Pese a las versiones que el Gobierno construye diariamente sobre una perspectiva de mejora de la economía y el empleo para el segundo semestre del año, la mayoría de las empresas líderes del país se muestran pesimistas en cuanto a la posibilidad de incrementar sus plantillas de trabajadores con nuevas contrataciones durante ese período.

Incluso, según estimaron datos de una encuesta privada, la totalidad de puestos laborales afectados por recortes en esas compañías alcanzaría los 3800 en todo 2014.

En un escenario que prolonga resultados negativos registrados por primera vez en mayo pasado, una encuesta de SEL Consultores reveló que las expectativas empresariales para lo que resta de este año continúan siendo oscuras. Más específicamente, sobre un total de 150 compañías entrevistadas, un 17% espera disminuciones de trabajadores y el 15%, aumentos, con una diferencia neta negativa de dos puntos, según revela La Nación.

Pero en los sectores ligados a la producción, esta ola negativa se acentúa. En empresas de consumo masivo, el 23% espera disminuciones en sus dotaciones y el 12%, aumentos, una diferencia neta negativa de 11 puntos. En tanto, en firmas de bienes durables el 27% espera disminuciones en sus dotaciones y el 10%, aumentos (una diferencia neta negativa de 17 puntos).

Por otro lado, el relevamiento privado estimó que el personal afectado por las disminuciones para lo que resta de 2014 alcanza en promedio un 3% de la dotación de estas empresas, aunque se eleva a un 7% en el sector de bienes durables. Esto significa que en el segundo semestre las decisiones de estas compañías líderes afectarían el trabajo de unas 2000 personas.

El cuadro global aparece incluso más complejo. Por primera vez en el año, SEL Consultores realizó una pregunta a su panel de empresas sobre las expectativas para todo 2014. La respuesta reveló que un 24% prevé una disminución de su plantilla, mientras que un 19% estimó aumentos. De esta manera, la expectativa neta negativa se amplía en cinco puntos. Estas perspectivas sobre el año completo redundarían en 3800 puestos de trabajo perdidos en las empresas líderes.

Según la encuesta, todas las categorías ocupacionales muestran diferencias netas negativas. En ese sentido, habrá menos directores y personal de alta gerencia (-4), gerencias medias y jefaturas (-8), analistas y técnicos (-6), administrativos (-7) y vendedores (-3). No obstante, los operarios (-12) y el personal eventual o tercerizado (-18) serán los más afectados por la coyuntura de recesión económica.

"Las expectativas de evolución del empleo en lo que queda del año y la evaluación de cómo se ve el empleo en todo 2014 no son para nada alentadoras entre empresas líderes de la Argentina", afirmó María Laura Calí, directora de SEL Consultores y autora del documento.

"Un 24% de las compañías líderes relevadas informa una disminución de sus dotaciones durante todo el año. Esta estimación está muy por encima de la media global de este indicador, donde históricamente las expectativas de disminuciones nunca superaban los dos dígitos", estimó la socióloga.

"Otra medida que están aplicando las empresas con impacto directo en la generación de empleo privado es la suspensión del ingreso de nuevo personal. Lo hace un 35% de las empresas líderes y llega a cerca del 50% entre empresas de producción", informó la directora de SEL.

"Esta medida, juntamente con las expectativas negativas de evolución de las dotaciones existentes, completa un cuadro no muy alentador para este año en términos de generación de empleo en el sector privado", agregó.

Algunos expertos en el campo del mundo del trabajo coinciden con los datos que se desprenden de la encuesta de SEL Consultores e incluso van más allá, ya que observan un leve aumento de la tasa de desempleo y del trabajo precario.

"Las condiciones económicas se deterioran semana tras semana, por lo que cualquier proyección tiende a volverse obsoleta con extrema rapidez", afirmó Juan Luis Bour, economista en jefe de FIEL. "Sin embargo, la tendencia es clara: no hay expectativas de mejores condiciones para los últimos cuatro meses del año", completó.

"Por lo tanto, debemos esperar tres cosas: en primer lugar, un aumento de las suspensiones, en particular en sectores que hasta ahora habían mantenido la actividad. En segundo lugar, un incremento de los despidos, que van a ser cada vez más notorios a nivel industrial, en la construcción, en el comercio y en algunos servicios. En tercer lugar, se detiene la contratación", explicó.

En tanto, el economista de Idesa Jorge Colina destacó que el Indec avala una caída de los empleos asalariados formales. Sin embargo, cree que esa tendencia no se traducirá en un importante aumento de la tasa de desempleo. "Habrá una menor tasa de actividad laboral y un crecimiento de puestos informales y el cuentapropismo", estimó.

Por otro lado, en SEL Consultores afirmaron que la desaceleración en las expectativas de generación de empleo no son nuevas. Si se analiza este indicador en enero de cada año tomando la serie 2010-2014 puede observarse que ya en 2012 la curva, hasta ese entonces en expansión, comenzó a invertirse. En mayo de este año, la encuesta de expectativas comenzó a dar resultados negativos.

En Idesa creen que el deterioro del empleo estará regido por un menor aumento de la tasa de actividad. Cuando no hay muchas oportunidades nuevas de empleos, los segundos generadores de ingresos de los hogares tienden a retirarse del mercado. O sea, no buscan activamente un empleo, por lo que no son desempleados. Esa baja de tasa refleja un "efecto desaliento".

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