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Dólar, Abastecimiento y el efecto "Orloff" que conecta Argentina con Venezuela

Como si fuesen "países espejos", las medidas que se toman en uno son replicados por el otro. Resulta sorprendente la cantidad de iniciativas compartidas
17/09/2014 - 14:10hs
Dólar, Abastecimiento y el efecto "Orloff" que conecta Argentina con Venezuela

Allá por los años ochenta Argentina y Brasil sufrían serios problemas inflacionarios.

Intentaron superarlos a través de sucesivos planes de estabilización, que terminaron casi todos en estruendosos fracasos.

En esa época, en el país vecino había una publicidad televisiva del vodka Orloff que llegó a ser muy recordada.

En ella, el personaje era aconsejado por una versión futura de sí mismo a no tomar otra marca para evitar el dolor de cabeza.

Con firmeconvicción le decía: "Yo soy vos, mañana".

Trasladada al mundo político y financiero, varios analistas recuerdan que esa frase servía para describir lo que sucedía en ambas economías.

Más aun: a partir de esa coincidencia, daban cuenta de que había un "Efecto Orloff", por el cual Brasil era la Argentina mañana.

Pasaron casi treinta años desde aquel momento. Y ese anecdótico "espejo" ahora es protagonizado por Argentina y Venezuela.

Casualidad o no, lo cierto es que las medidas que adopta una nación parecen inspiradas en otras tomadas con anterioridad por la otra, en una suerte de "efecto Orloff" que mantiene plena vigencia. Entre ellas pueden señalarse:

Ley de abastecimiento, con fuerte injerencia del sector público.

Restricciones al dólar y férreo control de cambios.

Subsidios desproporcionados, en particular para energía.

Nacionalización de compañías "estratégicas".

Controles y programas de "precios cuidados".

Emisión monetaria exacerbada para financiar el déficit fiscal.

Falta de información estadística.

Estas son algunas de las tantas medidas tomadas primero por un país y luego por otro.

Lo sorprendente es que Venezuela y Argentina apelan a la misma estrategia: si estas recetas no funcionan, en vez de dar marcha atrás y probar con otro tipo de planes, insisten multiplicando las dosis de intervencionismo, controles e injerencia estatal sobre el sector privado.

En la actualidad, el "efecto Orloff" cobra plena vigencia. Las medidas implementadas por Venezuela son replicadas casi con exactitud por la Argentina. Y, como es de prever, los resultados son similares.

En este irónico "Yo soy vos mañana", ambas naciones padecen los mismos problemas, que no se dan en otros territorios de la región:

-Elevada inflación, de las mayores del mundo.

-Caída del nivel de actividad y del consumo.

-Fuerte debilitamiento de su moneda.

-Fuga de capitales.

-Caída de reservas.

-Restricciones para importar insumos.

- Mercado paralelo de cambios.

-Caída de la inversión del sector privado.

-Necesidad de importar energía, pese a sus reservas.A estas limitaciones se puede agregar una más, si bien iría en sentido inverso a las anteriores, ya que Venezuela, en este caso, estaría "imitando" a la Argentina.

Existe la firme posibilidad de que el gobierno de Maduro se sume al default. En su caso, no por los buitres sino por la imposibilidad de cumplir con un bono soberano y un vencimiento de Pdvsa.

El líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, se refirió al tema. Y si bien estableció algunas diferencias sobre la situación de ambos países, sostuvo: "Le pido a Dios y a la Argentina que no siga el camino de Venezuela".

Consideró que éste es posiblemente el peor momento histórico de su país, al tiempo que agregó: "Se dice que la Argentina está a cierta distancia, pero que trata de seguir el modelo que se impuso aquí". Abastecimiento "a la venezolana"

En Venezuela rige la llamada "Ley Orgánica de Precios Justos", que entrara en vigencia en enero de este año.

Entre otras tantas cuestiones, autoriza al Estado a fijar los precios máximos y que considere "justos" de toda la cadena de producción, importación, distribución y consumo.

También lo habilita a establecer los márgenes máximos de ganancia por tipo de actividad, como también por lugar geográfico o canal de de venta.

La ley alcanza a particulares y empresas y los hace pasibles de fuertes multas y condenas, que van desde sanciones de u$s150.000, decomiso de mercaderías y la inhabilitación de entre tres meses y diez años para ejercer distintos tipos de actividades.

El Estado, incluso, puede aplicar la revocatoria de licencias y condenar a empresarios a penas de hasta doce años de cárcel.

Abastecimiento "versión argentina"

En lo que viene a ser otro aspecto del "efecto Orloff", en Argentina también habrá -para no ser menos- una ley similar a la del país caribeño.

El proyecto en este caso se llama "Nueva regulación de las relaciones de producción y consumo".

Tras su sanción, la propuesta habilita al Poder Ejecutivo a establecer márgenes de utilidad y precios de referencia para cualquier etapa del proceso productivo.

Incluso, hasta puede obligar a una compañía a producir a pérdida.

Además, permite aplicar sanciones a quienes remarquen injustificadamente los precios de una forma que no sea proporcional a los aumentos de los costos.

También, prevé condenas a quienes acaparen mercadería, se nieguen a la venta de productos, afecten el normal abastecimiento, o no entreguen facturas.

El Gobierno también podrá dictar normas que rijan los procesos de venta, intermediación, distribución o producción y disponer la continuidad de estas etapas dentro de los niveles o cuotas mínimas que establezca.

Las multas pueden llegar a los 10 millones de pesos. Estipula clausuras por 90 días o la inhabilitación por dos años, previa autorización judicial.

Para quienes aún tienen dudas sobre su aplicación, resulta más que esclarecedora la afirmación de Axel Kicillof: "La reforma de Abastecimiento busca regular a los capitales monopólicos y con capacidad de abuso".

El dólar paralelo, otro espejo

Si en Argentina el blue causa alarma cuando la brecha supera el 70%, en Venezuela el dólar paralelo rompe marcas históricas.

En el mercado conviven cuatro tipos de cambio diferentes, uno libre (llamado lechuga verde) y tres regulados por el Gobierno:

•El dólar oficial, que se destina al pago de importaciones de productos esenciales, como medicamentos y alimentos de primera necesidad. Cotiza a 6,30 bolívares.

•El dólar Sicad, que se ubica un escalón más arriba, a 11 bolívares. Está restringido a particulares y sólo acceden empresas a través de un sistema de licitaciones.

•El Sicad II, que cotiza a 50 bolívares. A través del mismo se canaliza la mayoría de las importaciones y lo vinculado con el turismo. Es el que habilita la opción de comprar dólares para ahorro.

En cuanto a la "lechuga verde" es, a semejanza del blue, el que se toma como referencia para fijar el valor de los productos de consumo en el mercado.

¿Cuánto es la brecha? La distancia entre el "blue venezolano" y el más barato de los tres mencionados es del orden del 1.300%. Si se considera el precio del Sicad II, la misma asciende al 800%. Estadísticas poco confiables

Al igual que en la Argentina, el manejo y la difusión de las estadísticas oficiales genera enormes polémicas.

En el caso particular de los datos de inflación, el Gobierno venezolano se tomó tres meses para informar lo ocurrido entre junio y julio de este año.

Más allá del "delay", el índice anual del mes de agosto se situó en casi un 65%, frente al 39% de todo 2013.

Los analistas sostienen que el retraso de la publicación de las estadísticas oficiales se debe al temor del Gobierno de tomar "medidas económicas racionales que tengan un elevado costo político".

Además, hay plena coincidencia entre los economistas de que la inflación es consecuencia de "la enorme cantidad" de dinero que emite el país para financiar un brutal déficit fiscal.

El Gobierno afirma que está sujeto a ataques especulativos y es víctima de una "guerra económica" que impulsan sectores oligarcas y burgueses.

El fantasma del default"Vamos a pagar la deuda que vence en las próximas semanas, tenemos la fortaleza y la capacidad para seguir cumpliendo con nuestros compromisos", afirmó el presidente venezolano.

De esta manera, trató de bajarle el tono a las especulaciones sobre los problemas que enfrentaría la nación bolivariana para honrar los compromisos."Venezuela en 15 años de revolución ha demostrado que cumple y este 2014 no será la excepción", sostuvo Nicolás Maduro, señalando que se honrará "hasta el último dólar", expresiones que también suelen escucharse por estas latitudes.

No obstante, hay serias dudas acerca de que el país cuente con los recursos suficientes para pagar vencimientos en octubre por casi u$s6.000 millones.

En la actualidad, las cuentas del Estado no cierran y ello genera sospechas, pese a ser una nación sentada en una montaña de petróleo.

José Guerra, economista y ex funcionario del Banco Central, afirma: "Yo creo que no los tiene y que el apuro por vender Citgo (filial de Pdvsa en Estados Unidos) tiene que ver con hacerse de ese dinero".

La incertidumbre es tal que hace pocos días se aguardaba con expectativa que Maduro lanzara un paquete de medidas económicas, pero el mandatario sólo se refirió a cuestiones de índole política, de escasa trascendencia.

  

Esto repercutió muy negativamente en los mercados financieros internacionales, que ya venían castigando desde hace tiempo a los bonos de su país.

Como era de esperar, el mandamás venezolano remarcó que esta incertidumbre era producto de especuladores: "Hay campañas internacionales para dañar a Venezuela y hay muchos que hacen lobby".

Lo cierto es que a lo largo de los dieciséis meses de su gobierno, el problema de deuda ha venido en ascenso.

Para el ex embajador argentino Emilio Cárdenas, "la sensación que prevalece es que el Presidente no está dispuesto a enfrentar las causas que generan inestabilidad y ello desalienta la inversión en papeles venezolanos".

Es por ello que el llamado "riesgo país" sigue en alza, con una tasa que está por encima en 20 puntos porcentuales de la de los Estados Unidos, superando incluso a la de Ucrania.

En este contexto, funcionarios afines a Maduro ya comenzaron a plantear el debate sobre si no resultaría más conveniente que "Venezuela dejase de pagar".

Incluso, agrupaciones chavistas han comenzado a darle un enfoque ético al dilema que afronta el régimen.

Fundamentan su opinión en que la aguda escasez de bienes de consumo que sufre su población, es consecuencia directa de un "déficit comercial"de más de u$s14.000 millones.

Esta es la suma que se le adeudan a los proveedores de materias primas, insumos y servicios, producto de una economía altamente dependiente de los componentes importados.

A este monto se agrega una deuda de u$s4.000 millones con las aerolíneas internacionales.

Ante este potencial default en el comercio exterior, que afecta al venezolano de a pie, varios analistas afines el oficialismo se preguntan por qué priorizar los pagos de papeles.

Palabras, decisiones y consecuencias que no hacen más que reafirmar que el "efecto Orloff" que conecta a la Argentina con Venezuela está más presente que nunca.

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