Pese a los incentivos que el Gobierno estableció para fomentar el ingreso de dólares no declarados en el circuito formal y a los potenciales riesgos (en materia fiscal) que enfrentan quienes los compran en bancos y casas de cambio, las divisas adquiridas por esa vía ya superan, en la mitad del tiempo, las que ingresaron a través del régimen de blanqueo.

Desde el 27 de enero, cuando se hizo efectiva la decisión oficial de "autorizar la compra de dólares para tenencia", en menos de seis meses, la AFIP validó la compra de 1165 millones de dólares. De este total, se efectivizaron operaciones por 986 millones.

Quienes compran dólares en el mercado oficial tienen dos opciones: depositarlos en una cuenta bancaria por un plazo no menor a un año o retirarlos en efectivo, en cuyo caso se debe pagar un recargo (con cuenta a Ganancias y Bienes Personales) del 20 por ciento.

Del total de las operaciones validadas por la AFIP, apenas el 10% fueron depositadas, mientras que en el 90% restante los dólares se retiraron en efectivo, aun cuando eso implicara pagar un tipo de cambio mayor.

Los billetes que se retiran salen del sistema financiero y, por tanto, ya no se contabilizan como parte de las reservas del Banco Central (BCRA), indicó el diario La Nación. Para fortalecerlas, la administración K lanzó el régimen de "exteriorización voluntaria de la tenencia de moneda extranjera", que entró en vigor el 1° de julio de 2013 y ha sido prorrogado ya cuatro veces.

Hasta mediados de junio, es decir, en casi un año, ese programa captó u$s823 millones, 90% de los cuales corresponden a los Certificados de Depósito de Inversión (Cedin) y el 10% restante a los Bonos Argentinos de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade).

Hasta el miércoles pasado, según el Banco Central, ingresaron u$s862 millones en Cedin, 124 millones menos que los que los ahorristas compraron desde la apertura parcial del cepo cambiario.

Si se comparan los resultados de ambos programas en plazos similares la diferencia es aún mayor. En sus primeros seis meses el régimen de blanqueo captó, entre Cedin y Baade, apenas u$s600 millones, casi 400 millones menos que los que se vendieron en el mercado oficial desde el 27 de enero hasta ayer.

Esto pese a que el Gobierno estableció estrictos límites a la compra de dólares: cada persona puede comprar el equivalente al 20 por ciento de sus ingresos declarados y no más de u$s2000 mensuales.

La distinta respuesta que han generado los dos programas es más llamativa si se toman en cuenta los incentivos (o desincentivos) para participar de cada uno, destacó el matutino.

Quienes se adhieren al blanqueo de divisas "no están obligados a informar la fecha de compra de las tenencias ni el origen de los fondos con los que fueron adquiridas" y "quedan eximidos del pago de los impuestos que hubieran omitido declarar, incluidos, en su caso, los intereses, las multas y demás accesorios de anticipos no ingresados", según se establece en la resolución que norma ese régimen.

En tanto, quienes compran dólares en el mercado oficial -más allá del recargo del 20% y de la obligación de detallar el origen de los pesos con los que se realiza la operación (que debe ser aprobada por la AFIP y queda registrada en sus sistemas) y el destino de los dólares- están expuestos a posibles represalias: en abril una decena de diputados oficialistas presentó un proyecto de ley para retirar los subsidios a la electricidad, gas y agua a quienes compren más de u$s1000 mensuales.

Pese a la posibilidad de que el Gobierno adopte una medida en ese sentido, la demanda no ha decaído: en junio se vendieron u$s161 millones, casi lo mismo que en febrero, y en lo que va de julio las compras suman 140 millones, destacó el diario La Nación.

Para el presidente del Instituto Tributario Argentino, César Litvin, el fracaso del régimen de blanqueo (el Gobierno esperaba que en el plazo original de tres meses ingresaran u$s40.00 millones de los u$s200.000 millones que se estima que los argentinos tienen en el exterior) se explica porque un programa de ese tipo "es incompatible con el cepo cambiario", que restringe el acceso a divisas y su envío al exterior.

En tanto, la fuerte demanda de dólares en el mercado oficial responde, según el experto, a que la gente "busca un refugio contra la inflación" y también a la brecha entre la cotización del dólar en el mercado oficial (aun con el recargo del 20 por ciento) y en el paralelo.