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Moyano lanzó un paro nacional de Camioneros por 18 despidos en Siderar

Fracasaron las negociaciones con la empresa del Grupo Techint y Vilaltella & Valls. Trabajo dictó conciliación, pero el gremio avisó que no acatará
14/03/2014 - 07:24hs
Moyano lanzó un paro nacional de Camioneros por 18 despidos en Siderar

Se recrudece el conflicto entre Camioneros y Siderar y el gremio lanza un "paro a nivel nacional y en diversas actividades" por el despido de 18 trabajadores de la empresa del Grupo Techint.

El jueves fracasaron las negociaciones para que se les pague las indemnizaciones a los empleados cesanteados por Vilaltella & Valls, una compañía quebrada que trabajaba para esa firma.

El conflicto se disparó hace dos semanas con bloqueos del gremio a las plantas de la compañía en la provincia de Buenos Aires y en Rosario. La firma siderúrgica se declaró desde un principio ajena a la disputa por entender que el sindicato debía resolverlo con la transportista.

El hijo del gremialista firmó un comunicado con críticas a la actitud de la empresa de Techint: "Volvió a mostrar la falta de voluntad para resolver la situación en la que quedaron las 18 familias que hoy no poseen trabajo".

En las reuniones previas en Trabajo la transportista había ofrecido cubrir parte de las indemnizaciones con el producto de la venta de los camiones con los que movilizaba la producción de Siderar. Esa chance fue rechazada por Camioneros, que reclama una suma total cercana a los $10 millones por los pagos fallidos luego de la quiebra, informó el diario Ambito Financiero.

"No cesaremos la lucha por los derechos de estos trabajadores y sus familias, por lo que comenzaremos un plan de lucha a nivel nacional, y en diversas actividades", señala el texto. La advertencia apunta a bloqueos y paros progresivos, primero en intereses de Techint y luego, en otros servicios prestados por los choferes en todo el país.

En tanto, fuentes del Ministerio de Trabajo ratificaron la extensión por 5 días hábiles de los plazos de la conciliación obligatoria y destacaron que sigue abierta la instancia de diálogo entre las partes, que fueron citadas nuevamente para el martes, para tratar de alcanzar un acuerdo y evitar nuevas medidas de fuerza.

Pero Moyano ya avisó que no le harán caso a la medidad de la cartera laboral. "Si nadie le da bola a la conciliación, ni siquiera los maestros la cumplen", desafió el hijo mayor del líder de la CGT en diálogo con El Cronista.

"Ellos no se quieren hacer cargo, dicen que no son solidarios, solo nos ofrecen cuatro camiones del año ‘30 para que los vendamos y se paguen las indemnizaciones, una vergüenza", se quejó Moyano.

Además, el dirigente cuestionó el rol de la cartera laboral en el conflicto porque, según dijo, “no tiene voluntad” de resolver la situación. “"Trabajo juega un papel lamentable, manda a dos administrativos a las reuniones y no le exige a las empresas que cumplan con sus trabajadores", denunció.

La virulencia manifestada por parte del gremio levantó sospechas en el Ministerio de Trabajo, en un contexto en el que Moyano se mantiene enfrentado con el Gobierno y prepara la ronda de paritarias de Camioneros y de los gremios que lo acompañan en la CGT opositora.

El gremio de Moyano, hasta 2011 aliado estratégico y principal del Gobierno desde los tiempos de Néstor Kirchner, tiene un potencial de daño inédito por su condición estratégica. Además del transporte de la producción metalúrgica, está en condiciones de paralizar la provisión de combustibles, de alimentos y bebidas (opera en la logística de las grandes cadenas de comercialización), el clearing bancario, el movimiento de cosechas, la recolección y el comercio fronterizo.

En lo que va del año, el dirigente había mantenido sus cuestionamientos a la Casa Rosada más en el plano discursivo que en el callejero. Incluso, pareció brindarle un guiño al Ejecutivo cuando anunció que el acuerdo salarial de su sindicato sería anual y no fraccionado, como temían en el oficialismo. De hecho adelantó que una vez iniciada la paritaria de Camioneros, prevista para mitad de año, pediría un aumento en torno del 35%, apenas cinco puntos por debajo del reclamo de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), una organización alineada a Cristina de Kirchner y encabezada por el secretario general de la CGT oficialista, Antonio Caló.