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¿Cuáles son los desafí­os que plantea la tecnologí­a a la banca?

Debe existir un criterio que asegure que las múltiples iniciativas tecnológicas apun­ten en la misma dirección y contri­buyan con los objetivos de negocio
30/10/2014 - 17:30hs
¿Cuáles son los desafí­os que plantea la tecnologí­a a la banca?

Las entidades financieras deben responder a cambiantes requerimientos y a la vez aprovechar las nuevas oportunidades que brinda el mercado.

Esto demanda un esfuerzo constante para la generación de nuevos servicios y la adaptación de los existentes, procurando, a su vez, no descuidar el cumplimiento de un conjunto importante de regulaciones y normativas vigentes.

La profundización en la explotación de los canales electrónicos, como ser el caso de las aplicaciones móviles en un contexto donde existen más celulares que personas en el mundo y por otro lado la explotación de la información disponible, considerando que se generó más información en los últimos cinco años que en toda la historia, son algunos desafíos a encarar.

En este contexto, la tecnología más que una ayuda pasa a ser un activo crítico, y por ende, la solidez, la flexibilidad, la adecuada gestión de riesgos y la capacidad de la entidad para maximizar el retorno de dicho activo representa una ventaja competitiva que incide considerablemente en los beneficios del negocio.

La importancia de la tecnología para esta industria queda demostrada en el último estudio de la Cámara de Empresas del Software y Servicios Infor­máticos (CESSI), que reveló que los servicios financieros (bancos, aseguradoras, servicios de pago electrónico, etc.) representan al principal cliente del sector, alcanzando casi un cuarto de lo facturado por las empresas SSI (24,70%).

Uno de los principales desafíos que presenta este entorno de negocio –en el cual ocu­rren cambios en los hábitos y nece­sidades de los clientes, innovaciones tecnológicas y cambios normativos al mismo tiempo y constantemente– es el de contar con una clara estrategia de negocio alineada con la estrategia de TI.

Este último aspecto es de vital importancia, ya que debe existir un criterio rector que asegure que las múltiples iniciativas de TI en curso apun­ten en la misma dirección y contri­buyan con los objetivos de negocio establecidos.

Un aspecto importante a la hora de tomar decisiones de inversión en TI, en un contexto en el cual las inicia­tivas candidatas suelen superar con creces los presupuestos disponibles, es contar con mecanismos formales y adecuados para gestionar la demanda; estos mecanismos deberían conside­rar el uso de criterios consensuados y uniformes para medir el grado de aporte de cada iniciativa para el nego­cio, tanto en valor como en riesgo, y la ejecución de procesos normalizados para la obtención de los portfolios de inversión más atractivos para el ne­gocio en su conjunto.

Hoy dispone­mos de metodologías y herramientas que dan soporte a estos procesos a los efectos de realizar una adecuada presupuestación anual; sin embargo, la tarea pendiente es evolucionar estos modelos para que alcancen la agilidad y la facilidad de operación suficientes para dar soporte a la operación coti­diana, donde los cambios de contexto constantes obligan a abordar iniciati­vas que no han sido planificadas y compiten con las demás iniciativas en curso.

Por último, un entorno de constante cambio requiere un adecuado am­biente de control para gestionar no solo los riesgos propios de la operación cotidiana, sino también los riesgos inherentes a la constante ejecución de procesos de cambio sobre dicha operación.

En esta línea, modelos como Cobit (ampliamente utilizado en la industria) presentan una evolu­ción constante que vale la pena tener en consideración para evitar que los modelos implementados queden obsoletos a la hora de dar respuesta a los nuevos desafíos.

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