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La Casa Rosada "ninguneó" el paro y adelantó que no reabrirá paritarias ni revisará Ganancias

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, aclaró que las consignas de la protesta "no son prioridad en estos momentos" en la agenda del Ejecutivo
28/08/2014 - 21:55hs
Ezequiel Muñoz /La Nación

Aunque el paro nacional convocado para este jueves por los gremios opositores tuvo el acatamiento de gremios como bancarios, ferroviarios, camioneros y también se sumó la CTA opositora, lo cierto es que, pasado el mediodía, en los principales barrios de Capital, sobre todo en las zonas céntricas, se podía ver una actividad bastante importante.

De esta manera, entre los trabajadores y quienes tuvieron que trasladarse a sus oficinas y puestos de trabajo quedó la sensación de que el impacto esperado por los sindicalistas no fue el que se esperaba, en comparación con los últimos reclamos.

Y el factor clave resultaron ser los colectivos,  que no se replegaron a favor de Moyano y decidieron hacerle caso al Ejecutivo.

Desde el Gobierno, el que salió a "celebrar" este escenario fue el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien afirmó que "la gran mayoría del pueblo argentino ha concurrido a trabajar a lo largo y a lo ancho del país".

"Lo que de ninguna manera se puede decir que lo que hoy ocurrió fuera un paro general ni mucho menos un paro nacional", evaluó el funcionario. 

Además, el ministro se encargó de dejar en claro que las consignas de la huelga no serán atendidas por el Gobierno. "La mayoría de los trabajadores no tiene nada que ver con el impuesto a las ganancias", dijo y aseguró que ese reclamo "no es una prioridad" para el gobierno de Cristina Fernández.

"Tenemos preocupaciones como los trabajadores ladrilleros como prioridad", afirmó Tomada sobre el reclamo gremial por el impuesto a las ganancias, aunque aseguró que "la mayoría de los trabajadores no tiene nada que ver con el impuesto a las ganancias".

"No es una prioridad en estos momentosla modificación del mínimo no imponible, aseguró el ministro, quien reiteró que ese planteó es "una cuestión de trabajadores que representan un diez por ciento y claramente con los trabajadores de mejores ingresos".

También rechazó una eventual reapertura de las paritarias. "No tengo que poner un excesivo énfasis en un tema que está resuelto en las propias partes de los convenios colectivos de trabajo. Son las reglas y desde ya serán acatadas. No hay razones ni clima para reabrir las paritarias. De tanto reiterar estas preguntas parece que fuera un tema importante, o demando, pero la inmensa mayoría todavía no se han terminado de cobrar el segundo aumento, quedan uno o dos tramos más para cobrar", subrayó.

El funcionario afirmó que el paro fue una medida adoptada por un conjunto de organizaciones sindicales para producir "el lógico daño económico" pero aseguró que "no lo han logrado".

"Como va a ser un paro general o un paro nacional, si los metalúrgicos trabajan; los textiles trabajan, los trabajadores de la construcción trabajan, la administración pública funcionó con normalidad, el transporte de pasajeros funcionó y la mayoría del comercio funciono normalmente", reflexionó.

En la otra esquina del ringo, salió el titular de camioneros a decir en conferencia de prensa que los "colectivos estaban vacíos" y que muchos colectiveros fueron "apretados" para cumplir con su jornada laboral.

Sin embargo, aunque Moyano no quiso reconocerlo, muchos de los convocantes a la medida aclararon que la no adhesión de la UTA los perjudicó

El primero en aclarar este punto fue Guillermo Pereyra, secretario adjunto de la CGT opositora, quien reconoció que la no participación de los colectiveros afectó la convocatoria: "Tiene una incidencia, lógicamente. Al funcionar los colectivos facilita la movilidad para ir al trabajo, pero yo no voy a cuestionar la decisión de los compañeros de UTA. Lo que sí, decir que van a esperar otro momento... yo les pregunto: ¿cuál es el momento? Este es el momento".

Luego, el titular de la Federación Agraria, sugirió: "A lo mejor el paro no fue tan contundente", en clara alusión a la última medida de fuerza del 10 de abril pasado, cuando los colectivos, trenes y subtes se vieron paralizados de manera total en los centros urbanos.

Ante la ausencia de la UTA en la medida de fuerza, el Gobierno se adelantó y salió a desacreditar la medida de fuerza.

A primera hora de la mañana, Jorge Capitanich aseveró que el 75% de los trabajadores no adhería a la huelga y explicó que hay "20 gremios que no paran y que tienen más de 30.000 afiliados".

Además aprovechó su discurso para destacar que los gremios que "más se quejan" y llevan adelante la huelga son los que tienen "los trabajadores con el mayor nivel de ingresos".

Otro oficialista que salió a criticar al sindicalismo opositor fue el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo quien arremetió directamente contra el dirigente Rubén "Pollo" Sobrero y lo culpó por obstaculizar el trabajo de 10 personas que querían realizar su jornada de manera tradicional en el tren Sarmiento.

"Este es un paro político llevado adelante por dirigentes sindicales opositores", subrayó el funcionario. En ese marco, dijo que "está lejos de lo que hoy demandan los argentinos".

La jornadaLa jornada de paro nacional por 24 horas fue convocada por Hugo Moyano de la CGT Azopardo, la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo y la CTA que conduce Pablo Micheli (que inició el miércoles una huelga por 36 horas). 

Se manifiestan en reclamo de la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, en contra de las recientes suspensiones y despidos en la industria, y en favor de un aumento a los jubilados. Asimismo, piden mayor acción del Estado contra la inseguridad. 

Los choferes de colectivos nucleados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA) definieron no adherir a la medida. Sin embargo, algunas líneas dejaron de circular por amenazas recibidas contra sus móviles. 

El secretario general de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA), Silverio Gómez, había advertido que miércoles que "una cantidad importante" de choferes de colectivos adheriría al paro.

Asimismo, desde las 6 se registró un piquete en el kilómetro 35 de la autopista Panamericana, a la altura de la localidad bonaerense de General Pacheco, partido del Tigre, por parte de unos 800 integrantes de distintas agrupaciones de izquierda.

No obstante, minutos antes de las 10 las organizaciones se retiraron pacíficamente de la autovía. No hubo ningún tipo de incidentes y la Gendarmería no tuvo que intervenir. 

Otros cortes programados continúan en Acceso Oeste a la altura del Hospital Posadas, Puente La Noria y ruta 3 y Camino de Cintura. 

En Avellaneda, unas 200 personas se congregaron en la avenida Mitre con la intención de bloquear el Puente Pueyrredón. Como el puente estaba custodiado por la Prefectura Naval Argentina, se negoció que los manifestantes pudieran subir al mismo pero dejando dos carriles libres para permitir el tránsito.

En este caso, si se produjeron incidentes entre las fuerzas de seguridad, que arrojaron gas pimienta contra los manifestantes.  

Servicios

La recolección de 

residuos no se realizó por la noche en la zona metropolitana y las estaciones de servicio permanecían esta mañana cerradas, en adhesión a la jornada de paro del sindicalismo opositor.

Por otra parte, en los hospitales públicos se mantenían las guardias mínimas para atender las emergencias, en tanto que no se registrará durante toda la jornada actividad judicial en los tribunales.

En los bancos, asimismo, no habrá atención al público, clearing ni recarga de cajeros automáticos.

Los puertos agroexportadores también permanecerán casi sin actividad, debido a la adhesión de los trabajadores portuarios

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