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Por el default, los bancos ya restringen el fondeo a importadores y exportadores

Endurecieron las condiciones crediticias para el comercio exterior. Es porque las entidades corresponsales, que los proveen de divisas, subieron las tasas
06/08/2014 - 12:35hs
Por el default, los bancos ya restringen el fondeo a importadores y exportadores

Desde la semana pasada, cuando las calificadoras de riesgo pusieron a la Argentina en default, se produjo un parate en la financiación de importaciones y en la prefinanciación de exportaciones.

Si bien no cortan la línea por completo, cotizan alto como desincentivo. Las entidades financieras en la Argentina se fondean a través de los bancos corresponsales (como Standard Chartered, Wells Fargo y Commerce Bank), a quienes les preocupa el default, en especial a su departamento de Riesgo Crediticio, que se encarga de bajar línea y subir la tasa: pasaron de prestar a Libor más 4% a Libor más 6%, señaló El Cronista Comercial.

“El banco debe agregarle el spread comercial y crediticio a esa tasa, con lo cual para el cliente final el fondeo termina siendo muy caro y no convalida el precio”, señala el directivo de un banco extranjero.

A su juicio, es más riesgoso la financiación de importaciones, porque implica la salida de dólares al momento de la cancelación, con lo cual sale capital más intereses: “También tiene riesgo devaluatorio: el cliente la toma a un dólar de $ 8 y cuando la tiene que pagar puede estar a $ 10”, explica el ejecutivo.

Para Miguel Ponce, gerente de la Cámara de Importadores de la Argentina, “se endureció mucho todo el comercio exterior, tanto para exportaciones como para importaciones, y se achicaron las condiciones de plazos, llegando a extremos donde piden el pago cash o hasta por adelantado, cuando antes se podía hacer a 90 días”.

Detalla que muchísimas empresas industriales financiaban sus procesos productivos con créditos en la banca privada internacional al 6% anual, cuando hoy esa tasa no se consigue más.

“Por más que no sea un default clásico, lleva a un endurecimiento de todas las condiciones crediticias, que se traslada al comercio exterior. Las más afectadas son las pymes, las empresas menos sólidas y las economías regionales. Se encarece su proceso productivo, que deben trasladar a costos, por lo que perderán mercados en el exterior, ya que dejaron de ser competitivas. Y es mucho más difícil reconquistar un mercado perdido que conseguir uno nuevo. Por lo tanto, significa un gran retroceso para nuestras exportaciones. Con esto, se agravan todas las condiciones preocupantes que había antes: aumentará la inflación, la recesión y la caída del PBI pasará de 2 a un piso del 4 y más cerca del 5%”, sostiene Ponce.

A su juicio, lo que más perjudicó fue la brecha cambiaria, que estaba en el 30% y ahora casi se duplicó: “Con esa brecha no podés elaborar ninguna política de reposición. El industrial que tiene insumos no sabe cuánto le saldrá reponerlos. Por lo tanto, será inevitable acelerar el proceso devaluatorio”.

Marcelo Elizondo, titular de la consultora DNI y ex director de la Fundación Exportar, coincide en que “este escenario de default generó una restricción de financiamiento de los bancos internacionales, tanto para importaciones como para exportaciones. No hay tasa, se cortó el financiamiento. Las multinacionales pueden tratar de arreglárselas al obtener crédito a través de sus casas matrices o por medio de sucursales en otros países, pero a las empresas nacionales se les hace más complicado, ya que el banco califica a la empresa, que sufre una caída en su calificación al operar en un país en default”.

“Hoy las importaciones deben pagarse cash o por adelantado: no hay más carta de crédito, que el comprador la tomaba en garantía y servía para terminar el proceso productivo, de producción, despacho y embarque”, comenta Elizondo.

“Por otra parte, las propias empresas prefieren tomar pesos, ya que le temen a la próxima devaluación”, revela el gerente de un banco nacional al citado matutino.

“Algunos bancos recortarán por cantidad, otros por precio y algunos por ambos frentes. Indudablemente, la banca pública deberá jugar un rol anticíclico, como lo ha hecho siempre”, indica Alejandro Banzas, de Reporte Económico.

“La incertidumbre que se deriva de la situación actual lleva a que los agentes económicos sean más cautelosos. Si el riesgo país aumenta, una de los efectos directos es la suba de la tasa de interés en actividades como la financiación de exportaciones”, asegura Nadin Argañaraz, director de Investigaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal.

“Podría suceder que las entidades entren en escenarios más cautos si el default se materializa”, señala Gustavo Perilli, socio de AMF Economía.

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