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Cambio de hábitos: por qué la clase media ya no adelanta consumos para ganarle a la inflación

Hasta hace dos años, era habitual la compra anticipada para "ganarle la carrera" al incremento de precios. Pero hoy ese hábito empieza a ceder el terreno
28/07/2013 - 12:10hs
Cambio de hábitos: por qué la clase media ya no adelanta consumos para ganarle a la inflación

Hasta hace dos años, la inflación funcionaba como un motor que impulsaba a los argentinos a gastar sus pesos en el mercado interno.

Incluso era vista como "funcional" al modelo, dado que la clase media se volcaba a consumir como forma de refugiar su dinero y "ganar comprando", ya que se anticipaban a los futuros aumentos de precios.

Con sus pesos en mano -o aprovechando los generosos descuentos que se ofrecían para la compras con tarjeta- encontraba en el shopping un lugar donde "invertir" parte de su salario.

Y así siguieron las cosas hasta 2011. El llamado "boom del consumo" ya era parte del vocablo cotidiano.

Pero hoy la situación cambió. La inflación no cedió -las consultoras privadas la estiman en un 25% anual- pero dejó de representar un estímulo para la compra.

Los particulares comenzaron a tomar una actitud más precautoria a la hora de sacar plata del bolsillo y dejaron atrás el "consumismo compulsivo" que los caracterizaba.

Fueron, poco a poco, abandonando ese hábito en pos de un mayor cuidado de su presupuesto.

¿Qué es lo que motivó el cambio? Los expertos hacen referencia básicamente a dos factores: la caída en el nivel de confianza respecto a la situación personal y a la del país y a la mayor inseguridad con respecto a la estabilidad laboral.

En relación con el primer aspecto, un reciente relevamiento sobre expectativas económicas realizado por la UCA y TNS-Gallup da cuenta de una baja en este indicador del 10% interanual.

Sobre el segundo punto, el mismo estudio indica que el 45% de los encuestados estima que hay muy pocos puestos laborales disponibles actualmente.

Otro de los "frenos" al consumo se vincula con la evolución salarial, que claramente es menos favorable que la de hace dos años atrás.

Como lo indica Soledad Pérez Duhalde desde la consultora Abeceb, "las mejoras oscilan entre un 24% y un 25%, es decir, van a la par de la inflación, lo que no representa un mayor ingreso real".

Esto marca una diferencia respecto a tiempo atrás, cuando el Gobierno consentía negociaciones sindicales en las que se pactaban unos puntitos de más respecto del índice inflacionario.

La compra adelantada, en retirada

El "boom del consumo" es una terminología que ya dejó de usarse hace rato y sólo quedan algunos rubros que pueden festejar el poder darle la espalda a una economía más fría.

Fiel reflejo de esta situación es la cantidad de locales cerrados que ya forman parte del paisaje urbanístico en la ciudad de Buenos Aires e interior del país."La gente está gastando menos y ya quedó atrás la fiebre por consumir", apunta Claudia Collado desde la entidad Acción del Consumidor (ADELCO).

Si bien la inflación no "aflojó", hubo otras cuestiones que inclinaron la balanza hacia una retracción del gasto.

"El cepo, los aumentos de precios y otras variables hoy no son, de por sí, factores que induzcan a los particulares a consumir", señala Pérez Duhalde.

La experta en consumo argumenta que, más que estos aspectos, influye "la sensación de no saber qué va a pasar".La incertidumbre gana terreno

Cuando se analiza por qué la inflación ya no es motivo suficiente para que las personas adelanten consumo, los expertos en seguida hacen hincapié en una palabra: incertidumbre.

Este es el término que los analistas repiten cuando son consultados sobre este cambio de comportamiento.

En esta línea, Pérez Duhalde señala que "la sensación de no saber qué puede ocurrir con la economía del país lleva a la gente a gastar menos".

Eso mismo se deduce del último relevamiento de TNS-Gallup, que da cuenta de un mayor temor y malhumor social.

En cuanto a la percepción de la situación actual y las perspectivas, el documento arroja que este indicador cayó un 12% en relación a un año atrás.

Por otra parte, el mismo estudio da cuenta de que los argentinos no se muestran muy optimistas con respecto a la evolución de sus ingresos.

De hecho, un 34% considera que su situación económica en los próximos seis meses empeorará.Escenario laboral

Así como el cambio de expectativas fue uno de los factores que inhibió el impulso de compra -en un contexto inflacionario que se mantuvo- otro punto que actuó como freno al gasto se asocia con el escenario laboral.

Las personas comienzan a percibir que la oferta de empleo ya no es la de hace dos años.

De acuerdo con Pérez Duhalde, lo que ocurre actualmente es que "si bien todavía no hay un fuerte desempleo, tampoco se están generando muchas fuentes de trabajo". Y esta percepción guarda vinculación directa con el ánimo consumista."La gente cuida mucho más el peso y eso se nota", sintetiza Collado.Señales

El comportamiento más cauteloso de los argentinos se observa claramente en los hábitos cotidianos de compra. Y uno de los espacios en los que es posible notar este mayor cuidado del bolsillo es el supermercado.

Según lo advierte Collado, algunos signos son los siguientes:

• Los changuitos más "racionales"

Como lo describe la experta en consumo, los argentinos se vuelcan hacia las compras más selectivas y, por ese motivo, hoy son menos frecuentes los carritos rebosantes de productos.

• Mayor inclinación a segundas marcas

Las segundas opciones, que en 2010 eran dejadas de lado a causa de la preferencia por las firmas de primera línea, son más aceptadas. "El cambio de marca es producto de la necesidad de hacerse de artículos más baratos", resume Collado.

• Se "estudia" más la etiqueta

Un signo que exhibe con claridad el mayor cuidado del peso es la atención detallada que los clientes ponen en las etiquetas de los productos. "La gente se fija puntillosamente en las características de cada artículo y compara más antes de llevarse algo", señalan desde Adelco.

• Se imponen los envases "familiares"

Estos paquetes, que habían sido reemplazados en los últimos tiempos por formatos individuales, han vuelto a ganar protagonismo, ya que los consumidores observan que les posibilita ahorrar dinero"Los más chicos, por lo general, engañan con el precio y suelen ser más caros", dice Collado.

• Preferencia por almacenes de barrio o supermercados chinos

Si bien estos formatos venían ganando espacio en los últimos años, el cuidado del bolsillo impulsó aun más su crecimiento. Los formatos de cercanía son vistos por muchos como una alternativa de ahorro, ya que la compra tiende a ser más racional y acotada.

• Menor fidelidad por una cadena en particular

Los expertos destacan que los argentinos cambian con facilidad de supermercado y se inclinan hacia aquellos que les ofrecen mejores precios. Inclusive, puntualiza Collado, cada vez más "combinan distintas cadenas de retail y compran en cada una de ellas determinados artículos puntuales".¿Por qué autos y turismo escapan a la regla?

Si bien es notoria la actitud más cautelosa de los argentinos en el manejo de su dinero, existen dos rubros que representan una clara excepción a esta regla: los autos y los viajes al exterior.

Pérez Duhalde explica que esto ocurre porque "estas dos categorías están directamente asociadas al dólar".

En cuanto al primer punto, el economista Martín Leal indica que "hay un récord histórico en la compra de vehículos importados porque se trata de un bien a partir del cual se puede acceder al dólar oficial".

Para aquellos que son fabricados localmente, la ventaja radica en que se abarataron mucho respecto a la evolución de precios que tuvieron otros bienes.

Así, ante la imposibilidad de ahorrar o de cambiar de vivienda, este rubro resulta ser el principal favorecido en este nuevo contexto.

Así lo demuestran también los números. Según datos de la Asociación de Concesionarias de Automotores (ACARA), el primer semestre de este año fue considerado el mejor de la industria, con un total de 498.00 autos patentados.

Esto significó un crecimiento del 8% en la comparación contra el acumulado en el mismo período de 2012 en el que se habían patentado 460.000 unidades.

Con respecto al segundo aspecto, Leal advierte que "el adelanto de consumo en turismo sigue creciendo". Y agrega que esta situación es "alarmante" por la salida de divisas, que generan complicaciones en cuanto a las reservas.

De hecho, según lo afirmaba la misma Presidenta, más de 7 millones de argentinos se fueron de vacaciones este año al exterior y los gastos fuera del país alcanzaron los 5.700 millones de dólares.

Y para aquellos que deciden viajar, las cuotas siguen siendo un beneficio muy valorado ya que "las agencias de turismo ofrecen la opción de pagar los pasajes hasta en 18 meses", dice el economista.

Los expertos aclaran que la compra de autos y los viajes sufren una suerte distinta a la del resto de los bienes de consumo.

Es así que "en shoppings y supermercados se vio un fuerte debilitamiento durante la primera mitad del año", puntualiza Pérez Duhalde.

Y en esta evolución juega un rol importante el contexto económico general y la cercanía del proceso electoral. 

Es que la percepción del entorno actúa como fuerte inhibidor para las compras, más allá de que la inflación no dé tregua.

Leal resume en pocas palabras lo que hoy pesa más en los argentinos en relación con la economía: "Hay mucho miedo al cambio en las reglas del juego".

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