La reinserción política de Alberto Fernández de la mano de Sergio Massa tambalea. Los intendentes que acompañan al Frente Renovador lo acusan a "doble agente" que trabaja para la candidatura presidencial del gobernador bonaerense Daniel Scioli.

Se trata, en rigor, de un dato de la realidad. Los propios operadores del ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner se encargan de afirmar que su jefe empezó a reconstruir su relación con el ex motonauta, a quien en una de sus tantas volteretas, abandonó antes de las elecciones de octubre para acercarse junto al intendente de Tigre.

"No se confundan, nosotros no somos punto de Massa, somos socios y si el año que viene Daniel está mejor posicionado vamos a trabajar para que se concrete la fórmula Scioli Presidente-Massa gobernador", afirmó uno de sus operadores al sitio La Política Online.

Pero la mirada de los intendentes no es el problema más grande que Alberto tiene dentro del Frente renovador. La propia esposa de Massa, Malena Galmarini, lo desprecia profundamente. Según comentaron fuentes del massismo al portal, ya bajó una definición con olor a ultimátum: "Lo quiero lejos de mi marido".