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Ganó Dilma: punto por punto, impacto en Argentina sobre el dólar, autos, industria, importaciones y empleo

Brasil es el mayor comprador de productos nacionales y cualquier cambio en su política comercial y cambiaria pone en juego mucho dinero a nivel local
27/10/2014 - 10:05hs
Ganó Dilma: punto por punto, impacto en Argentina sobre el dólar, autos, industria, importaciones y empleo

Tras el bochornoso papel que jugaron las consultoras especializadas en sondeos de opinión, que no lograron anticipar el posicionamiento de Aécio Neves y su participación en el ballotage, esta vez las encuestas sí se vieron plasmadas en la realidad

Tal como venían anticipando los números previos, la candidata oficial Dilma Rousseff se terminó imponiendo, al superar al líder del Partido de la Social Democracia (PSDB) por el 51,6% de los votos contra el 48,3% de su contricante.

De este modo, la "heredera" de Lula logró la victoria en un escenario que se presentaba bastante adverso. Primero, porque su otra rival, la ecologista Marina Silva, tras quedar fuera de carrera en la primera vuelta, hizo un llamado a sus seguidores a votar por Aécio.

Luego, Dilma debió hacer frente a una fuerte denuncia de corrupción en la estatal Petrobras, un escándalo nacional que mereció la primera plana en el semanario de mayor circulación de Brasil, que la acusó de ser partícipe de negocios ilegales.

Pese a esto, el festejo se lo llevó la candidata del Partido de los Trabajadores, que también era la candidata de Cristina Kirchner.

No sólo por la afinidad política que las une, sino también porque su permanencia en el poder le garantizará al kirchnerismo, en esta etapa final de gestión, un 2015 sin grandes sobresaltos en materia de agenda internacional.

Es sabido que, desde que el PT llegó al poder en el año 2002, cada vez que en la Argentina se inició un proceso electoral, el país vecino respetó a rajatabla el pacto tácito de "no agresión".

Estas, sin dudas, son buenas noticias para el Ejecutivo nacional así como para los industriales argentinos, dado que la permanencia de Dilma en el poder significará negociaciones menos traumáticas y beligerantes en temas clave como la renegociación del acuerdo automotriz, trabas a las importaciones, o el debate sobre el futuro del Mercosur.

La mejor opción

Para el analista internacional Gustavo Segré, estas elecciones -que bajo su óptica "no sólo pusieron en juego cuatro años de gobierno, sino también definieron el futuro político y económico de Brasil de las próximas décadas"- "claramente favorecieron a la gestión de Cristina Kirchner".

"Dilma era la mejor opción para la Argentina porque es una aliada histórica, especialmente en lo que hace a su plan de relacionamiento exterior, el cual no plantea grandes cambios", sostuvo.

En tanto, para Marcelo Elizondo, ex director de la Fundación ExportAr, "lo que representa Dilma con su estilo de hacer política resulta mucho más confortable y funcional para la administración kirchnerista". 

"Primero porque se espera que se mantenga el clima de tolerancia. Segundo porque, de haber cambios, especialmente en lo que hace a la política externa, éstos no serán tan profundos y rápidos como sí hubiese sucedido con Aécio", comentó. 

En una línea similar, Dante Sica, director de la consultora Abeceb, destacó que con la reelección de Dilma, Brasil deberá iniciar una corrección de la política económica, país que debe lidiar con una creciente inflación, caída de la actividad industrial, baja tasa de inversión y alto déficit fiscal.

Sin embargo, destacó que "seguramente, estos cambios resulten lentos y no tan profundos".

Acto seguido, explicó que si bien ante el reclamo creciente de los industriales brasileños por las trabas a las importaciones, "es posible que se advierta un mayor endurecimiento de las relaciones bilaterales con Argentina", consideró que "no se espera un cambio drástico en este sentido".

Así, el sostenimiento de la "paciencia estratégica" es un aspecto fundamental para el kircherismo, que sabe que ningún otro candidato era mejor que Dilma a la hora de tolerar, sin chistar, las crecientes restricciones aduaneras.

Segré recordó que, un año atrás, en pleno debate por las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación, los funcionarios del Palacio de Hacienda de Brasil realizaron intensas gestiones para destrabar el flujo de comercio que afectaba a miles de empresas verdeamarelas.

Sin embargo, conforme fue quedando en evidencia la grave crisis por la escasez de dólares que comprometió al Gobierno de Cristina, automáticamente cesaron los reclamos y los discursos críticos por parte de los funcionarios del gabinete de Rousseff. 

De hecho, en los últimos meses, dos automotrices como Renault y General Motors debieron frenar las importaciones de vehículos fabricados en Brasil debido a la negativa del BCRA de venderles dólares para el pago de estas operaciones.

Y pese a que el automotor es un sector altamente sensible, ningún funcionario del país vecino atinó siquiera a levantar un teléfono para hacer llegar sus quejas al Gobierno de Cristina.

Tampoco hubo reclamos a pesar de que en septiembre pasado las importaciones de productos brasileños se desplomaron casi 40% y ya se encuentran en el nivel más bajo desde el año 2009 (ver cuadro).

Esta "paciencia estratégica" que le estaría asegurando la continuidad de Dilma es una suerte de cheque en blanco para el kirchnerismo, que enfrenta un 2015 difícil en materia de disponibilidad de divisas, de la mano de vencimientos de deuda por cerca de u$s11.000 millones, un precio de la soja deprimido y reservas que, según un relevamiento de Latin Focus, podrían perforar el piso de los u$s20.000 millones.

En diálogo con iProfesional, Miguel Ponce, gerente de la Cámara de Importadores, destacó que "con Aécio en el poder, las cosas hubiesen pasado a ser muy distintas para la Argentina. Porque era un candidato menos tolerante, que estaba totalmente identificado con los sectores empresarios más duros y que, no casualmente, son los más perjudicados por las trabas aduaneras".

Acuerdo automotor, claveLa permanencia de Dilma en el poder también es alentadora para los industriales argentinos, dado que en pocos meses deberá encararse la negociación tendiente a firmar un nuevo acuerdo automotriz, el cual debería comenzar a regir desde el 1° de julio de 2015 y se extenderá hasta el año 2020. 

Cabe recordar que en junio, ambas partes decidieron prorrogar el pacto actual, fijando un flex o cupo de 1,5. Esto implica que, por cada divisa que se exporte al mercado brasileño, el país vecino podrá colocar no más de un dólar y medio en la Argentina.

El punto clave es que la poderosa Anfavea, la entidad que reúne a los fabricantes de autos de Brasil, exigía una liberación total del comercio, algo que, según analistas, hubiese puesto en peligro inversiones y puestos de trabajo en la industria local.

Sin embargo, el gobierno de Rousseff cedió en las negociaciones y aceptó mantener el sistema de cupos por un año más, hasta que se encare una nueva negociación.

En cambio, de haber llegado Neves al poder, el panorama para la negociación bilateral del acuerdo automotor se hubiese modificado drásticamente.

Sucede que el candidato del PSDB se había declarado abiertamente en contra de las regulaciones al comercio y en su plataforma de gobierno hizo especial hincapié en la necesidad de que la industria brasileña se abriera al mundo y forme cadenas de valor a nivel global.

Con los ojos en el tipo de cambio

Apremiada por la creciente inflación, que este año va camino a tocar el 6,5% -el punto más elevado de la meta que se había trazado su gobierno-, Rousseff ya anunció que mantendrá la misma política en el manejo del tipo de cambio.

Cabe destacar que el Banco Central de Brasil apela al sistema de "flotación administrada", es decir que suele intervenir comprando o vendiendo divisas para evitar grandes fluctuaciones del dólar.

En diálogo con iProfesional, Luciano Cohan, economista de la consultora Elypsis, destacó que "durante buena parte de su gestión, Rousseff avaló una fuerte apreciación del real, que le fue muy beneficiosa a la Argentina, dado que le dio más oxígeno a las empresas nacionales, apremiadas por la suba de costos".

Sin embargo, destacó que, en los últimos meses, debido a un escenario global de mayor fortalecimiento del dólar, "el real se fue devaluando, como también sucedió con el resto de las monedas de las economías emergentes".

Así, con una relación de 2,5 reales por dólar, Brasil acumula un debilitamiento de su moneda del 13% desde el mes de abril, tocando su valor más bajo desde el año 2005 (ver gráfico).

Para Cohan, "estas son malas noticias para la Argentina, que está acostumbrada a utilizar al dólar como ancla de la inflación".

Según el economista, "la devaluación de comienzos de año ya se consumió completamente. No sólo eso, la suba de precios llevó a que la competitividad cambiaria hoy sea un 4% peor que la de enero, antes del salto de la moneda, y se ubique en los niveles de diciembre pasado" (ver cuadro).

En este contexto, un ascenso de Aécio, hubiese implicado incluso mayores riesgos para la industria local, dado que el candidato que perdió en la segunda vuelta defendía un tipo de cambio más fluctuante, especialmente si eso representaba una desvalorización del real que ayudara a los exportadores brasileños.

Lo que sucede con el real no le es indiferente al dólar en la Argentina. Cuanto más debilite su moneda el país vecino, mayor presión tendrá el BCRA para acompañar esa devaluación de modo tal que los productos albicelestes no pierdan competitividad cambiaria. 

En este sentido, la victoria de Dilma traer algo de respiro a estas tierras porque se muestra menos partidaria a depreciar su signo monetario, como sí lo propiciaba Neves. 

"Si nos guiamos por el perfil de ambos candidatos, Aécio estaba mucho más emparentado con Fernando Henrique Cardoso. Es decir, respondía a un perfil mucho más ortodoxo que apuntaba a defender los intereses de los industriales brasileños", sostuvo Ponce.

Para los expertos, un real por encima de las 3 unidades por dólar se traduciría en mayores problemas para los exportadores argentinos, que deben lidiar con una inflación del 40% anual y un tipo de cambio oficial que no acompaña.

Si bien la permanencia de Rousseff no es garantía de que no sobrevenga una devaluación, sí le genera menos temor a los empresarios locales que, vale mencionar, actualmente colocan en Brasil casi el 90% de los autos exportados desde la Argentina, el 62% de los derivados de caucho, el 60% de los productos plásticos, el 58% de los textiles nacionales y el 40% de los calzados que salen al mundo (ver cuadro). 

El futuro del bloque

Para Elizondo, "con el triunfo de Dilma, el Mercosur como se lo conoce hoy en día, corre menos riesgos".

"El bloque está detenido, empantanado, recibe cada vez menos inversión externa y el comercio entre los socios no para de caer. Es necesaria una reformulaciónRousseff seguramente planteará cambios pero manteniendo la estructura", explicó.

En cambio, si Aécio hubiese resultado victorioso, Ponce no dudó en afirmar que "se hubiesen venido tiempos difíciles para la Argentina, dado que el candidato del PSDB había dejado en claro que iba a impulsar acuerdos de libre comercio por fuera del bloque".

"Neves apuntaba a flexibilizarlo. Y, para ello, iba a plantear una modificación de la estructura jurídica del Mercosur, poniendo en riesgo la unión aduanera que hoy, gracias a las preferencias arancelarias, es la que oculta la ineficiencia y la improductividad de la industria Argentina", acotó Elizondo.

De este modo, no dudó en afirmar que "con Aécio como presidente, hubiésemos tenido que enfrentar más rápido nuestros problemas derivados de la falta de competitividad, porque en poco tiempo seguro íbamos a estar peleando por un lugar en el mercado brasileño en igualdad de condiciones frente a otros países".

Pese a esto, desde Abeceb, Sica destacó que ninguno de los dos candidatos estaba en condiciones de ayudar a la Argentina en el punto más importante: hacer despegar en 2015 a la economía brasileña y, junto con ella, a las exportaciones de productos albicelestes, que se encuentran en el peor nivel desde 2010.