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Revés para el Gobierno: automotrices se bajan del ProCreAuto y la fase II arranca "light"

Funcionarios debieron salir a justificar por qué ahora se ofrece la mitad de modelos y las causas por las que se bajaron algunas marcas. Cuadro de precios
26/09/2014 - 10:35hs
Revés para el Gobierno: automotrices se bajan del ProCreAuto y la fase II arranca "light"

Tenían todo preparado. El escenario estaba listo. La oradora principal iba a ser la Presidenta, tal como lo había hecho en junio pasado, cuando oficializó el arranque de la primera etapa del ProCreAuto.

Era el momento justo: Cristina estaba recién arribada tras su exposición en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde también tuvo un encuentro con el magnate George Soros y con dirigentes de las centrales sindicales internacionales que, según comentó la propia jefa de Estado, brindaron un "amplio" apoyo a la reestructuración de deuda que está encarando el Gobierno.

El motivo, además, era importante: en momentos en que preocupa la floja performance de la industria -que viene de acusar un bajón del 5% en los primeros ocho meses del año-, el relanzamiento del plan oficial que permite financiar la compra de 0Km en 60 cuotas, serviría para mostrar al Ejecutivo en una faceta proactiva.

Además, la misma Cristina había estado en la "cocina" del ProCreAuto "fase II", dado que presidió algunas de las rondas de negociaciones con directivos de terminales. De modo que todos esperaban que fuera la mandataria la figura principal de este acto oficial.

Sin embargo, nada de eso ocurrió: la segunda etapa fue presentada en un acto en el que casi no hubo cámaras de televisión y que estuvo lejos de la pompa y del clima festivo que imperó en su lanzamiento original, a fines de junio.

Y la ausencia de la mandataria estuvo vinculada con que realmente había poco para festejar. Luego de duscusiones contrarreloj que se extendieron durante varios días, el Gobierno no pudo subir a todas las automotrices a esta extensión de la iniciativa.

Por el contrario: tres grandes jugadores no aceptaron las condiciones que impuso la administración K en cuanto a política de precios y se bajaron de la "secuela": Fiat, Honda y General Motors.

No sólo eso: también hubo una llamativa sangría de opciones: el ProCreAuto original, con las últimas incorporaciones, totalizaba 18 modelos con un total de 42 versiones.

Para esta nueva etapa en su versión "light" -que se extenderá hasta el 10 de enero de 2015-, apenas subsistieron 9 modelos (lo que implicó una contracción del 50%) y 24 versiones (caída del 43%).

Durante la conferencia de prensa, la ministra de Industria, Débora Giorgi -secundada por el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa- intentó por todos los medios dejar en claro que la no participación de algunas terminales, así como la fuerte baja en el número de modelos, no podía leerse como un fracaso.

"La segunda fase no puede ser igual que la primera. Entonces, cuando uno escucha que dicen que hay menos modelos porque las ventas no fueron tan buenas, que las automotrices se quieren ir... esto no es así", explicó molesta la funcionaria, quien agregó que "hay terminales que, con lo comprometido en planes de ahorro y cierta reactivación de las exportaciones, tenían su producción ya comprometida". 

Incluso, en un llamativo apartado del comunicado de Industria, el Gobierno buscó anticiparse a las "falsedades que podrían surgir respecto del ProCreAuto II".

Al argumento de que "tiene menos modelos porque no fue bueno", la respuesta del propio Ministerio es que se trata de un dato "falso". Y replican que "la disminución de modelos tiene que ver con el éxito del ProCreAuto I, que ha saturado la capacidad de producción de algunos modelos" (ver imagen). 

Resulta cuanto menos llamativo este argumento ya que, prácticamente desde el lanzamiento de la iniciativa, hasta la propia Presidenta se encargó de denunciar maniobras especulativas por parte de las terminales, que "encanutaban" autos a la espera de una devaluación.

No sólo eso: en la conferencia, la ministra -en una lectura muy particular de la realidad- se encargó de remarcar cómo el plan había contribuido a dinamizar las ventas y ayudado a las automotrices a achicar a la mitad el número de empleados suspendidos.

Sin embargo, a comienzos de septiembre, fue la propia funcionaria la que se había quejado de que en las rondas de negociaciones "las terminales y las concesionarias no se están comportando a la altura de las circunstancias y boicotean el ProCreAuto", al no entregar unidades.

Menos modelos y ausencia de los brasileños

Tal como se puede observar en el siguiente cuadro, la oferta se compone de dos modelos de Ranger (Ford); tres modelos de 308, uno de 408 y uno de Citroën C4 (PSA); dos tipos de Clio Mio y siete de Fluence (Renault); un modelo de Hilux (Toyota); seis de Suran y uno de Amarok (Volkswagen).

Sin embargo, como se mencionó, hubo tres automotrices que decidieron no continuar en el programa. Una de ellas es Fiat, cuyo presidente, Cristiano Rattazzi, está abiertamente enfrentado con el Ejecutivo.

Cabe recordar que días atrás, la pelea tuvo su punto más álgido cuando el directivo calificó de "pésima" a la ley de Abastecimiento, argumentando que sólo es justificable "en tiempos de guerra", para luego trazar un paralelismo con Venezuela.

Así las cosas, la casa italiana retiró del plan a sus dos modelos: Palio y Siena.

General Motors también venía de una semana caliente: su presidente regional se había quejado por la falta de dólares para importar, lo que le valió fuertes reproches por parte de Giorgi.

Sin embargo, la inversión de u$s740 millones que están llevando adelante para desarrollar un vehículo de plataforma exclusiva en su planta de Santa Fe, sirvió para calmar los ánimos y desactivar posibles represalias por bajarse del plan. 

Con su partida, la "fase II" se quedó sin el Agile y sin el Classic (mencionado por Giorgi como uno de los más demandados en la primera etapa).

En tanto, Honda también comunicó su decisión de no subirse nuevamente a la propuesta oficial. De modo que ya no estarán disponibles bajo la financiación del Banco Nación las tres versiones de su modelo City.

Pero eso no es todo. El "ajuste" llegó para casi todas las marcas: Renault sacó del listado a la Kangoo y retiró tres versiones del Clio.

En el caso de Peugeot, ya no estará disponible el 207, así como tampoco la Berlingo. En lo que respecta a Citroën, de las cuatro variantes del C4, sólo subsiste una. Finalmente, Ford retiró el Focus y sólo dejó en pie dos versiones de su pick-up Ranger.

A continuación, un cuadro que resume las bajas para esta nueva etapa del ProCreAuto:

Un dato no menor en este relanzamiento del plan, es la ausencia total de los tan comentados modelos brasileños.

Cabe recordar que desde las propias terminales, voceros y directivos habían mostrado cierto entusiasmo sobre la posibilidad de que, en esta nueva fase, pudieran incluirse también algunos 0Km con sello brasileño, dado que figuran entre los más exitosos en el ranking de patentamientos.

Se hablaba de que Toyota aportaría el popular Etios, que Citroën sumaría el C3 y hasta se especuló con la posibilidad de que Volkswagen incluyera su clásico Gol Trend y su nuevo caballito de batalla: el Up!

Pero las negociaciones terminaron naufragando y el ProCreAuto en esta nueva etapa terminó siendo tan Nac&Pop como el de la fase I.

Y las razones son sabidas: no hay dólares. Esto fue lo que obligó al Gobierno a establecer un sistema de cupos. Los u$s110 millones que la administración K les viene habilitando por mes a las terminales pueden destinarse solamente a la importación de autopartes y no vehículos terminados.

Por este mismo motivo, General Motors y Renault se habían visto obligadas a frenar la compra de vehículos procedentes de Brasil.

Así, sin divisas para poder fortalecer el portfolio con modelos importados -muchos de los cuales hasta 2013 figuraron entre los más demandados por el público argentino-, las automotrices encontraron un desincentivo para esta nueva etapa del plan que mantiene el mismo esquema de financiamiento (adelanto del 10% + 60 cuotas, los tres primeros años a tasa fija).

Precios: la gran batalla

Más allá de la falta de dólares, el gran talón de Aquiles que impidió que el ProCreAuto creciera en cantidad de marcas, modelos y versiones, está en la rígida política de precios que impone el Gobierno, un arma de doble filo que va en contra de la dinámica inflacionaria de la economía y que puede significar un riesgo para las empresas, en un contexto de alta volatilidad cambiaria.

Cabe destacar que los vehículos que se mantienen en el programa cuentan con ajustes de precios de apenas 5 al 7,5%, los cuales se deberán mantener sin cambios hasta mediados de enero de 2015.

La ministra, en un pasaje de su exposición, reconoció que los precios "los hemos negociado hasta última hora". Además, confirmó la queja de varios directivos de terminales, que le transmitieron que los ajustes permitidos no les posibilitaban cubrir los costos, argumento que Giorgi descartó de plano.

Según la funcionaria, la variación de los valores al público, "está atada a la variación real de costos".

Este choque por la política de precios es lo que condenó al ProCreAuto "fase II" a ser una versión edulcorada respecto de la inicial.

Sucede que, en una economía con una inflación anual estimada en cerca del 40%, para las automotrices es muy difícil mantener a la venta un modelo con un alza de apenas 7,5% -o incluso menos- a lo largo de casi siete meses.

A esto se suma otra variable fundamental: el 70% promedio de las autopartes necesarias para fabricar un vehículo en la Argentina necesariamente debe ser importado. Esto les significa una altísima exposición a las variaciones del tipo de cambio.

De hecho, parte de los autos ya fabricados y vendidos a precio congelado, fueron ensamblados con piezas que habían sido traídas de afuera meses atrás y para las cuales el BCRA no les habilitó dólares, a punto tal que la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega les adeuda la friolera de u$s2.500 millones.

Esta reticencia oficial empujó a muchas terminales a tener que hacerse de divisas en el mercado de "conta con liqui", claro que con un sobrecosto importante: en la actualidad, la brecha con el oficial asciende al 70%.

A esto se suma otro gran temor que tienen las automotrices: por más que tengan un cupo de divisas a la cotización del BCRA, el problema es qué sucederá si sobreviene, antes de fin de año, una nueva devaluación, como el mercado está descontando que ocurrirá. Es que necesitarán más pesos para importar el mismo volumen de autopartes pero para unidades que habrán quedado con precios viejos. 

Ante esta disyuntiva, la estrategia de algunas automotrices fue "borrar" del ProCreAuto sus versiones más baratas e incluir variantes más costosas:

Citroën: en la primera etapa, contaba con un C4 a $169.000. Ahora, el único modelo ofrecido está a $239.000, es decir, casi 40% más costoso.

Peugeot: en la "fase I" ofrecía un 308 de entrada de gama a $174.600. En la actualidad, el más barato parte de los $208.000, es decir, un alza cercana al 20%. 

Renault: el Clio entry level valía $93.900. Ahora retiró de la venta todas las versiones de tres puertas y, para acceder al modelo más económico hay que pagar $110.450, casi 18% más.

El hecho de que muchas automotrices hayan eliminado sus autos más económicos del listado puede responder a dos razones: o están privilegiando la venta de aquellos modelos que más rentabilidad les dejan. O bien no quieren comprometerse a tener que entregar unidades que, devaluación mediante, pasarán a quedar demasiado baratas a ojos de los compradores.