Es interesante, aunque no fácil, realizar un análisis con una visión amplia de la realidad argentina actual en materia de compras.

Los especialistas en economía dicen que el consumo previsto para este año será menor al del 2013, y que se recuperará a partir del 2016 en adelante, aunque no descartan que pueda ocurrir un poco antes.

En cuanto al mercado de retail, las oportunidades de crecimiento se vienen vislumbrando en el interior del país, y hacia estas plazas apuntan las inversiones de cadenas minoristas.

Frente a esta coyuntura, se presenta una gran oportunidad para que las segundas marcas se instalen en la mente de los consumidores.

Es en este momento que cobran importancia, no sólo para quienes las van a comprar, sino para el sector.

Esto se ve reflejado en la conducta de los argentinos, donde la adquisición de segundas líneas está impulsada por el precio elevado de las marcas líderes, porque la relación precio-calidad no es percibida como la adecuada o simplemente porque se necesita ahorrar dinero.

Sin embargo no hay ningún tabú con hacer esto: en los últimos años la gente se volvió menos prejuiciosa y compra cada vez más productos básicos.

Aprovechar el momento

¿Por qué las segundas marcas deben aprovechar esta oportunidad?¿Qué deben hacer para dar el salto?

Los consumidores saben que este tipo de productos pueden seguir los mismos estándares de calidad que la marca principal, por lo que una de las claves para las B Brands pasa por diferenciarse, lograr ser más provocativas en sus mensajes.

A pesar de esto, la mayoría no lo hace, no resalta la notoriedad del producto, ni crea slogans que sirvan para realzarel producto.

Otra estrategia para tener en cuenta es que la gente se ha vuelto cada vez más selectiva, por lo que es una ocasión propicia para descubrir nuevos nichos y apuntar a ellos.

Y a su vez, buscar nuevas bocas y canales de comercialización.

A cuidar el bolsilloEstrategias como la reducción en los costos de packaging y las promociones de compra serán claves para la consolidación de nuevas oportunidades en góndola, que brinden un beneficio diferencial para el consumidor, más allá del precio.

Los argentinos aprendieron a cuidar el bolsillo, a estar atentos a los descuentos y los precios.

Aprovechar los beneficios, que antes estaba mal visto, ahora se valora más.

Llegó la hora de que las grandes, medianas y pequeñas marcas miren al consumidor, sus necesidades, sus modos de compra y lo entiendan en detalle.

Deben focalizarse en cómo tratarlo mejor y buscar nuevos métodos para conquistarlos.