año 2000 y supera a otras naciones europeas con altos sueldos, como Alemania.

4. Nivel de empleo y la otra realidadTras el crac de 2001, la Argentina tenía todo servido como para que se recuperara el empleo: bajos niveles salariales en términos de dólar y alta capacidad ociosa.

Según Kritz, "si bien durante la última década se crearon 3,5 millones de puestos de trabajo, dos tercios de ese total fueron en la época de Néstor Kirchner. El resto, durante las administraciones de Cristina".

"A partir de 2008 se desaceleró la creación de empleo y hoy estamos en una situación de estancamiento. No se están generando puestos en el sector privado. De hecho, lo poco que se está creando es básicamente en el sector público", acotó Kritz.

Para muestra basta un dato: sólo desde 2008 a hoy, el Estado sumó a su nómina más de medio millón de personas.

Por otra parte, según datos del INDEC, en tres meses se perdieron unos 255.000 puestos, elevando la desocupación hasta el 7,9%, lo que se traduce en 1,3 M de personas sin empleo. Así, se puso fin al ciclo caracterizado por una constante baja de este índice.

En este contexto, Colina alertó que el hecho de que el sector público haya pasado a convertirse en la única gran "agencia de empleo", "trae un beneficio, que es amortiguar la menor actividad privada. Pero está claro que esto termina agravando las cuentas fiscales".

4. Congelamiento de precios

El plan "freezer" instrumentado por el Gobierno a comienzos de año implicó que finalmente se reconociera oficialmente el problema inflacionario.

El inconveniente estuvo en la estrategia elegida para combatirlo: el congelamiento total de precios en supermercados, que luego se reconvirtió en una controvertida canasta de 500 productos, que irónicamente incluye más marcas de tinturas para el pelo que lácteos.

El punto es que, cuanto más éxito tenga Moreno con esta estrategia, peor resultará para la economía, porque, por un lado, se seguirán "poniendo parches" y posponiendo las verdaderas soluciones de fondo.

Por otra parte, expertos temen que, el día que finalicen estos acuerdos, los precios experimentarán una "disparada" para corregir tantos meses de "freezer".

"Se corre el riesgo no sólo de regresar a los niveles de inflación anuales registrados antes del congelamiento, sino de hacerlo con una inercia alcista, es decir, con precios creciendo a un mayor ritmo que en el pasado", alertaron desde la consultora Elypsis.

A esto se suma un punto no menor: el lanzamiento del plan "Mirar para cuidar", con el que se creó una suerte de "cuadrilla de control de precios", alimenta el clima de restricciones y, con él, los faltantes de productos, tal como vienen alertando desde Acción del Consumidor y otras entidades.

5. El "Made in Argentina", con "ADN" asiático

Desde el Gobierno festejan el hecho de que casi el 100% de los televisores, acondicionadores de aire y celulares que se comercializan en el mercado interno tienen "sello nacional", dado que se ensamblan en Tierra del Fuego.

El problema es que en algunos productos, como notebooks, más del 95% está armado en base a componentes importados. Así, cuantos más equipos electrónicos se venden, más dólares se van de la economía. 

Según el analista Lucio Castro, esto llevó a que, "el déficit comercial en esa provincia más que se duplicara, al pasar de u$s2.000 millones en 2009 a u$s4.500 millones en 2012".

Esto no es todo: los altos costos laborales de Tierra del Fuego, todo el movimiento logístico que implica tener un polo industrial en el sur del país y el "cerrojo" importador, llevan a que la Argentina "atrase años" en materia de novedades tecnológicas.

Otro punto no menor es el de los precios: a causa del cerrojo, adquirir un producto en el mercado local, por ejemplo, de la línea Apple, resulta un 80% más costoso que hacerlo en un comercio de EE.UU., recargo del 20% por pago con tarjeta incluido.

6. Inversión récord... con "salvedades"

Recientemente, el Gobierno festejó el hecho de que el país "colectó" más de u$s12.000 millones en materia inversión extranjera directa, lo que implicó un salto del 27% respecto de 2011.

Sin embargo, según IDESA, esta cifra encierra dos datos preocupantes. Por un lado, el país quedó en el quinto puesto, siendo superado por Brasil, Chile, Colombia y México y quedando casi a la par de Perú.

"Estos datos demuestran que países con menores potencialidades productivas, comerciales y de dotación de recursos reciben más desembolsos que la Argentina", señalaron. 

A esto se agrega otro punto no menor: el 70% de la inversión extranjera directa fue reinversión de utilidades, es decir, desembolsos "que fueron forzados por la prohibición a remitir remesas al exterior".

Así las cosas, y como quedó de manifiesto, existen las cifras oficiales pero también las "estadísticas paralelas", esas que ayudan a entender la otra cara de un Gobierno que se cansó de festejar las bondades del modelo. 

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