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¿Al final tení­a razón?: Gobierno festeja la caí­da del blue tras aplicar la "polí­tica del miedo"

El desplome del tipo de cambio paralelo a $12,65, en medio de una andanada de sanciones y clausuras a firmas financieras que sostienen la baja
11/11/2014 - 10:12hs
¿Al final tení­a razón?: Gobierno festeja la caí­da del blue tras aplicar la "polí­tica del miedo"

Es improbable que haya, a estas horas, argentinos más contentos que Alejandro Vanoli y Axel Kicillof.

El presidente del Banco Central logró una contundente victoria en la cruzada oficial contra el dólar blue y se hizo acreedor con creces de las felicitaciones de Cristina Kirchner.

Con los $12,65 que registró su cierre de este lunes, la cotización ha retrocedido a su registro más bajo desde julio pasado.

De esta manera, la brecha cambiaria entre el oficial y el paralelo se redujo a 48%, todo un logro si se considera que hasta hace pocas semanas era de casi 100%, lo cual generaba una gran expectativa devaluatoria y ponía una presión adicional a la inflación.

Pero, sobre todo, lo que el Gobierno está obteniendo en estos días, gracias a la mano dura de Vanoli, es una victoria "filosófica" que excede al mero hecho de que el blue haya perdido tres pesos en pocas semanas.

Lo que está ocurriendo es toda una reivindicación para aquellos que creen que el dólar blue es, ante todo, un tema político y que su cotización no es manejada por el mercado sino por unos pocos jugadores de la city.

Es, en definitiva, la victoria de la "política del miedo" para domesticar las variables financieras.

El retroceso del tipo de cambio paralelo, en coincidencia con la ola de sanciones, multas y amenazas, viene a convalidar retroactivamente los infructuosos esfuerzos que en su momento había realizado Guillermo Moreno por controlar al mercado mediante el "apriete" a algunos pocos operadores.

La satisfacción de los funcionarios ante estas victorias resulta evidente.

El propio Vanoli se mofó de aquellos que siempre ven todo bajo el prisma de la ley de oferta y demanda, porque habían pronosticado que la mano dura tendría un efecto inverso al buscado."Llama la atención la contradicción que existe en el discurso de algunos voceros de la city. Antes decían que los controles hacían subir el dólar ilegal. Ahora dicen que baja por los controles. Parece que algunos cumplen las normas sólo si les gustan", ironizó el titular del Central.

También el ministro Axel Kicillof, en una reciente entrevista, dejó en claro su percepción del mercado al comparar la cotización del blue con los casos de manipulación de la tasa Libor por parte de operadores financieros londinenses.

Pero nadie sintetizó mejor la sensación reinante como el inefable Luis D'Elía, quien escribió en Twitter: "Hundimos el dólar blue. Controlamos la inflación. Volvió el consumo popular. Entran muchos dólares. Victoria popular en 2015. Viva CFK".La receta de la represión

Para Cristina, controlar al tipo de cambio paralelo se constituyó en un objetivo político central.

La Presidenta está convencida de que, mediante la manipulación de su cotización, un grupo de bancos y grandes empresas generan un clima de inquietud social.Vanoli entendió el mensaje. Cuando en un discurso presidencial se menciona al billete informal como un factor central de una conspiración para desestabilizar al Gobierno, se entiende que el funcionario a cargo del área financiera despliegue una artillería pesada con tal de que la cotización baje a como dé lugar.

Claro que a veces ese esmero puede implicar jugar al filo del reglamento.

"Hay pinchaduras de teléfonos a entidades que operan con dólares para controlar su operatoria", sostiene Aldo Pignanelli, ex titular del Banco Central.

Como la mayoría de sus colegas, se muestra crítico con la estrategia represiva que el Gobierno lleva adelante en la city.

El ex funcionario ejemplificó que en Rosario hubo un allanamiento, en base a escuchas, a una sociedad de bolsa que tenía dólares en su poder, pertenecientes a clientes que habían realizado operatorias de contado con liquidación.

"Este mecanismo es totalmente legal, pero la firma fue acusada por las autoridades de vender divisas sin ningún fundamento", protestó Pignanelli.

Lo cierto es que, por más que sea legal, para el Gobierno el "conta con liqui" se ha tornado un enemigo público y, por lo tanto, puede ser objeto de persecución.

Una fuente del mercado señaló a iProfesional que el Gobierno puso el ojo en las empresas y operadores mayoristas que realizan esta triangulación de bonos, ya que les establecieron límites a las compras.

"Ahora pueden operar de a cuentagotas, y sólo les permiten transacciones esporádicas por menos de u$s100.000", dijo.

Para abastecer al mercado, obligaron a las aseguradoras y a los bancos a vender títulos en dólares contra pesos en el circuito mayorista, "por lo que apareció la oferta".

Por el lado de los compradores minoristas, "pueden operar sin problemas, ya que estas transacciones son legales y se debe justificar el dinero utilizado".

En el mercado blue, establecieron operativos para infundir miedo en las cuevas, por lo que varios cerraron las puertas y no le compran ni venden a nadie desconocido. "Todo es temporal, y las cuevas buscarán una nueva forma de volver a vender", apunta el cambista de la city.Bajando el dólar a los golpes... de impacto

Lo que resulta evidente en la estrategia de Vanoli es la búsqueda del impacto mediático.

Desde la presencia masiva de gendarmes en las calles del microcentro hasta el anuncio rimbombante de sanciones a firmas tradicionales del mercado, todo parece destinado a convertirse en un titular noticioso.

Y, por consiguiente, a infundir la sensación de que cualquiera puede ser, literalmente, el próximo en la lista.

Hasta los analistas más escépticos respecto de las medidas oficiales han tenido que aceptar que la caída del dólar paralelo, sobre la base de una estrategia represiva, fue algo que superó sus expectativas."Ya se multó a un banco, fueron cerradas dos casas de cambio y hay expedientes abiertos de otras financieras, agencias y entidades. El dólar blue no tiene en estos días fácil acceso porque los actores de mercado han tomado distancia de esta operatoria", describe el consultor Salvador Di Stefano.

En tanto, el economista Federico Muñoz apunta que "Kicillof se anotó una valiosa victoria táctica con el derrumbe de la cotización de casi 3 pesos desde su máximo".

La gran pregunta, como siempre, es si esta baja puede ser considerada realmente como un éxito de la "política del miedo".

Ligado a este interrogante, si esta "pax cambiaria" tiene chances de prolongarse en el tiempo.

Lo cierto es que, para la mayoría de los analistas, las respuestas son negativas en ambos casos.

Es decir, ni las sanciones y controles explican en su totalidad la caída del blue, ni hay garantías de que la calma de estos días pueda extenderse durante mucho tiempo.

El primer argumento de los economistas es que es el propio público el que viene contribuyendo a bajarlo, al comprar el dólar "ahorro" al precio oficial e inmediatamente revenderlo en el circuito paralelo para hacer una ganancia con la brecha entre ambas cotizaciones.

Es el fenómeno de la "especulación hormiga", cuya incidencia no es menor: en la primera semana de noviembre ya se compraron -y revendieron- u$s229 millones.

Según Pignaneli, "el 90% de los billetes que se adquieren con autorización oficial luego son revendidos".

Pero esta situación tiene su propio límite: en la medida en que esa reventa presiona a la baja la cotización, la ganancia se achica (porque la brecha con el tipo de cambio oficial es menor).

En definitiva, esa ayuda de los ahorristas tampoco puede durar mucho tiempo.

Hay otros factores "extra terror Vanoli" que han incidido en el descenso: básicamente, una serie de medidas quehan disminuido, en forma temporaria, la cantidad de pesos circulantes e incrementado las reservas del Banco Central.

Entre los principales, figura: 

1. El acuerdo con los exportadores agrícolas para una mayor liquidación de divisas.

2. La activación del swap de monedas con China.

3. La emisión de bonos en pesos con cotización ligada al dólar oficial.

"Si el Gobierno decide endeudarse en vez de emitir para financiar su déficit, esa menor emisión de por sí valoriza la moneda", argumenta Lucas Llach, docente de la universidad Di Tella.

Además, sostiene que hay un cambio de expectativas. Afirma que en la medida en que el Gobierno elija endeudamiento en lugar de "empapelamiento", se podrá esperar, a futuro, un dólar más bajo producto de esa menor emisión.

Claro que este cambio trae aparejados riesgos de cara al futuro.

"Gran parte de la baja del blue tiene que ver con una preocupante política en la que entró ahora la administración kirchnerista de regalar dólares a $8,50, a partir de la emisión de bonos atados a la suba del tipo de cambio", afirma el economista Carlos Melconian.

"Esto es algo muy inquietante, porque el ´balurdo´ lo heredará el próximo Gobierno, ya que estos títulos deberán pagarse en dos años. La medicina de regalar dólares a $8,50 es una anormalidad que recaerá en la próxima administración", completa.

Fantasmas de corta duración

En cualquier caso, los pronósticos a mediano plazo respecto de lo que ocurrirá en la cruzada contra el blue son de escepticismo. "No hay antecedentes en el mundo en los que por perseguir al mercado informal se haya conseguido bajar el precio. Al contrario, cae un tiempo y después rebota con fuerza a un valor alto", afirma Pedro Rabasa, director de la consultora Empiria.

calma es transitoria.

El analista sostiene que estas medidas deberían ser un puente para que el Gobierno vaya resolviendo los problemas de fondo que arrastra la economía, como la inflación, el elevado gasto público, el rojo fiscal y la falta de dólares por inversiones.

Agrega que como esto, por el momento, no está ocurriendo, los controles irán perdiendo efectividad con el paso del tiempo.

Y completa: "Esta calma no durará indefinidamente. Pasó con todos los controles que se hicieron, como por ejemplo cuando Moreno fue con los perros a controlar la city. Efectivamente el blue se calmó por un tiempo pero después su precio rebotó".

Federico Muñoz también cree que los motivos que hoy llevan al festejo oficialista no podrán estirarse demasiado: "Kicillof no debiera confiarse. Más allá de esta tregua, al Gobierno le queda mucho trabajo para evitar una crisis cambiaria en 2015".

En el listado de lo que falta resolver para evitar futuras complicaciones no hay ingredientes que resulten sorprendentes.

Más bien al contrario, la lista ya puede recitarse de memoria: el gasto que sigue creciendo a un ritmo mayor que los ingresos, la inflación que sigue sin ser atacada en sus problemas de fondo, la cuenta de dólares que continúa exhausta y el atraso cambiario que no se corrige.

De lo que no hay dudas es que aquellos ahorristas que tienen dólares no se desprenderán de ellos tan alegremente si la cotización sigue bajando, después de haberlo visto rondar los $16.

Hay cosas que ni el más aterrador disfraz de Halloween puede conseguir.

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