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Un ojo en buitres, otro en Brasil: así­ vive el Gobierno la previa de una elección clave para la Argentina

Cada candidato tiene su "librito" para el tipo de cambio, política externa, comercio con la región y la industria albiceleste. ¿Qué propone cada uno?
24/10/2014 - 10:06hs
Un ojo en buitres, otro en Brasil: así­ vive el Gobierno la previa de una elección clave para la Argentina

Las encuestas variaron sustancialmente en los últimos días. Y, de estar en un segundo lugar, la candidata Dilma Rousseff volvió a liderar los sondeos de opinión en esta carrera que podría asegurarle otros cuatro años en el poder. 

Con un 49% de la intensión de voto, la líder del Partido de los Trabajadores le saca siete puntos a su rival Aécio Neves, en medio de una reñida contienda que llegó a alcanzar niveles de virulencia pocas veces vistos en las últimas contiendas electorales en el país vecino.

Lo ajustada que está la pulseada para esta segunda vuelta, que tendrá lugar el domingo, llevó a que el propio Lula da Silva se metiera en la pelea comparando a Neves, líder del Partido de la Social Democracia (PSDB), con el nazismo de la Segunda Guerra Mundial. 

"Es la primera vez desde al año 1989 que no se ve una elección presidencial tan polarizada", señaló desde San Pablo el analista internacional Gustavo Segré, quien aseguró que "tras el error evidente de las consultoras en la primera vuelta, las encuestas a esta altura no sirven de nada. El resultado del domingo se va a definir voto a voto".

El experto hizo foco en un tema crucial: "Entre los indecisos y los que dijeron que votarían en blanco, hay cerca de 14 millones de personas, un 10% del electorado. Esto hace que los puntos de diferencia de las encuestas pasen a un segundo plano. Todavía, una importante fracción de los ciudadanos no eligió candidato".

Brasil elige: continuidad o cambio

Bajo la óptica de Segré, "con los comicios del domingo, que por ahora tienen final abierto, se está poniendo en juego mucho más que los próximos cuatro años de gobierno. También se definirá el futuro político y económico de Brasil de las próximas décadas y su impacto en la región".

Bajo su óptica, una eventual reelección de Rousseff dejará la puerta abierta a que el PT pueda "prácticamente perpetuarse en el tiempo".

"Con mayoría en el Congreso y la posibilidad del retorno de Lula en las elecciones del 2018, el Partido de los Trabajadores aspirará a sostener el poder durante más de 20 años, contando desde el 2002", acotó Segré.

Como contapartida, consideró que "la opción de Aécio es vista por el mercado como una oportunidad de cambio y como una forma necesaria de oxigenar la política y la economía".

En tanto, bajo la mirada de Dante Sica, director de la consultora Abeceb, el hecho de que el oficialismo tema perder el poder y que los comicios estén tan polarizados, conforman un mensaje hacia toda la región, justamente en momentos en que Uruguay también define nuevo jefe de Estado y que la Argentina se encamina, en los próximos meses, a una nueva carrera presidencial.

Para Sica, "las elecciones en Brasil evidencian una insatisfacción con la política económica. Son señales de un electorado que muestra una voluntad de cambio. Y esto es un llamado de atención tanto para la Argentina como para Uruguay".

Por su parte, el director de Isonomía Consultores, Juan Germano, coincidió en que no hay que encapsular el ballotage a una cuestión que sólo atañe a los brasileños: "En Uruguay y la Argentina muy probablemente también haya segunda vuelta como en Brasil. Esto demuestra que el bolsillo y la economía terminan siendo determinantes en los comicios".

Dos candidatos, dos paísesLo que se define el domingo es el modelo de país que regirá en los próximos años. Y los dos candidatos, si bien muestran puntos de coincidencia en algunas áreas, como las políticas sociales, en el resto son muy opuestos, una dicotomía que no pasará inadvertida para la Argentina. 

Por el contrario y tal como se puede observar a continuación, las plataformas de gobierno de ambos contendientes muestran marcadas diferencias en temas muy sensibles como tipo de cambio, política externa o manejo de la inflación.

En lo que se refiere a la política externa, para Segré "Dilma es la mejor opción para la Argentina porque es una aliada histórica, especialmente en lo que hace a su plan de relacionamiento exterior, que no plantea grandes cambios".

Como contrapartida, consideró que "el triunfo de Neves no sería positivo para nuestro país ya que propone redefinir las relaciones con socios comerciales y se refiere al Mercosur como un bloque paralizado y sin estrategia".

En un pasaje de su plataforma de gobierno, de hecho, el candidato opositor critica que desde hace 12 años las negociaciones internacionales se definen casi exclusivamente por cuestiones ideológicas. Y asegura que, en caso de llegar a la presidencia, privilegiará tejer nuevas alianzas con países ricos (como los de la Unión Europea o Estados Unidos), al tiempo que no le otorga peso estratégico a la Argentina.

Para Segré, cualquier negociación que encare Brasil por fuera del bloque, implicará que, en algunos rubros, los industriales argentinos tengan que competir en igualdad de condiciones con empresas de otros países, lo que podría redundar en una pérdida de market share. 

Con un ojo en el real

El otro punto clave está dado por el futuro de la política cambiaria y el rol del gobierno a la hora de administrar el real.

El mercado ve con buenos ojos a Aécio Neves porque el candidato defendió abiertamente un tipo de cambio fluctuante y criticó el actual sistema de flotación sucia, con un Banco Central que interviene constantemente para evitar sobresaltos de la moneda respecto del dólar.

Si bien el líder del PSDB no confirmó que avanzará con una devaluación, destacó en varias oportunidades que una eventual desvalorización del real sería positiva para mejorar la competitividad de los exportadores, al tiempo que minimizó el efecto que este movimiento de la moneda pudiera tener en las metas de la inflación.

Segré destacó que "un eventual arribo de Aécio, que responde a un estilo más neoliberal, implicará terminar con el sistema de administración del tipo de cambio que hasta ahora lleva adelante el Banco Central de Brasil. Por eso, con Neves en el poder, si el mercado determina que el dólar suba, entonces subirá".

El temor sobre el futuro de la política cambiaria está instalado entre los industriales argentinos, dado que, pese a la intervención de la entidad monetaria brasileña y a que Rousseff asocia devaluación con inflación, la moneda del país vecino acaba de tocar su nivel más bajo de los últimos nueve años.

Con una relación de 2,5 reales por dólar, Brasil acumula un debilitamiento de su moneda del 13% desde el mes de abril, con una inflación que, se pronostica, será del 6,5% para todo el año. 

Esto, sin dudas, le mete más presión al BCRA, dado que la aceleración de la suba de precios en el mercado doméstico ya se consumió todo el colchón de competitividad ganado tras el salto del tipo de cambio de enero último.

El hecho de que el real brasileño hoy este tocando su valor más bajo desde 2005 y que el ballotage lo dispute un candidato que aspira a mejorar todavía más la competitividad de la poderosa industria de San Pablo, agravaría las tensiones en el mercado local, especialmente en momentos en que el titular del BCRA, Alejandro Vanoli, acaba de descartar una devaluación por su potencial impacto en los precios.

Para los expertos, un real por encima de las 3 unidades por dólar, traerá graves problemas a los exportadores argentinos, que deben lidiar con una inflación del 40% anual y un tipo de cambio oficial que no acompaña. 

No es menor el hecho de que Brasil actualmente adquiere casi el 90% de los autos exportados por la Argentina, el 62% de los derivados de caucho, el 60% de los productos plásticos, el 58% de los textiles nacionales y el 40% de los calzados que salen al mundo. 

Piloto automático vs. correcciones Bajo la óptica de Marcelo Elizondo, un eventual desembarco de Neves podría traducirse en una menor competitividad de los productos argentinos en el mercado brasileño debido a una reformulación del Mercosur, a lo que se sumaría el fin de la "paciencia estratégica", clave en momentos en que la administración kirchnerista se está viendo obligada a ponerle un fuerte freno a las importaciones por la escasez de divisas. 

Sin embargo, sostuvo que "el mejor candidato para la Argentina es aquél que ponga en marcha nuevamente a la economía de Brasil. Y no estoy seguro de que Dilma sea la mejor opción". 

Así, consideró que -con Aécio- el terreno que se pierda por un lado, podría verse compensado por una más rápida recuperación de la nación vecina, lo que generaría un importante efecto derrame entre las empresas albicelestes. 

Para la analista Belén Olaiz, "es probable que los cambios de política económica se aceleren en caso de ser electo el candidato opositor Aecio Neves", algo que consideró fundamental, dado que, sin un golpe de timón, "lo más probable es que el año próximo Argentina se enfrente, al igual que en 2014, a una demanda poco dinámica desde Brasil, cuya economía se expandiría apenas 1%".

La experta advirtió que la performance de su economía desde hace varios años resulta decepcionante. Esto se ha agudizado en 2014, dado que cerrará con una expansión de apenas 0,2% del PBI y una contracción de la actividad industrial del 2%".

Paralelamente, Olaiz destacó "la baja tasa de inversión que presenta el país vecino, en torno al 18%", entre las más pobres de América latina y muy por detrás de otras naciones del grupo BRICS, "lo que ha erosionado progresivamente su competitividad" (ver cuadro). 

La analista agregó que "a la falta de inversiones se suma una infraestructura deficiente, con importantes atrasos en caminos, puertos, aeropuertos y transporte urbano".

Segré coincidió al apuntar que "los desembolsos están en niveles bajísimos, la economía no levanta, el déficit se encuentra en un escalón elevado y el Estado creció enormemente, a punto tal que ya se crearon 39 ministerios, convirtiendo a Brasil en uno de los países con mayor estructura burocrática. Realmente, no fueron buenos estos dos últimos años de gestión del PT". 

"Por todas estas variables, el mercado definitivamente no ve con buenos ojos a Dilma, porque considera que su permanencia en el poder garantizará la continuidad de estas políticas", apuntó Segré.

De hecho, desde el influyente diario económico Valor, advirtieron que "el programa de Rousseff para los próximos cuatro años es hacer más de lo mismo en la economía". 

Desde lo político, para Segré, son buenas noticias para el kirchnerismo, dado que desde que el PT está en el poder, siempre respetó el acuerdo tácito de "no agresión" cuando un país vecino inicia un período de elecciones. Un gesto nada desdeñable, especialmente en momentos en que hay buitres "revoloteando" cerca de la Argentina. 

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