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¿Posgrado o segunda carrera?: expertos "dan pistas" sobre el mejor camino a seguir según el objetivo laboral buscado

La capacitación puede ser la vía a un puesto distinto o un mayor salario, pero en otros casos es el puente hacia un redireccionamiento del campo de trabajo
08/04/2014 - 07:19hs
¿Posgrado o segunda carrera?: expertos "dan pistas" sobre el mejor camino a seguir según el objetivo laboral buscado

Continuar la formación una vez conseguido el título de grado es una opción que se plantean cada vez más profesionales. 

Y si bien esta tendencia respondió en el pasado a una exigencia para distinguirse en el mercado laboral por sobre otros candidatos con perfiles similares, ahora aparece como consecuencia de nuevos hábitos.

De hecho, para los más jóvenes la formación continua y el perfeccionamiento no son vistos como una imposición externa del mercado. El conocimiento es un valor en sí mismo.

"La generación Y es estudiosa. Pero no en el sentido de estudiar como mandato familiar, como sucedía en otras generaciones. Los Millennials estudian porque quieren y quieren estudiar lo que les gusta", dijo al respecto el profesor Andrés Hatum, director del Centro de Investigación Grupo RHUO del IAE Business School.

"Esto significa que no están movidos pensando 'con esta carrera me paro para toda la vida'. Por eso hoy hay una tendencia -que puede ser moda- a carreras de diseño y aquellas donde la innovación y creatividad sean ejes", agregó el académico que además es autor del libro "Yrrupción" (Temas 2014). Pero una vez alcanzado el título, la entrada al mundo laboral les resulta compleja.

Es por eso que con la llegada de la generación Y a la adultez, cada vez más profesionales se plantean la pregunta: ¿es mejor hacer un posgrado o seguir una segunda carrera?

"Ante esa opción la gente suele pasar al posgrado, que aparece como la opción más conveniente. Una especialización profundiza los conocimientos en un área particular, siempre suponiendo que sea en una disciplina afín a la carrera elegida", dijo al respecto Catalina Smulovitz, Vicerrectora de la Universidad Torcuato Di Tella. 

Quien se defina por un posgrado puede alcanzar más rápido el título y obtendrá una formación más especializada que el panorama general que ofrece cualquier carrera de grado. 

Por otra parte, los que emprendan un programa de grado deben estar preparados para comprometerse por un período más extenso de tiempo que quien estudia una maestría o especialización, remarcó la docente de UTDT. Pese a ello, si optan por una universidad pública, seguramente termine siendo la elección más económica.

Realinear la carrera

Una segunda carrera puede ser el camino para quienes no están conformes con su primera elección. "Muchas veces la carrera de grado está basada en mandato familiar del estilo ‘mi papá fue contador'. En este caso, si la carrera resulta frustrante en el futuro, el cambio vendrá por hacer lo que nos gusta" para realinear la carrera, indicó Hatum.

Es importante aclarar sin embargo que ambas opciones ofrecen al alumno la posibilidad de reorientar su perfil. Por caso, de acuerdo al académico de IAE, los miembros de la generación Y, al elegir estudiar una carrera porque les gusta y sin tener en cuenta su posterior inserción al mundo del trabajo, se encuentran muchas veces frente a una barrera de ingreso. "En estos casos, la especialidad o máster permiten alinear a la persona con el mercado laboral", aseguró Hatum.

Claro que el límite de esa reorientación terminará dado por el nivel de asociatividad que pueda darse entre la carrera de base y el nuevo destino profesional que busca el egresado: "Indudablemente todo tiene que ver con para qué uno quiere hacer un posgrado, si está pensando especializare o abrirse a un campo completamente diverso. En ese último caso una carrera de grado puede ser lo más conveniente", opinó Smulovitz.

"Uno puede redireccionar su carrera con un posgrado o especialización para hacerse fuerte en algún ámbito relacionado a lo suyo. Hay cruces que permiten hacer ese redireccionamiento y hay otros que no, porque necesitas recorrer los primeros escalones también", continuó la académica de UTDT, y sentenció: "El tema es cuan adyacentes o cuan distintos puedan ser los territorios que tenés que cruzar. Hay veces que no podés cruzar el océano".

Por otra parte, si el objetivo de continuar la formación no es un cambio de rubro sino una mejor posición o salario, el camino más indicado por los expertos es una maestría o posgrado.

"Definitivamente un perfil con una especialización abre muchas más puertas y refleja un profesional mejor formado, inquieto y maduro. En la actualidad, en jefaturas senior en adelante contar con un posgrado o maestría genera mucho valor agregado en el currículum. Este tipo de títulos suelen tener un foco más orientado al negocio y le brindan al profesional conocimientos más macro, dejándolo mejor preparado para posiciones que impliquen mayores responsabilidades", dijo a este medio María Olivieri, executive manager de PageGroup.

Es probable además que la maestría ofrezca mayores posibilidades de networking y contactos que faciliten esa transición hacia otro trabajo.

En la misma línea, una segunda carrera no necesariamente es vista como un plus en el mercado laboral: "No abundan los casos en los que tener dos carreras de grado sea una característica excluyente para las búsquedas o industrias que planteen este factor como una necesidad. Tampoco es una ventaja competitiva que vaya a posicionar mejor a la persona", indicó Olivieri.

Cuando decide el jefe

La definición entre posgrado o segunda carrera ya es bastante compleja cuando una persona elige por vocación. Cuando el empleador tiene parte en la decisión, esto no siempre suele facilitar las cosas.

Una empresa puede financiar parte de un programa generalmente para aquellos ejecutivos que planea ascender o en los que ve cierto potencial de crecimiento. En ese marco, no cualquier maestría o posgrado califica.

"Hay compañías que establecen acuerdos de financiación con sus colaboradores a través de los cuales solventan un determinado porcentaje del programa. El profesional se compromete a permanecer en la empresa por un período determinado. Y dependiendo del puesto, puede suceder que la financiación se haga al 100%", aseguró Olivieri.

Pero incluso en esos casos no necesariamente una capacitación habilita al empleado esperar una mayor retribución salarial: "Si mantengo mi mismo puesto y realizo un posgrado no es obligación de la compañía aumentar mi salario. En casos de hacer un cambio a un nuevo puesto en otra compañía o de un ascenso, este nuevo título puede que tenga peso e influya en la remuneración", aclaró la executive manager de PageGroup.

Asimismo, son contados los casos en los que una empresa provee algún tipo de apoyo a un empleado que desea embarcarse en un nuevo título de grado. "Se inclinan por posgrados, especializaciones o maestrías. Es raro que se ofrezca a los colaboradores iniciar una segunda carrera", continuó Olivieri.

No obstante, el papel de los empleadores en la capacitación puede comenzar a modificarse en lo que refiere a los empleados más jóvenes, que esperan de por sí que la empresa invierta en su capacitación. Hatum remarca la existencia de un cambio de paradigma en la generación Y, por el cual "definitivamente no buscan un empleo sino, por el contrario, el ser empleables".

"Esto requiere de ellos estar capacitados y de las organizaciones proveer contextos de aprendizaje. Este contexto de aprendizaje se da permitiendo que los Millennials roten más rápido de puesto, proveyendo herramientas de e-learning, dando espacio para el aprendizaje experiencial y el colaborativo", remarcó el docente de IAE.

En ese marco, consideró que "el líder del futuro va a ser una persona más participativa y colaborativa, y también tendrá la capacidad de aprender, desaprender y renovarse. Esto implica empresas que hoy se adapten para formar a esta nueva generación de líderes"

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