El titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, volvió a tener un encontronazo con el Gobierno que lo habrían llevado incluso a querer dar un paso al costado, lo que generó preocupación en la city porteña, más concretamente entre ejecutivos de entidades bancarias.

Es que hasta los propios banqueros, a quienes controla y regula, quieren que se quede. Al margen, el Gobierno rechazó inmediatamente tal decisión.

La razón aparece clara: Fábrega había sido el gestor del frente negociador de bancos de capital nacional, encabezado por Jorge Brito, titular de ADEBA, para que las entidades pudieran comprar la deuda de los fondos buitre.

Para esa gestión, el titular del BCRA había recibido la aprobación del Gobierno algunos días atrás, el propio Capitanich había participado de encuentros.

Pero sorpresivamente, recibió un llamado de la Presidenta desautorizando el potencial acuerdo.

No sólo los banqueros eran partidarios de comprar la deuda que emergía del fallo de Griesa. También un nutrido grupo de empresarios había dado ya su visto bueno para la gesta. 

"Es inexplicable por qué Fábrega recibió un llamado de la Presidenta desautorizando la gestión cuando, algunas horas antes, se le había permitido intentarla", dijo una fuente allegada.

Según trascendió, los bancos habían consensuado un pago total por unos u$s1.500 millones a los fondos, pero las duras palabras del ministro Kicillof y, sobre todo, la orden de abortar la negociación que recibiera el propio Fábrega, terminaron por cerrar cualquier vía de acuerdo en el que ya se negociaban cláusulas menores.

Horas más tarde, el propio Fábrega -visiblemente enojado según relatan quienes estuvieron junto a él- habría presentado su renuncia. En esta línea hay que destacar que, desde hace tiempo, la interna con el ministro Axel Kicillof ha generado "ruido" en el Gobierno.

En el Banco Central negaron terminantemente que el titular del BCRA haya recibido el llamado de Cristina Fernández y que hubiera presentado su dimisión al cargo.

Fuentes del Gobierno, según cronista, intentaron llevar calma al mercado. Dijeron que dichas versiones forman parte de un "plan" para que otras entidades bancarias, como el HSBC, JP Morgan o Citi, se hagan cargo de las negociaciones, lo que implicaría la posibilidad de que se negocie por un monto menor a los u$s1.500 millones del pre-acuerdo que habían obtenido los bancos en ADEBA.

La convocatoria del juez para mañana a las 12 horas podría traer nuevos datos sobre lo que parece ser una negociación que ahora tiene a la banca internacional como actor central.