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¿Sirve para alejarse del tabaco?: la verdad sobre el cigarrillo electrónico y cuáles son sus puntos grises

Aunque no contiene algunas sustancias, genera adicción por la presencia de nicotina. Aún no existen pruebas científicas que midan el daño que produce
01/10/2014 - 09:19hs
¿Sirve para alejarse del tabaco?: la verdad sobre el cigarrillo electrónico y cuáles son sus puntos grises

Hasta hace unos meses aparecía como una posible solución al tabaquismo, dado que muchos aseguraban que podía ayudar a reducir los riesgos asociados al consumo de esta sustancia. Pero hoy, se ubica en el centro de la polémica: el cigarrillo electrónico es el foco de una serie de acusaciones por parte de distintos organismos.

El argumento de quienes se oponen al avance del dispositivo electrónico -que no contiene tabaco aunque sí la adictiva nicotina- es que, en el caso de los no fumadores, el consumo de este artículo puede convertirse en la puerta de entrada al mundo del cigarrillo.

Sucede que el hábito de fumar tiene que ver con un rito social, que puede iniciarse con el novedoso aparato para luego continuar con el producto tradicional.

Esta es la postura que mantienen instituciones líderes en materia de salud, como es el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en un documento advirtió sobre el posible "efecto de iniciación" y señaló que el cigarrillo electrónico contribuye a "perpetuar la epidemia del tabaquismo".

De hecho, el organismo insiste en recomendar a sus países miembros la prohibición del uso de este producto.

Otra de las razones que mencionan quienes están en contra es que aún se desconoce el efecto que tiene sobre los fumadores pasivos.

En el caso de la Argentina, se prohíbe explícitamente desde hace tres años la importación, distribución, comercialización y publicidad.

Del otro lado de la vereda, las empresas asociadas al consumo de tabaco se pronuncian a favor de este dispositivo y señalan que su lanzamiento responde específicamente a una necesidad del mercado.

"Se trata de una alternativa que apareció como consecuencia de una demanda de los consumidores de un producto que reduzca la toxicidad", explica a iProfesional Pablo Marcó, gerente de Asuntos Regulatorios de Nobleza Piccardo, miembro del Grupo British American Tobacco.

Cabe aclarar que la compañía actualmente comercializa en Inglaterra sus cigarrillos electrónicos, bajo la marca Vype. Según lo indica Marcó, por el momento "a nivel mundial se está en los albores de la industria".

El ejecutivo de Nobleza Piccardo señala, además, que "si bien algunas personas ven a este producto como una forma de que aquellos que no fuman comiencen por ahí", la postura de la empresa es otra.

En relación con la propuesta de los cigarrillos electrónicos, opina: "Lo pensamos para que los adultos responsables que deciden fumar tengan una opción extra para su consumo".

¿Cómo funcionan?

Si bien las imágenes de los cigarrillos electrónicos ya circulan por todo el mundo y son varias las empresas que se sumaron a su producción, no todas las personas conocen exactamente cómo es su funcionamiento.

La diferencia con los productos tradicionales radica, principalmente, en que los nuevos dispositivos no son combustibles sino que lo que se aspira es la nicotina en lugar del tabaco.

En este punto, si bien es cierto que el artículo no contiene tabaco, desde las mismas firmas vinculadas a la actividad reconocen que es adictivo.

"Es cierto, los cigarrillos electrónicos, al contener nicotina, generan una cierta adicción", dice a iProfesional Marcó.

Uno de los puntos más polémicos se vincular al gran desconocimiento sobre su composición y el efecto nocivo de ésta.

Hay muchas marcas y cada una tiene diferentes sustancias, si bien algunas están presentes en todos ellos.

Éstas son el agua destilada y la glicerina vegetal, así como el propilenglicol y las nitrosaminas, que serían dos sustancias cancerígenas.

De esto ya alertó en 2009 la Agencia Americana del Medicamenteo (FDA) y lo refleja también el Informe del CNPT sobre los cigarrillos electrónicos. Algunas marcas liberaban cantidades detectables de nitrosaminas, compuesto cancerígeno que también se encuentra en el humo de los cigarrillos convencionales.

Muchos de ellos liberan un compuesto químico llamado dietilenglicol (se usa como anticongelante en los coches), por lo que no podría afirmarse que sólo liberan vapor de agua.a revista científica Chest donde se enumeraban diversas lesiones pulmonares ocasionadas por su consumo.

Un estudio de la Sociedad Americana de Neumólogos hizo hincapié en los efectos adversos para los pulmones y la capacidad respiratoria.

En las personas que usan cigarrillos electrónicos aumenta la resistencia bronquial. Esto quiere decir que el bronquio disminuye de tamaño y entra una menor cantidad de aire en los pulmones, revelan los estudios.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en 2011 que no hay ninguna evidencia que demuestre que sirven para dejar de fumar "de los otros".

Al respecto, la revista Lancet publicó una investigación con resultados poco alentadores. De una muestra de 657 personas sólo el 7% de los usuarios dejó el cigarrillo convencional, aunque sí es cierto que la mitad consiguió reducir el consumo del tabaco (convencional).

¿Qué sucede en la Argentina?

En el caso de la Argentina, la Asociación Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohíbe la comercialización de los cigarrillos electrónicos desde el año 2011.

Según explica Marcó a este medio, dicha medida tiene que ver con que "todavía el producto no está investigado del todo".

"No existe evidencia suficiente para concluir que sean una ayuda eficaz para dejar de fumar", destaca en esta línea la ANMAT, a la vez que sostiene que tampoco hay "pruebas suficientes que determinen que son seguros para el consumo humano".

No obstante, de avanzar esta iniciativa en la Argentina, los cigarrillos electrónicos quedarían alcanzados por la Ley 26.687, que regula la publicidad, promoción y consumo de los cigarrillos de tabaco.

La normativa aclara que quedan bajo su espectro, tanto los productos elaborados con tabaco como "los que sin serlo puedan identificarse con marcas o asociarse con ellos, de origen nacional o importados".

La misma ley, en su artículo 7°, estipula que los atados deben incorporar los famosos mensajes sanitarios, que van acompañados por los pictogramas con las imágenes de los daños que causa el tabaco.

Algunas de las opciones que da la normativa son las siguientes: "Fumar causa cáncer", "Fumar causa enfisema pulmonar", "Fumar causa adicción" y "Fumar causa impotencia sexual". El cigarrillo electrónico en la región

A la hora de analizar lo que sucede con el cigarrillo electrónico a nivel regional, el escenario en América Latina se encuentra dividido.

Según explicaron a este medio fuentes vinculadas con el negocio tabacalero, en Uruguay este dispositivo está prohibido y en Paraguay recientemente decidieron no permitir el ingreso de este producto.

Los argumentos, en estos casos, son los mismos que frenan su avance en la Argentina: hasta el momento no existe una evidencia científica que permita medir el daño que causa.

Sin embargo, en otros países de la región no existe ningún tipo de barrera para el ingreso de los cigarrillos electrónicos, como es el caso de Chile y Bolivia.

Apuestas para reducir el tabaquismo

Una de las últimas iniciativas que se impulsó en la Argentina para desincentivar el consumo de tabaco fue la incorporación de las mencionadas imágenes junto con las leyendas sanitarias, que deben ocupar el 50% del frente del envase.

Las organizaciones antitabaco se muestran a favor de esta medida, dado que el agregado de estas fotos ayudó a desalentar el consumo de tabaco, principalmente, entre los nuevos fumadores -ya que para quienes tienen el hábito resulta más difícil dejarlo-.

En este sentido, Gustavo Domínguez desde la Asociación Argentina de Marketing (AAM) destaca que "a mucha gente que aún no tiene la costumbre incorporada, las imágenes le pueden generar un shock más fuerte".

En la misma línea, Eduardo Medaglia, presidente de la Unión de Kioskeros de la República Argentina indica que desde que se agregaron estas los pictogramas los paquetes "hay una leve baja en la compra de cigarrillos".

Y desde el lado de las empresas también surgen iniciativas que apuntan a reducir la nocividad del acto de fumar.

De hecho, Philip Morris Internacional (PMI) presentó una serie de productos que denomina "de riesgo reducido", que funcionan como una alternativa al cigarrillo de tabaco tradicional.

Según explican desde la compañía, se trata de dispositivos electrónicos con tabaco que se calientan con un chip para evitar la combustión.

La empresa posee actualmente un acuerdo con el Grupo Altria, por medio del cual la firma vende los productos de este grupo en el mundo, a la vez que Altria comercializa los artículos fabricados por Philip Morris dentro de EE.UU.

Todas estas alternativas responden a un mercado cambiante y a una búsqueda de concientización de los efectos del consumo del tabaco en las personas.

En este sentido, André Calantzopoulos, consejero delegado de PMI, señala que "el desarrollo y la comercialización de los productos de riesgo reducido representa un importante paso hacia el logro de los objetivos de salud pública vinculados a la reducción del daño, un potencial cambio de paradigma para la industria, además de una oportunidad de crecimiento".

En este escenario, el cigarrillo electrónico se muestra por ahora como una opción que se empieza a adoptar en algunos países, aunque en la Argentina todavía su incorporación está lejos de concretarse.

No obstante, desde la AAM aseguran que el freno más fuerte al consumo de cigarrillos se produce con el encarecimiento de los productos.

En esta línea, Domínguez señala que "lo que desalienta la compra es el incremento del precio".

Y concluye que "el consumo puede haber bajado desde que se implementaran diferentes campañas, pero la mejor forma de desincentivar la compra es a través de los aumentos".