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Dólar AFIP mata consumo: ahorristas compraron equivalente a 5 meses de ventas en shoppings

Ante la creciente incertidumbre económica, la divisa estadounidense se lleva todas las miradas y desplaza aún más las compras de la clase media
29/08/2014 - 14:15hs
Dólar AFIP mata consumo: ahorristas compraron equivalente a 5 meses de ventas en shoppings

En las últimas semanas, el dólar -en todas sus versiones- se convirtió en el gran foco de atención para los argentinos.

Bajo la óptica del consultor Salvador Di Stefano, "el Gobierno está complicado, sus medidas no dan resultado. El canje de la deuda trajo más incertidumbre y la consecuencia fue que subió la divisa oficial y el blue. Y el pronóstico es que seguirá subiendo".

Actualmente, el tipo de cambio fijado por el BCRA vale 8,42, apenas 5% más respecto del gran repunte de enero. El marginal, en tanto, ya tocó los $14,38, lo que implica una suba del 40% respecto del valor del arranque del año.

Así las cosas, la brecha entre el oficial y el blue se ubica en el 70%, un nivel crítico que, según el experto, "puede espiralizarse hasta llegar al 100%".

"Cuando se llega a estos niveles, el Gobierno siempre termina devaluando el peso, porque la presión de tamaña diferencia entre ambas cotizaciones le genera una caída muy fuerte en la inversión, no se liquidan exportaciones y cae la recaudación", apuntó.

Esta creciente diferencia y los temores de un ajuste en el nivel del tipo de cambio, impactan de lleno en el ánimo de los ahorristas, que están buscando cada vez más refugio en el billete verde.

El dólar, compitiendo mano a mano con el consumoEn diálogo con iProfesional, Jorge Todesca, titular de la consultora Finsoport, aseguró que "cuanta más elevada es la presión para obtener divisas, mayor es la caída del consumo". 

Y esto es lo que se está observando al analizar el ritmo de compra del "dólar ahorro" por parte de los argentinos: en lo que va de agosto, se efectivizó la adquisición -vía AFIP- de casi u$s240 millones. Aun faltando contabilizar los últimos días del mes, esto implica un salto del 40% respecto de junio y de más del 60% en relación con mayo último.

Claramente, estos movimientos tienen un correlato directo en el consumo, que resulta uno de los principales perjudicados en el escenario actual.

No es para menos. Desde que se flexibilizó el cepo hasta hoy, el organismo de control informó que autorizó 2 millones de operaciones por un monto superior a los $10.400 millones, tal como se observa en el siguiente gráfico:  

Un dato clave es que esta cifra que destinaron los argentinos al "dólar ahorro" equivale al total de ventas realizadas por los casi 40 shoppings y centros de compras de Capital y Gran Buenos Aires entre enero y mayo pasado. 

Según datos del INDEC, en dicho lapso, estos grandes establecimientos registraron una facturación -a precios corrientes- del orden de los $10.700 millones, lo que deja a las claras cómo los comercios de un amplio abanico de rubros se vieron perjudicados ante la mayor ansiedad de los argentinos por hacerse de billetes verdes. 

Otro termómetro que muestra cómo la inestabilidad cambiaria juega en contra del consumo está en que, el monto autorizado por la AFIP es incluso superior a los cerca de $9.600 millones que se destinaron a la compra de electrodomésticos y artículos del hogar en los 100 principales retailers de la Argentina durante el primer cuatrimestre del año. 

En diálogo con iProfesional, el titular de una cámara de línea blanca -que nuclea a fabricantes de lavarropas, heladeras y cocinas-, confirmó que "las ventas vienen registrando caídas todos los meses, mientras que la proporción del poder adquisitivo que se destina a la compra de dólares no para de subir. Esto perjudica a los comercios y a las industrias". 

Así las cosas, en la medida en que se incrementa la demanda de divisa extranjera, el nivel de compras por parte de particulares se deteriora aun más, agravando el presente y las perspectivas del que fuera el gran "caballito de batalla" del modelo K.

El movimiento en los comercios viene sufriendo una fuerte baja desde la devaluación de enero y esto se hizo aun más evidente en julio, cuando las ventas minoristas registraron una caída superior al 9%, de acuerdo con datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Según alerta el mismo estudio, esta contracción fue la más marcada de los últimos cinco años.

A cuidar el bolsillo La caída en el comercio se volvió tan notoria en los últimos meses que, inclusive, las fórmulas que tradicionalmente funcionaban cuando eran aplicadas por las marcas, empezaron a mostrar un evidente desgaste.

De hecho, tal como lo señalara iProfesional, este año se llegaron a ofrecer rebajas de hasta un 30% para incentivar a los argentinos a gastar, pero éstas no resultaron suficientes para levantar las ventas.

En este sentido, la CAME puso el foco en cómo el malhumor social afectó a los consumidores: "Hubo más promociones que en junio y los comercios lanzaron liquidaciones y descuentos, pero que pasaron bastante desapercibidos en un público que miró poco".

Para los economistas, el desplome en las ventas es la respuesta lógica de bolsillos más apretados, como consecuencia de la caída del salario real.

En este punto, Todesca remarcó que "los ingresos se van licuando por la suba de precios", para luego señalar que "esto lleva a que el gasto de los argentinos aumente pero, a la vez, se compren cada vez menos unidades".

En un escenario en el que se prevé una inflación anual cercana al 40%, es lógico que los argentinos empiecen a cuidar sus presupuestos.

Sucede que, según un estudio de Finsoport, "la contracción de los salarios reales se profundizaría en el resto de 2014, dado que las subas salariales promediaron apenas un 30%".

Cabe destacar que, según la consultora, para el mes de junio la baja del poder adquisitivo fue del 3,6%. En tanto que, para fin de año, prevé que llegará a casi 10%, lo que "afectará adversamente la dinámica del consumo privado" (ver cuadro). 

Uno de los sectores en los que impactó con fuerza el cuidado del bolsillo es en el de supermercados, donde en los primeros cinco meses del año se advirtió una fuerte caída en casi todas las categorías en términos de ventas reales, siendo frutas y verduras (38%), carnes (16%) y almacén (14%) las que presentaron la baja más pronunciada.

Según destacaron desde Finsoport, "la compra de carne vacuna se suplió parcialmente mediante el aumento de otros sustitutos, principalmente la de pollo, a la vez que la retracción en el consumo fuera del hogar se reemplazó en muchos casos por la preparación de alimentos por la ´comida en casa´".

Otra de las tendencias que se acentúa de la mano del cuidado del bolsillo en estos tiempos es el crecimiento de la demanda de las segundas marcas y las líneas propias de los supermercados, en detrimento de las líderes.

De hecho, según lo revela un informe realizado por la consultora Kantar Worldpanel, este año por primera vez en una década, se produjo una caída en las ventas de las primeras marcas.

En la misma línea, Fernando Aguirre desde la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) hizo hincapié en el mayor control del gasto de los argentinos y la reducción de la demanda de artículos prescindibles.

"La gente hoy en día está comprando sólo lo que es necesario y se autoimpone tentarse menos", destacó.

Los cambios de hábitos también están pegando en la frecuencia con la que los argentinos deciden comer afuera. Según los últimos datos del Gobierno de la Ciudad, la facturación de los restaurantes viene cayendo a un ritmo del 12 por ciento.

Expectativas y dólar

Otra de las cuestiones que inclina la balanza a favor de la compra de dólares y retrae aun más el gasto de los hogares tiene que ver con la caída de las expectativas de los consumidores.

Sucede que la percepción de incertidumbre actúa como un freno a la hora de consumir e impulsa a cuidar el bolsillo.

De acuerdo con el último índice General de Expectativas Económicas (IGEE) elaborado en conjunto por la UCA y TNS Gallup, la caída en el mes de junio fue superior al 10% en comparación con el mismo período del año pasado.

En la misma línea, un factor que suma aun más preocupación al actual escenario está vinculado con las perspectivas laborales, dado que los cierres de empresas, las suspensiones y los despidos dan la pauta de un contexto de imprevisibilidad, lo cual refuerza la conducta de cautela.

No es menor el hecho de que el INDEC, días atrás, reconociera que en un año hubo una fuerte caída del empleo. Proyectado a todo el país, se perdieron 190.000 puestos de trabajo. Y eso se tradujo en un leve incremento de la desocupación, que pasó del 7,2 al 7,5%.

En este contexto, 6 de cada 10 argentinos aseguran que hay pocos o muy pocos puestos de trabajo disponibles, de acuerdo con el IGEE.

Según lo explican desde Finsoport, "el derrumbe en la confianza de los consumidores afectó con mayor intensidad a la compra de bienes durables".

Es así que, en el caso de las casas de electrodomésticos, que con la excusa del Día del Niño ofrecieron durante los primeros fines de semana de agosto 18 cuotas. Sin embargo, este estímulo no alcanzó, ya que la caída de expectativas pesó más a la hora de decidir una compra.

Incluso, el impulso del Mundial no resultó suficiente, dado que el rubro de la electrónica cerró el mes de julio con una contracción en ventas superior al 13%.

La explicación se vincula con que, en un contexto como el actual, los planes de financiamiento se vuelven menos demandados y no actúan como un imán que atraiga a los argentinos.

"La gente hoy prefiere no endeudarse y hay una retracción en las decisiones de compra", explicó Guillermo Barbero, ejecutivo a cargo del área Financiamiento al Consumo de la firma First Corporate Finance Advisors.

En este escenario, los expertos se muestran algo escépticos respecto del impacto positivo que pueda tener la jugada del Gobierno, que acordó con las principales tarjetas de crédito para que se vuelvan a ofrecer -de manera masiva- planes de pago en 12 cuotas sin interés, los cuales abarcarían electro, motos, línea blanca e indumentaria.

Cabe recordar que en julio, el stock de crédito con tarjeta se redujo $2.500 millones, la peor caída mensual desde 2003, lo que deja a las claras la menor predisposición a tomar deudas.

Así las cosas, el cóctel que combina salarios que pierden frente a la inflación, un blue que se dispara, un dólar oficial que amenaza con recuperar terreno y las malas perspectivas sobre el empleo, se convirtió en una pesada mochila para un consumo que no para de achicarse.

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