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Sí­ntoma de estos tiempos: los bancos ven un "negocio" en los seguros de desempleo y refuerzan beneficios

Las entidades detectan que una mayor parte de la sociedad teme perder el trabajo. Esto no hace más que reflejar la delicada situación laboral en el país
27/10/2014 - 14:10hs
Sí­ntoma de estos tiempos: los bancos ven un "negocio" en los seguros de desempleo y refuerzan beneficios

El debate sobre el mercado laboral puede dar para largo. La existencia de diversos indicadores y la desconfianza generada por las cifras oficiales son campo fértil para discutir cuáles son los síntomas más expresivos de su deterioro.

Pero hay un dato que no puede ser subestimado por nadie. Cuando los bancos llaman a sus clientes para ofrecerun seguro de desempleo es porque las cosas están empeorando.

Esto es lo que está ocurriendo en estos días en los que las entidades financieras, alertadas por la eventual pérdida de empleo de sus clientes, salieron a marketinear un producto que en épocas normales suele ser prácticamente inexistente.

Se trata de un "respaldo económico" para quienes gozan de un trabajo registrado, pero temen en el futuro enfrentar una "situación inesperada", tal como perder sus ingresos en caso de desempleo involuntario, según detallan los bancos en sus sitios web.

La cobertura contempla el despido sin justa causa, por conflicto gremial, suspensión o cierre de la empresa. Y es ofrecida prácticamente por todas las compañías del sector que apuntan a cubrir la deuda financiera para los consumidores de tarjetas de crédito, débito o préstamos personales.

"Funciona muy bien, atendemos muchas veces a clientes de 20 o 25 años de antigüedad que ahora temen quedar desempleados de un día para el otro", señaló a iProfesional una fuente de uno de los principales bancos privados de la Argentina.

De hecho, el "speech" de los operadores de call center plantea que "por la inestabilidad de la economía, nadie se puede considerar totalmente a salvo de la necesidad de contar con un respaldo de este tipo".

La promoción cobra impulso en medio de la retracción de los préstamos personales -ya que las entidades son más selectivas y prefieren clientes con estabilidad laboral- y una percepción de la gente más negativa acerca del mercado de trabajo. Casi 6 de cada 10 personas encuestadas aseguran que hay poco o muy poco empleo, según un sondeo de la UCA y TNS Gallup.

La incertidumbre también se palpa en el clima político, a medida que se acerca el fin de año. En sintonía con la línea "antibuitre", el Gobierno criticó semanas atrás a aquellos que "asustan con el fantasma del desempleo" y apuntó una vez más contra presuntas conspiraciones.

Sin embargo, al mismo tiempo salió a anunciar un incremento de los planes sociales de "inclusión laboral" ya reforzar los subsidios Repro a las provincias, en un reconocimiento de la precariedad que amenaza a las cooperativas impulsadas por el Gobierno y del temor a que las suspensiones se conviertan en despidos en el sector privado.

El negocio del "miedo"En este contexto, los bancos olfatearon la sensación de incertidumbre y redoblaron sus campañas para ofrecer un seguro "ideal para los tiempos que corren", según reza el slogan del Columbia.

El perfil del cliente apunta a personas que están en relación de dependencia y que son susceptibles a endeudarse por problemas de empleo. Por ello, como requisito, las entidades exigen una antigüedad no menor a seis meses de manera ininterrumpida, una jornada laboral mínima de 30 horas semanales y, en algunos casos, no superar los 60 años de edad.

El valor del seguro es el de una cuota mensual que oscila entre el 1,5 y el 2% del saldo de la cuenta pendiente de pago. A cambio, el cliente puede llegar a recibir hasta $15.000, al momento de quedarse sin trabajo.

En el caso del Patagonia, por ejemplo, ofrecen cobertura para trabajadores del ámbito privado. El menú que brindan consiste en una prima variable atada al consumo con plásticos emitidos por dicha entidad o una cobertura de prima fija con beneficio de libre disponibilidad.

El Santander Río, en tanto, en su página web promociona este servicio destacando que "por un precio muy conveniente contás con un respaldo económico ante desempleo involuntario". 

Si el cliente se queda sin trabajo, la entidad permite cubrir los consumos del mes, saldos financieros y cuotas pendientes con un tope de $5.000 mensuales durante 3 meses (ver imagen). 

Por su parte, el BBVA Francés ofrece actualmente cobertura en caso que el titular de la tarjeta de crédito, de débito o de un préstamo personal "pierda sus ingresos ante situaciones inesperadas". 

El seguro, en concreto, cubre casos de despido sin causa justa, acción gremial o sindical,suspensión del empleado por motivos no imputables al mismo e incluso quiebra o cierre definitivo de la empresa en la cual trabaja (ver imagen). 

El beneficio que ofrece el BBVA Francés es el siguiente:

• Plásticosmonto equivalente a la sumatoria de los consumos del mes, saldos financiados y cuotas pendientes de pago hasta $10.000, en hasta 3 pagos de hasta $3.333 por mes.

 Préstamos Personales: se pagará mensualmente el valor de una cuota del préstamo hasta $1.700 y hasta 6 meses.

 Tarjetas de Débito: el banco entrega el monto equivalente al promedio de los consumos efectuados durante los últimos 3 meses (no considera las extracciones en efectivo). 

Pero las entidades financieras no son las únicas interesadas en asegurar a quienes temen perder su trabajo.

También participan del mercado las grandes cadenas de retail que cuentan con un sistema de financiación, como Fallabella, que salió a ofrecer el producto para los clientes de su tarjeta corporativa.

"Te protegemos de la deuda que puedas tener en la tarjeta CMR Fallabella si llegas a quedar sin empleo", señala la empresa en su sitio de Internet (ver imagen). 

Entre los requisitos figuran tener hasta 64 años y contar con una antigüedad laboral mínima de doce meses con uno o distintos empleadores. El plan cubre un máximo de $5.000 y la cuota mensual para acceder al beneficio es del 1,5% sobre el saldo del plástico. 

Cabe destacar que estos seguros de desempleo tuvieron éxito en los años 90 y después de la crisis del 2001, cuando los bancos notaron una mayor sensibilidad de la gente a contratar este tipo de productos financieros.

No obstante, en este último año se volvieron a poner de moda con el crecimiento del uso de las tarjetas como medio de pago, la variación de las condiciones económicas y la mayor preocupación respecto a su futuro laboral.

Consumo y empleo

Uno de los indicadores que los especialistas tienen en cuenta a la hora de analizar el temor a quedarse sin trabajo es la predisposición que muestran las personas a comprar bienes durables. Sucede que retraen su consumo cuando tienen miedo a perder su fuente laboral.

De acuerdo con la última encuesta de la UCA sobre expectativas económicas, un 47% de los encuestados respondió que es un "mal momento" para adquirir electrodomésticos, artículos tecnológicos y automóviles.

El porcentaje es uno de los más bajos desde abril de 2010 y contrasta con la actitud que al menos hasta el mundial mantenía el público. Si antes adelantaban el consumo de LCD y computadoras para protegerse de la inflación, con el incentivo de las cuotas, ahora la gente prefiere evitarlo.

La comparación entre el temor al desempleo y la predisposición al consumo muestra una relación inversa: los momentos de "boom" de compras como el año 2011 coincidieron con el mínimo histórico de la incertidumbre laboral. Y, por el contrario, los momentos de retracción fueron acompañados con un agravamiento del mercado de trabajo.

Para los analistas, la causa hay que buscarla en el deterioro del salario real, la caída de la actividad y, por lo tanto, la expectativa de menor empleo.

En este sentido, Abeceb señaló que el 30% de las personas no está segura de mantener su puesto laboral en el próximo año y el 65% tiene poca confianza en que en los próximos 12 meses le alcanzará el dinero para los gastos del hogar.

Los datos surgen de un informe de la consultora que analiza las cifras sobre el empleo difundidas por el INDEC y los relaciona con los movimientos de la economía. El estudio advierte que la recesión está impactando fuerte en el empleo y que la masa de salarios que se paga está cayendo.

Clima espesoConsciente de la situación económica, el Gobierno afinó el discurso en las últimos meses y salió a estimular a la gente para que no se guarde la plata y la vuelque al consumo, que es uno de los principales "pilares" del modelo, como siempre lo recuerda la Presidenta.

Con ese propósito, Cristina Kirchner anunció "Ahora 12", un plan que financia la compra de bienes en doce cuotas sin interés y sólo hasta fin de 2014.

Este mes lanzó además la segunda fase de Procreauto, el plan de créditos financiados a tasas más bajas con las que se busca impulsar la venta de 0KM, luego de que el Ejecutivo acusara a las terminales de "encanutarse" los autos.

Las medidas apuntan a evitar el círculo vicioso de la recesión por el cual el desempleo y la caída de salarios provoca una caída en el gasto familiar y este a su vez retroalimenta la disminución de la actividad.

Desde la óptica oficial el problema es otro. El secretario de Comercio, Augusto Costa, aseguró que "no hubo pérdida de poder adquisitivo", pese a la creciente inflación y la fuerte devaluación de enero.

Sin embargo, los sindicatos adelantaron sutilmente el calendario de las paritarias al reactivar en las últimas semanas una batería de reclamos que incluyen bonos de fin de año, un alivio en Ganancias, la reapertura de paritarias y medidas para evitar los despidos.

Los pedidos evidencian el impacto de la inflación sobre los salarios y el deterioro del mercado laboral. La preocupación se ha extendido a tal punto entre los dirigentes gremiales que hasta los referentes aliados a la Rosada hoy levantan la voz y lanzan protestas "light" para canalizar el malestar de sus afiliados.

Es en este contexto de mayor conflictividad e incertidumbre que los bancos volvieron a ver como un gran "negocio" ofrecer seguros de desempleo. 

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