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í‰chale la culpa al imperio: así­ está Venezuela hoy y crece el temor por lo que pueda venir

La preocupación ya no sólo pasa por faltantes de alimentos, inflación, crisis eléctrica, sanitaria o vial, sino por el riesgo latente de un caos económico
27/09/2013 - 07:20hs
í‰chale la culpa al imperio: así­ está Venezuela hoy y crece el temor por lo que pueda venir

"Hay temor por lo que pueda venir", señalan varios analistas internacionales cuando se les pregunta cómo ven las cosas en Venezuela.

Es que el país comandado por Nicolás Maduro ha incurrido en progresivos desaciertos económicos que, de no corregirse a tiempo, pueden derivar en una crisis económica y social sin precedentes.

Pese a ser uno de los países más ricos en petróleo del mundo, el día a día muestra problemas acuciantes, que van desde la emergencia alimenticia hasta el déficit eléctrico, pasando por una inflación extrema y el caos sanitario.

Estos términos se han vuelto una expresión común entre los venezolanos, quienes además deben lidiar con un discurso gubernamental que pone a las causas de estos problemas muy lejos de los ministerios. "Sabotaje imperialista", "vuelta del fascismo" y "boicot de la derecha internacional" son algunos de los justificativos que utiliza la herencia del chavismo a la hora de explicar por qué una de las potencias hidrocarburíferas del planeta hoy registra un índice inflacionario del 45% interanual, similar al de un Estado en guerra civil como Siria.

En este sentido, la suba de precios acumulada hasta el último mes supera con comodidad el 32% en 2013. Esta cifra es tres veces más elevada a la del mismo período del año pasado. En el caso de los alimentos, el indicador es cuanto menos dramático: los precios suben a razón del 65% anual, según estimaciones privadas, muy alejados del índice que reconoce el gobierno de Maduro, de apenas el 16 por ciento.

El impulso de regulaciones, los controles de precios y el cepo cambiario hasta el momento no han hecho más que empeorar el humor social.

En este marco, el aspecto más preocupante se refiere a la escasez de alimentos y de otro tipo de productos que componen la canasta familiar.

De acuerdo con medios locales, el país enfrenta un faltante de artículos del 20% (el doble que hace un año). Varios de ellos, de primera necesidad, hace tiempo que no llegan a las góndolas.

Mientras el Gobierno insiste en la "guerra económica" como causal, empresarios y productores señalan que los motivos responden a la lentitud de la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) para aprobar el acceso a monedas que permitan importar materias primas.

En la Venezuela de Maduro no hay repuestos para las maquinarias agrícolas, escasean los fertilizantes y productos químicos esenciales.

Pero lo más complicado de sobrellevar se registra en el ámbito de los alimentos: faltan harinas, azúcar, leche, café y carne, entre otros tantos artículos.

Hasta cuesta conseguir papel higiénico, los pañales, las toallas femeninas y las servilletas.La lucha por el papel higiénico

El tenor del desabastecimiento es tal que una comisión de funcionarios oficiales, acompañados por soldados, ocupó la mayor fábrica de papel higiénico local.

La firma en cuestión, Manufactura de Papel CA, cubre el 40% de la demanda de ese producto en el país caribeño.

Este avance se dio luego de que Félix Osorio, Ministro de Alimentación, asegurara en público que el consumo de papel higiénico en ese estado había aumentado porque "los venezolanos ahora comen más".

Al momento de analizar las causas que hicieron que la nación presente el actual cuadro de situación, los analistas locales comentan que en los casi tres lustros que Chávez gobernó Venezuela, se avanzó en una serie de nacionalizaciones que no hicieron otra cosa que reducir la capacidad de producción del país.

En virtud de ello, el país se hizo cada vez más dependiente de las importaciones. El principal proveedor externo de productos no vinculados con el petróleo es Colombia, que le vende desde útiles escolares hasta maquinarias.

Al parecer, esta dependencia fue lo que hizo que la nación bolivariana busque una reconciliación, después de que Chávez rompiera relaciones tras un duro cruce con el anterior mandatario colombiano, Álvaro Uribe.

 

Cuando Juan Manuel Santos asumió la presidencia en Bogotá, se realizó un inmediato acuerdo para salvar la relación comercial.

Pero lo notorio es que en los puntos fronterizos fuera del país caribeño abundan los productos con bandera venezolana, esos que no se aparecen en las góndolas locales."Harina, pan, champú y varios artículos que brillan por su ausencia en Venezuela se consiguen en Colombia. Porque a los empresarios les resulta más conveniente venderlos acá y no allá", comentó a iProfesional un comerciante de Cúcuta, ciudad colombiana vecina a San Antonio del Táchira, Venezuela.

Y agregó: "Los medicamentos venezolanos, por ejemplo, se obtienen a precios un 50% más bajos que del otro lado de la frontera".

"Es insólito, pero muchos venezolanos van a las ciudades limítrofes a comprar sus propios productos. Harina para arepas, arroz, aceite, jabones, entre otros", sostuvo.

El comerciante añadió que afrontan el riesgo de que luego la Guardia Nacional los pare en la frontera y les quite la mercadería.  Pese a ello, uno puede ver a mucha gente caminando por los puentes con bolsas llenas de productos.Problema energético

En simultáneo con las dificultades en materia de escasez de alimentos, Venezuela enfrenta también una de las crisis energéticas más importantes de su historia.

En la década de los sesenta, ese país se había convertido en una potencia eléctrica, a partir de la construcción de la represa del Guri. Pero, al llegar Chávez al poder, anunció grandes inversiones que nunca se realizaron.

De ahí que en 2003 se produjo la primera crisis severa. Ya en 2008, tuvieron lugar 4 apagones de magnitud que incluyeron a Caracas, y se repitieron en 2009.

En 2010, los conflictos afectaron a Guri y se temió por el colapso de la represa, lo que hizo que se declarara la "emergencia eléctrica". La crisis, que continuó en 2013, ahora es atribuida por Nicolás Maduro al sabotaje internacional, de modo tal que el mandatario lanzó la "Gran Misión Electricidad".

Funcionarios locales reconocieron recientemente la necesidad de grandes inversiones en el sector para modernizar el sistema y cumplir con la demanda.

Completa este oscuro panorama las múltiples denuncias referidas al pago de sobreprecios, estafas y contrataciones a dedo que se hicieron en los últimos años.En materia de combustibles, la situación venezolana es dramática. Si bien el país dispone de una de las mayores riquezas hidrocarburíferas, la falta de infraestructura para procesar el crudo hace que se vea obligado a importar prácticamente toda la nafta que consume.

En ese sentido, un informe al que accedió iProfesional detalla que sólo en el primer semestre de 2013 la nación que gobierna Nicolás Maduro compró a los Estados Unidos un promedio de 28.000 barriles diarios de "gasolina".Salud e infraestructura, más complicaciones

La salud es otro ámbito en el que se explicitan las complicaciones que enfrenta el gobierno que prosiguió la gestión de Hugo Chávez.

Un Nicolás Maduro muy optimista tuiteó hace muy poco: "Hay que seguir haciendo un sistema de salud que busque la máxima calidad humana y técnica de atención a tod@s".

Pero más allá de la intención oficial, lo cierto es que la Federación Médica de Venezuela -que agrupa a 80.000 profesionales- pidió que se decrete en lo inmediato la emergencia sanitaria, alegando el cierre técnico de la mayoría de los hospitales del país.

Las cifras del sector indican un déficit de médicos del 50%. Esto -publican los medios locales- difícilmente se podrá compensar con la graduación de los llamados "médicos integrales comunitarios" que impulsa Maduro, ya que no tienen el nivel necesario para atender situaciones complejas.

De los 300 hospitales que hay en Venezuela con 44.000 camas, sólo quedaron operativas poco más del 35 por ciento.

En paralelo al reclamo de los gremios se une el de empleados y pacientes, quienes constantemente se lanzan a las calles a reclamar por la falta de insumos, reactivos, equipos para terapias, o elementos clave para cuidados intensivos.

Por otro lado, la infraestructura caribeña -por efecto del freno de la economía en general, malas decisiones políticas y problemas de financiamiento- también viene dando marcadas señales de desmejora.

A fines de Julio, Maduro decretó el estado de emergencia vial por 90 días para la ejecución de obras de construcción, rehabilitación y mantenimiento en autopistas, vías, carretera y troncales en todo el territorio nacional.

Hasta el momento, ninguna de estas mejoras ha sido puesta en marcha. Y lo que resulta más preocupante aún: el presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela, Enzo Betancourt, afirmó que casi el 90% de los puentes y viaductos del país requieren de algún tipo de reparación.

Asimismo, el 70% de las rutas y caminos se encuentran en condiciones de grave deterioro por la falta de mantenimiento y previsión de parte de los organismos competentes.

Fuentes locales aseguran que hace 30 años atrás la infraestructura de país era un modelo para el resto de la región, pero que en los últimos años se ha construido apenas el 1% de la red vial.

Además, desde que fueron removidos los peajes a comienzos del año 2000, no se habría vuelto a concretar una medición de la frecuencia y composición del tránsito en toda la red vial venezolana.