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Con 4 notebooks, un cubo Rubik y una llave USB, Snowden destapó cómo funciona el espionaje mundial

El ex agente de la CIA puso en aprietos a Obama y Cameron. Cómo se gestó la denuncia del joven que desafió al aparato de inteligencia de EE.UU.
01/07/2013 - 15:13hs
Con 4 notebooks, un cubo Rubik y una llave USB, Snowden destapó cómo funciona el espionaje mundial

La historia de Edward Joseph Snowden es la de un joven analista de inteligencia que decidió arriesgarlo todo para denunciar los abusos del espionaje masivo que realizan los servicios secretos de su país. Es la historia de un ex empleado de la CIA que se asomó a las prácticas irregulares de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y decidió que el mundo debía conocerlas. Y también es la historia de un "friki" de la informática amante de la cultura japonesa que dejó atrás a su novia y una cómoda vida en Hawai para emprender un viaje peligroso e incierto.

Snowden desató una tormenta mundial exponiendo la fragilidad de la privacidad de nuestras comunicaciones en la era digital, dejando al descubierto a los gigantes de Internet -Google, Facebook, Microsoft-, sacando los colores al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al premier británico David Cameron, generando una crisis diplomática entre Ecuador y EE.UU, y poniendo en guardia a los más potentes servicios secretos del mundo. Todo, con cuatro computadoras portátiles, una llave USB y, en la mano, un cubo de Rubik.

El diario El País publicó este lunes la reconstrucción de la huida del hombre más buscado durante las últimas tres semanas.

Su periplo arrancó en Hawai, en mayo, el día en que comunica a su superior en la compañía Booz Allen Hamilton, una de las más potentes organizaciones privadas de espionaje del mundo -muchas de ellas trabajan subcontratadas para los servicios de inteligencia nacionales de los países- que se tiene que ir durante dos semanas para tratar sus problemas de epilepsia.

A su novia Lindsay, con la que lleva cuatro años, le dice que tiene que ausentarse por unas semanas. Lindsay, una chica que practica la acrobacia, pudo comprobar que, en los últimos meses, Snowden estuvo como ausente. Pero tampoco tiene por qué extrañarse. Su chico trabaja en el sector de inteligencia.

El lunes 20 de mayo, Snowden tomó un vuelo que cambió su vida para siempre. Atrás dejó su casa de Waipahu, West Oahu, Hawai. Hacía cuatro meses que había entrado en contacto con la documentalista y periodista independiente norteamericana Laura Poitras. Hacía menos de un mes que había empezado a escribirse, mediante comunicaciones encriptadas, con el bloguero norteamericano del diario británico The Guardian Glenn Greenwald.

Desde ese momento, una de las filtraciones más importantes de la historia de Estados Unidos se está gestando.

El avión en el que se embarcó Snowden se dirigió a Hong Kong. "Hizo bien eligiendo este destino", contó por teléfono desde Hong Kong Heriberto Araújo, experto en cuestiones de ciberespionaje. "Es un territorio controlado por China, que no es país amigo de EE.UU., pero en el que las leyes funcionan, y de donde no iba a ser fácil sacarle", explicó el autor del libro La silenciosa conquista china.

Snowden aterrizó en la ex colonia británica con una maleta negra y cuatro computadoras portátiles. Se alojó en el Hotel The Mira, en Nathan Road, una ruidosa calle conocida por sus tiendas, en el distrito de Kowloon.

Durante dos semanas, según contó el diario británico The Guardian, apenas salía de su habitación con vista al parque que da nombre al distrito.

Pedía que le subieran la comida a su cuarto, decorado con un falso cocodrilo, en ese hotel de 250 euros la noche.

Llevaba poco equipaje con él. El libro de memorias del ex presidente de EE.UU., Dick Cheney, las computadoras, algo de ropa y el cubo de Rubik.

Snowden se atrincheró. Colocó almohadas en la rendija de la puerta de la habitación para evitar escuchas. Mayo llegó a su fin y se citó por fin con el bloguero de The Guardian, Glenn Greenwald.

Las indicaciones que dio, según relatará The New York Times, son las siguientes: Greenwald y sus dos acompañantes, la documentalista Laura Poitras y otro redactor del diario, debían acudir a un hotel de Hong Kong y pedir en voz muy alta indicaciones sobre otra zona del hotel. Si todo iba bien, en ese momento aparecería un hombre con un cubo Rubik en la mano.

Greenwald se quedó sorprendido. Esperaba encontrarse a un veterano espía, no a un joven de 29 años.

El viernes 7 de junio, los dos diarios con los que entró en contacto presentándose bajo el seudónimo de Verax, el estadounidense The Washington Post y el británico The Guardian sueltan la bomba informativa: Estados Unidos ejerce un espionaje masivo recolectando información a través de Google, Facebook, Apple y Skype.

La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) tiene acceso, mediante el programa Prisma, a los correos electrónicos, búsquedas de internet, archivos enviados y conversaciones online de cualquier ciudadano no estadounidense fuera de las fronteras de EE.UU.

El programa genera unos 2.000 informes al mes. Cerca de 77.000 expedientes se nutrieron de información personal de ciudadanos conectados a la red. Todo ello gracias a una ley aprobada por el ex presidente George Bush Jr. y refrendada por Obama.

Según saltan las primeras noticias, el mandatario norteamericano decide justificar estas prácticas y se escuda en la lucha contra el terrorismo internacional.

Pero la bomba informativa genera repercusiones en todo el mundo.

Daniel Ellsberg, el protagonista de la célebre filtración de los Papeles del Pentágono, del año 1971, en que se ponía al descubierto la política del organismo en la guerra de Vietnam, calificó la filtración de Snowden como la más importante en la historia de su país, al que renombró como United Stasi of America, en alusión al temido servicio secreto de la República Democrática Alemana.

El domingo 9 de junio la imagen de Edward Joseph Snowden, grabada en video por la documentalista Laura Poitras, inundó las pantallas informativas de medio planeta.

The Guardian colgó en su web la entrevista que le hizo el bloguero Glenn Greenwald en la habitación del hotel de Hong Kong.

"No puedo permitir que el gobierno de EE.UU. destruya la intimidad, la libertad de Internet y las libertades fundamentales de las personas con esta máquina de vigilancia que está construyendo en secreto", argumentó Snowden en la entrevista las razones por las que revelaba el espionaje.

Obama, contra las cuerdas

Snowden puso al presidente de EE.UU frente a la peor crisis de su gestión. En Londres también empiezan a sonar las campanas. El primer ministro, David Cameron, se niega a confirmar o desmentir que el GCHQ, centro neurálgico de las escuchas de la inteligencia británica, haya utilizado el programa Prisma.

El lunes 10 de junio, en torno al mediodía, Snowden abandonó la habitación de su hotel.

El gobierno de los Estados Unidos anunció que lo perseguirá mientras 25.000 personas firmaban en Internet una petición a Obama para que lo perdone.

Y la reacción europea no tardó en llegar. Tres días más tarde, Vivianne Redding, vicepresidenta de la Comisión Europea, declaró: "El concepto de seguridad nacional no significa que todo vale. Los Estados no tienen un derecho ilimitado de vigilancia secreta".

Pocos días después entró en juego Wikileaks. La plataforma de filtraciones del australiano Julian Assange se muestra dispuesta a ayudar a Snowden.

Para ello, decidió enviar a Hong Kong a un valor seguro: Sarah Harrison, la persona que desde hace más de dos años está permanentemente al lado de Assange, su asistente y mano derecha, mujer que ha ejercido labores de organización, periodismo de investigación y comunicación en la plataforma.

Harrison es quien más cerca estuvo del editor australiano en los últimos dos años y medio. Lo acompañó mientras andaba huido en los días del Cablegate, durante su arresto domiciliario en la campiña británica y en su reclusión en la Embajada de Ecuador en Londres.

Ahí es donde pudo trabajar codo con codo con el juez Baltasar Garzón, abogado de Assange.

Sarah Harrison, además, sabe lo que es estar junto a un hombre perseguido por distintos servicios secretos. Sabe lo que es una persona batallando legalmente para impedir un proceso de extradición. Sabe manejar información secreta.

El ángel de la guarda de Julian Assange se dispouso a viajar a Hong Kong para convertirse en ángel de la guarda de Edward Joseph Snowden.

"Tiene una experiencia muy amplia en una gran diversidad de campos", explicó en conversación telefónica desde Nueva York, Kristinn Hrafnsson, portavoz de Wikileaks, en alusión a la cualificación de Harrison.

"Maneja bien los ángulos legales, entre otros, las cuestiones relativas a una extradición", sostuvo.

Hrafnsson, recién regresado de Ecuador, contó que él se encargó personalmente de las gestiones en Islandia para intentar que el gobierno acoja al analista norteamericano. Decidió hacerlo poco después de escuchar las palabras de Snowden, que en el video de The Guardian, expresaba su deseo de recalar en el país nórdico.

El curtido periodista de investigación islandés afirmó que Wikileaks ya tiene un abogado para Snowden en territorio norteamericano, del que pronto se conocerá el nombre. Y aseguró que Garzón no aceptó hacerse cargo de su defensa por una cuestión de ángulos legales, no porque no crea en la causa de Snowden.

Además, señaló lo que considera una gran paradoja en todo este asunto: "El departamento de Justicia estadounidense persigue al filtrador, acusándole de espionaje, cuando son ellos los que están espiando masivamente".

Hrafnsson no dio detalles del día de llegada de la asistente de Assange a Hong Kong. No quiso revelar ninguna información sobre los movimientos de Edward J. Snowden.

Sarah Harrison asistió a la reunión que el ex analista de la NSA mantiene, aún en Hong Kong, con un equipo de abogados. Valoran la situación. Snowden pidió a todos los asistentes que guarden sus móviles en la nevera para evitar escuchas, según relató The New York Times.

El jueves 20 de junio, desde Islandia, un colaborador de Wikileaks, el empresario islandés Olafur Sigurvinsson, aseguró que tiene un avión preparado para traer al analista norteamericano a Islandia: tan solo queda la obtención del permiso del gobierno.

El Departamento de Estado de EE.UU. solicitó a Hong Kong la extradición de Snowden, que el viernes 21 de junio cumplió 30 años. Dos días más tarde, el domingo 23 llegó a manos del presidente de Ecuador, Rafael Correa, una carta de Snowden, pidiendo asilo político.

No es una misiva larga. En algo más de cuatro párrafos, solicita que lo hospeden en el país por el riesgo de persecución de Estados Unidos debido a su decisión de hacer públicas graves violaciones por parte del gobierno de Obama.

"Como resultado de mis opiniones políticas y del ejercicio de mi derecho a la libertad de expresión (...), el Gobierno de los Estados Unidos ha anunciado una investigación criminal en mi contra".

En la carta hizo un paralelismo con la filtración de Wikileaks.

"Mi caso es muy similar al del soldado Bradley Manning, que publicó información gubernamental a través de Wikileaks, revelando crímenes de guerra. Él fue arrestado y recibió tratos crueles". Para terminar la comunicación, señaló: "Es improbable que reciba un juicio justo, corriendo el riesgo de cadena perpetua y muerte". Por eso, dice, pide asilo.

Ese mismo día, el vuelo Nº 213 de la compañía rusa Aeroflot aterrizó en la Terminal E del aeropuerto de Sheremiétevo, Moscú. Se supone que en él viajó el analista estadounidense acompañado por Sarah Harrison. La prensa lo esperó en el aeropuerto. Se vieron autos con placas diplomáticas, pero Snowden no apareció. No hay rastro de él.

Julian Assange declaró desde Londres que Snowden está bien y en "lugar seguro". Algunas informaciones apuntan a que tenía reserva para viajar, rumbo a La Habana, al día siguiente, en el vuelo Nº 150 de Aeroflot.

Sin embargo, el lunes, el asiento 17A del vuelo nº150, en el que supuestamente iba a viajar, fue vacío.

El martes 25, Vladímir Putin aseguró que Snowden se encuentra en la zona de tránsito del aeropuerto, pero se negó a conceder su extradición.

El presidente ruso confesó que preferiría no ocuparse de casos como el de Snowden: "Es lo mismo que trasquilar a un cerdo: mucho chillido y poca lana", declaró.

Snowden se beneficia de los milagros del mundo moderno. Estando en Moscú, no está técnicamente en Rusia porque no cruza formalmente la frontera y no le sellan el pasaporte -que, por lo demás, Washington ya anuló-, lo que significa que la policía local no puede detenerle.

En la zona internacional de Sheremiétvo unos dicen que se aloja en el hotel Vozdushny Express (Expreso Aéreo) mientras otros aseguran que, al ver los precios (60 euros las 4 horas por una minihabitación con baño y ducha individual), se dio media vuelta y se fue.

El presidente venezolano Nicolás Maduro se mostró dispuesto a recibirlo en Caracas.

"Esto es todo un juego de intereses; ni chinos, ni rusos le habrán dado cobertura gratis", se aventuró a pronosticar Daniel Sansó-Rubert, experto en inteligencia y seguridad que trabaja en un seminario organizado por la Universidad de Santiago y el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Cesedén).

"Lógicamente, habrán intentado extraer de él toda la información posible. Estas cosas funcionan así, lo que pasa es que normalmente las cartas se intercambian debajo de la mesa", aseguró.

El viernes 28, Snowden parecía atrapado en un callejón sin salida. Su pasaporte invalidado le impide entrar en territorio ruso. Ecuador dice que su país no puede otorgarle asilo si no se encuentra físicamente en territorio ecuatoriano -en la embajada, por ejemplo-.

Barack Obama afirmó el día anterior que no va a movilizar aviones para detener a un hacker de 29 años, en un intento de que la crisis no afecte a sus relaciones con China y Rusia.

Mientras medio mundo se pregunta dónde está Snowden, su padre Lonnie concedió una entrevista a la cadena NBC en la que asegura que su hijo estaría dispuesto a regresar a EE.UU. si le garantizan que permanecerá en libertad antes de que comience su juicio. No ha hablado con él, dice.

Edward Snowden está acusado de robo y apropiación de documentos del gobierno de EE.UU.

"Ya se hizo un hueco en la historia junto a Daniel Ellsberg y Bradley Manning", sintetizó Kritinn Hrafnsson desde Nueva York. "Hombres que lo arriesgaron todo y que actuaron con valor, siguiendo su conciencia".

Son muchas las voces que en Estados Unidos se levantan contra lo que consideran una traición.

Pero lo que parece claro es que, en el momento de realizar la filtración, Snowden es un tipo con una larga experiencia en el campo de la inteligencia militar que sabe lo que hace y a qué se expone. Tiene muy presente el ejemplo de Bradley Manning, el soldado que supuestamente filtró información secreta a Wikileaks. Le admira. Es algo que dirá a los periodistas de The Guardian. "Manning es el clásico filtrador. Lo que le inspiró fue el bien común".

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