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Carlos Tevez, afuera de la Selección: ¿Dónde está el lí­der?

Gloria Cassano lleva la ausencia del "Apache" en el equipo nacional al terreno corporativo y la analiza desde 2 ópticas:la cultura y el estilo de liderazgo
15/05/2014 - 12:13hs
Carlos Tevez, afuera de la Selección: ¿Dónde está el lí­der?

El presidente de la AFA, Julio Grondona, reveló este miércoles un secreto a voces: el grupo no quiere a Tevez.

"Son cuestiones muy íntimas de los jugadores y de los grupos que se conforman", dijo cuando se le consultó por la ausencia del "Apache".

Desde el mundo de los negocios, esta afirmación puede analizarse según sea la cultura de la empresa y la del jefe. Ambas, a veces, se contradicen. Por eso se dice que "las personas trabajan para el jefe" más allá de las políticas que tiene una organización.

Si la analizamos desde la cultura, se puede inferir que algunas empresas prefieren incorporar a quienes poseen un mismo estilo de trabajo y, además, se integran al grupo con una actitud positiva.

Algunas de ellas, cuando seleccionan personal hacen participar a quienes serán sus compañeros en la decisión: son entrevistados por sus posibles pares y ellos expresan con quién se sienten más a gusto.

Esto es positivo en la medida que todo sea en pos de la eficiencia y no de la socialización. Visto así, Tevez no es aceptado por sus pares y la decisión es no integrarlo al equipo.

En cambio, si analizamos el tema a partir del estilo de liderazgo, es de considerar que un buen líder arma equipos más allá de las personas que lo integran.

Es flexible, capaz de entender las características de cada integrante y de mantener un clima de compañerismo: busca y elige a los mejores, al talento que agregará valor al sector y que colaborará para el logro de los resultados. Si existieran conflictos en las relaciones interpersonales, él, como coach, sabrá manejarlos y entenderá a cada uno sacando lo mejor de ellos.

Ambas formas de entender el tema son válidas pero, la primera, puede generar ciertas rivalidades provenientes de sentir que el jefe es influenciable: "Si nos ponemos de acuerdo nosotros manejamos a nuestro superior" puede ser el paradigma que se genera en el grupo, y esto, al mediano plazo, comienza a dividirse entre los que comparten gustos e ideas separando a alguno de ellos por opinar distinto. Parecería la regla del divide y reinarás, que al poco tiempo, generará conflictos que bajan la eficiencia y enrarecen el clima laboral. El resultado final es previsible.

Cuando el líder toma bajo su responsabilidad al equipo y sabe gestionarlo logrando lo mejor de cada uno, también sabe cómo desarrollar las competencias actitudinales y eso será no sólo a partir del reconocimiento sino también de dedicar tiempo a que se conozcan y se desprendan del deseo de ser "figuras" para pasar a ser un miembro más, a ser un "nosotros".

Pero,

los líderes del deporte suelen ser figuras pasajeras. Reciben la aceptación igual que el rechazo según lo que transmiten a través de  sus comentarios y, fundamentalmente, de si gana o pierde su equipo. 

Son apreciados y proclamados en la medida que ganan pero, rápidamente son desvalorizados ante la derrota, y en estos casos, pasan a la  mala crítica y el olvido.

No sucede (o no debería suceder) con los líderes de las empresas dado que no ganan o pierden partidos. Eso sí tienen que tener la camiseta puesta y, aún más que eso, jugar el partido, estar en la cancha, lograr buenas relaciones con todos los sectores, con todas las personas integrantes de la organización. Eso es generar buen clima y si no se cumple, o renuncia o la organización lo expulsa o, lo que es peor, sus colaboradores lo rechazan y el desempeño es bajo.

No conozco mucho de futbol pero, cuando escuché estos temas no pude dejar de relacionarlo con el mundo de los negocios que sí conozco y que, evidentemente, tiene otras reglas de juego.

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