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El cepo, de cumple: hace 2 años Boudou tuiteaba que "nada cambia para comprar dólares"

El por entonces ministro de Economía anunció en conferencia de prensa junto al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, que se ponía en marcha un mecanismo
29/10/2013 - 10:06hs
El cepo, de cumple: hace 2 años Boudou tuiteaba que "nada cambia para comprar dólares"

Habían pasado apenas cinco días desde que la Presidenta Cristina Kirchner había revalidado su mandato con el 54% de los votos cuando, en conferencia de prensa, el entonces ministro de Economía Amado Boudou y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, sorprendían a la población.

Anunciaban que -ante la situación que atravesaba el mercado único y libre de cambios- se había tomado la decisión de que sólo podrían comprar dólares aquellas personas que demostraran capacidad contributiva para poder hacerlo, y que la medida se implementaría a partir del lunes 31 de octubre de 2011.

Para tratar de suavizar la situación, Boudou escribió un tuit que decía: "No ha cambiado nada de nada respecto a la posibilidad de comprar dólares. Todo aquel que pueda demostrar sus ingresos puede adquirirlos".

Aquello que en su momento fue presentado como una medida para evitar que "no más de 200 inescrupulosos aprovechen la libertad del mercado", se convirtió con el tiempo en un verdadero calvario para quienes querían acceder a la plaza cambiaria.

En estos dos años se fueron sumando cerca de 30 medidas tendientes a frenar la pérdida de reservas del Banco Central.

Lejos de ello, fue la piedra basal para la instauración de un mercado marginal que, desde entonces, no ha dejado de crecer."Fórmula AFIP" difícil de descifrar

Cuando el 31 de octubre de 2011 la AFIP puso en marcha el sistema de permisos para validar la compra divisas, aclaró que se basaba en la situación patrimonial de cada solicitante.

Para ello, funcionarios del organismo explicaron que el cálculo sobre cuántos dólares se iban a poder vender a cada particular era función de un "algoritmo" que consideraba la información disponible.

Ya sobre finales de ese año el Banco Central incluyó entre las operaciones supervisadas por la AFIP el concepto de "turismo y viajes".

Catarata de normas "anti grietas"

En febrero de 2012 las malas noticias tuvieron como destinatarias a las empresas, ya que se dictaminó que no iban a poder comprar billetes para girar regalías y utilidades al exterior.

Un mes después, en marzo, el Banco Central dio uno de los golpes más certeros en esta materia, ya que dispuso que para realizar extracciones con tarjetas de débito fuera del país era requisito poseer fondos en una cuenta en moneda extranjera.

Paralelamente, empezaron a bloquearse los giros minoristas. Poco tiempo después, en abril, otra Comunicación (A 5295) completó las normas para el ingreso y egreso de divisas por servicios, rentas y transferencias corrientes.

En lo que parecía una seguidilla de resoluciones que nunca terminaría se decidió dar un paso más. Fue en mayo, cuando el organismo monetario prohibió la venta de dólares destinados a atesoramiento, cortando una de las vías más utilizadas para la compra de billetes verdes.

Adicionalmente, anunció más controles sobre los "arbolitos" y la AFIP emitió otra resolución estableciendo un régimen de información previa para la compra de divisas para viajes al exterior por razones de salud, estudios, congresos o actividades culturales, entre otras.

En ese momento, señaló que había establecido un tope del orden del 25% de los ingresos.

Una vez cortado ese circuito, se intentó frenar otro rubro que venía creciendo en forma considerable: los consumos con tarjetas de débito y crédito fuera del país. El motivo del mayor uso era más que claro: la brecha cambiaria era un incentivo para utilizar esos medios de pago.

Siguiendo con la catarata de normativas, sobre fines de junio de 2012, surgió una nueva que apuntó a regular la compraventa de valores por parte de entidades financieras.

Luego se sumaron otras medidas, que apuntaban a modificar los plazos para liquidar dólares de exportaciones.

Posteriormente, se estableció que todas las compras de divisa extranjera debían hacerse con dinero bancarizado.

Paralelamente, la AFIP comenzó a exigir más y más información a quienes querían hacerse de dólares para viajar al exterior.

Ya en agosto, se conocieron varias resoluciones y comunicaciones en cadena que estrecharon aún más el cepo. Entre ellas, la que establecía declaraciones juradas para quienes querían comprar divisas para salir del país.

También se informó que quienes deseaban hacerlo tenían que tramitar la presentación en un plazo no mayor a los 7 días previos a la partida.Y un día llegó el recargo

Como todo lo anterior no fue suficiente, el Gobierno anunció la aplicación de un recargo del 15% en concepto de anticipo de Ganancias y Bienes Personales, para las compras con tarjeta en el exterior.

Y apenas un día después de conocida la medida -y pese a que Echegaray dijera que no iba a hacerse- se publicó la resolución que extendía ese recargo del 15% también a las adquisiciones en el extranjero por Internet.

El titular de la AFIP afirmó que ese 15% se iba a aplicar también a los paquetes turísticos que se compren en dólares -aunque se hayan efectuado a través de agencias locales- y no descartó la posibilidad de incluir también a los paquetes que se paguen en pesos, algo que finalmente sucedió.

En forma simultánea, se cerró la posibilidad de cambiar dinero en los aeropuertos, luego de que el Banco Central ordenara el cierre de las sucursales de las casas de cambio en las terminales. El Banco Nación fue el único que siguió funcionando.

Ya en octubre de 2012, el cepo interfirió aún más en el mercado inmobiliario, pues comenzó a regir otra decisión del BCRA, por la que se prohibió la compra de dólares a partir de hipotecas en pesos para la adquisición de inmuebles.

De más está decir que con el cepo cambiario el sector inmobiliario ingresó en la crisis más profunda desde 2001.

Ya en marzo de este año, el gravamen del 15% que se aplicaba a los paquetes turísticos se elevó al 20 por ciento.

Finalmente, ante el furor que generó el "dólar Colonia", como se denominó al mecanismo que permitía extraer vía tarjeta de crédito fondos como adelanto de efectivo, el Gobierno decidió poner un límite mensual de u$s50 en países limítrofes y de u$s800 en el resto.  Lo curioso en este caso es que se incorporó en el primer caso a Perú. 

Toda esta catarata de medidas fue trayéndole al Gobierno más problemas que soluciones. Entre las complicaciones, el estrangulamiento en la llegada de billetes verdes y la ampliación de la brecha cambiaria.

Como forma de alentar el ingreso de divisas, a mediados de este año el equipo económico sorprendió al anunciar un blanqueo de capitales cuyo eje serían dos bonos: el Cedin y el Baade.

Como es sabido, los resultados no han sido para nada alentadores, pues, a la fecha, apenas con el primero se logró captar el 10% de la cifra objetivo (u$s4.000 millones).

En cuanto al Baade, todos los intentos que realiza Guillermo Moreno para tratar de conseguir la adhesión de diferentes sectores -como el automotor, el supermercadismo, petroleras o cerealeras- chocan con la reticencia de empresarios y con las limitaciones que impuso su "enemiga" por estas horas: Mercedes Marcó del Pont. Las consecuencias del cepo

El cepo cambiario logró reducir la salida de capitales vía ventanilla de bancos (ver infografía), pero abrió innumerables grietas y produjo efectos muy adversos.

Hay un dato por demás relevante: si se revisa la evolución de las reservas durante 2011 hasta que se anunciaron las restricciones, se observó que éstas cayeron en ese lapso unos u$s4.600 millones.

Sin embargo, desde la instauración del cepo al día de hoy la baja fue de unos u$s13.000 millones.

Para varios analistas, entre ellos Dante Sica, el remedio terminó siendo peor que la enfermedad, ya que a su entender "dificultó la actividad económica".

"El cepo fue un parche que se aplicó para tratar de resolver los problemas acumulados de la economía, como la inflación y el atraso cambiario, entre otros", destaca Gastón Rossi, director de LCG Labour Capital Growth.

Y agrega que "si bien fue una medida pensada para corto plazo para frenar la fuga de capitales, se convirtió en algo permanente. Un camino sólo de ida, que llevó al país a una situación de la que ahora será difícil salir".

Haciendo cuentas

"Lo que le falló al Gobierno fue ver a las restricciones cambiarias como un todo, ya que si bien pudo frenar la salida de divisas por algunas ventanillas, también terminó abriendo otras", resume el analista Federico Muñoz.

Tal como ya diera cuenta iProfesional, entre estas nuevas "rendijas" que se abrieron, el economista cita:

Turismo en el exterior: de ser un rubro superavitario pasó a dar pérdidas. En junio dio un déficit de u$s7.300 millones para los anteriores 12 meses.

Ingreso por cuenta financiera: ahora entran menos dólares de los que se van en concepto de cancelación de créditos de empresas o entre las mismas firmas (multinacionales que les prestan a sus filiales locales). Según el economista, de un superávit de u$s10.700 millones netos (2011) se pasó a un déficit de u$s2.500 millones.

Depósitos bancarios: las colocaciones de particulares y empresas cayeron unos u$s8.000 millones desde la instauración del cepo, cuando acumulaban un total de u$s15.000 millones. Es decir, algo más del 50%.

El circuito paralelo, y la influencia del blue en la fijación de precios, es otro de los efectos adversos que trajo el cepo. Se estima que en la actualidad mueve entre u$s400 millones y u$s600 millones por mes.

Otra operatoria que fue ganando en intensidad ha sido la de adquirir bonos y acciones que cotizan en la Argentina y en el exterior, comprarlos aquí en pesos y venderlos afuera, para así quedarse con billetes verdes depositados en una cuenta externa.

Este mecanismo, conocido en la jerga como "conta con liqui", se constituyó en una de las principales vías para sacar divisas del país.

Según el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, el volumen que se opera para ambos (blue y conta con liqui) es muy significativo. Tal es así que, de acuerdo al economista, hay momentos en los que en conjunto movilizan unos u$s1.000 millones por mes.

El cepo cambiario también estranguló la entrada de dólares para inversiones de empresas.

Otra "consecuencia de las restricciones y del blue viene por el lado de miles de turistas que llegan al país. Antes, canjeaban su dinero en bancos o en casas de cambio. Ahora "más del 40% de los dólares que traen se van al circuito marginal", decía a este medio el analista Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina.

"El cepo ha llevado a la economía a un círculo vicioso de bajo crecimiento por asfixia en la llegada de ´dólares voluntarios´ (nadie entra donde no sabe si luego puede salir). Además, le resta confianza a la moneda local", señalan desde la consultora Empiria.

En definitiva, quedó claramente reflejado que el remedio del cepo fue peor que la enfermedad.

Y dejó a la economía con menos inversiones que, para muchos analistas, se traduce como un cepo al crecimiento del país.

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