Este domingo 5 de octubre, cerca de 143 millones de brasileros irán una vez más a las urnas para elegir a las autoridades que dirigirán los destinos de una de las economías más importantes del mundo durante los próximos años.

La actual presidenta de ese país, Dilma Rousseff, es la candidata que lleva la ventaja. Según el último sondeo de la firma MDA, que realiza estas encuestas bajo encargo de la Confederación Nacional del Transporte (CNT), la titular del Partido de los Trabajadores, tiene el 40,4% de las intenciones de voto.

Esto significa una ventaja de 15,2 puntos frente a Silva, ecologista y representante del Partido Socialista Brasileño (PSB), quien sostiene 25,2% de las intenciones de voto, 2,2 puntos menos que en el sondeo anterior. Tercero en las preferencias, el socialdemócrata Aécio Neves, ganó 2,2 puntos porcentuales y se sitúa en 19,8 por ciento.

En una eventual segunda vuelta, entre las dos primeras candidatas, Rousseff aparece adelante con 47,7% de las intenciones de voto, frente a 38,7% de Silva.

La educación superior fue uno de los ejes principales de la campaña en Brasil, luego de que el año pasado la mandataria chilena Michelle Bachelet lograra su segundo mandato al frente del país. Había prometido la gratuidad de las carreras universitarias y una mejora en la calidad de la enseñanza.

Rousseff, por su parte, Asegura que gracias a su gobierno, las regalías del petróleo serán destinadas a la educación en un 75%. Permitirán así dar un salto histórico en educación, con profesores mejor pagados y escuelas de tiempo integral.

Promete también 100.000 becas más para brasileños en las mejores universidades del mundo, a semejanza de las impulsadas en su primer mandato.

La candidata de la oposición, sin embargo, se enfoca en la educación básica. Silva asegura que quiere eliminar el analfabetismo -ella misma, nacida en la pobreza, fue analfabeta hasta los 16 años- y "fortalecer, priorizar la educación, desde la educación infantil hasta la post graduación".

Por último, Neves, con pocas chances de llegar al poder, sobre todo en primera vuelta, quiere que las escuelas con bajo desempeño tengan en 10 años un índice por lo menos semejante a la media nacional. Propone más escuelas de tiempo integral.

Promete también, inyectar más inversión en el sector de educación, un 7% del PIB hasta 2019 y 10% después.