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Jugada de último minuto: el Gobierno abre negociación por salarios para frenar paro general en la Patagonia

El jefe de Gabinete convocó a una reunión el miércoles para desactivar un nuevo conflicto en el sur, dónde más de 50 gremios iban este viernes a la huelga
13/11/2014 - 22:00hs
Jugada de último minuto: el Gobierno abre negociación por salarios para frenar paro general en la Patagonia

Preocupado por el creciente clima de malestar social, el Gobierno puso en marcha un plan de contención destinado a frenar la ola de reclamos sindicales que en las últimas semanas cobró un nuevo impulso, con los bonos de fin de año y el Impuesto a las Ganancias como puntos centrales.

La oposición a rajatabla del Ejecutivo a modificar el gravamen y otorgar concesiones que impliquen un reconocimiento de la pérdida del poder adquisitivo del salario terminó por convertirse en un colador por el que los diferentes sectores empezaron a introducir sus demandas.

Por ello, en medio del paro de los bancarios, maestros y estatales, la Presidenta ordenó al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, evitar un nuevo foco de conflicto que amenazaba con estallar este viernes en los propios pagos de Cristina Kirchner, y le encomendó abrir una mesa de negociación.

Tal como lo adelantó el miércoles iProfesional, más de 50 gremios, encabezados por la Unión Obrera Metalúrgica, habían resuelto lanzar un paro general este viernes en Chubut, Río Negro y Santa Cruz, con piquetes en las principales rutas de Trelew y Puerto Madryn, en reclamo de un plus salarial, compensación por los descuentos de Ganancias y discutir la eliminación del gravamen.

Una huelga contundente en el sur impulsada por varios de los sindicatos que integran la CGT oficialista hubiera abierto un incómodo frente de protestas, justo cuando el Ejecutivo intenta desactivar el conflicto de los petroleros patagónicos, el de los estatales del Senasa y el de los aceiteros enfrentados a los recibidores de granos.

Sin margen para otro estallido, Capitanich acató rápidamente la directiva presidencial y convocó para el próximo miércoles a una reunión conjunta con el ministro de Trabajo Carlos Tomada y funcionarios de Economía, a la que invitaron al gobernador de Chubut, Martín Buzzi y el titular de la UOM, Antonio Caló, mientras que en representación de los gremios patagónicos asistirán el secretario general de la UOM Puerto Madryn, Marcelo Arrivillaga, y los titulares de las dos CGT de Chubut, Luis Núñez y Gustavo Fita.

En respuesta, los gremios patagónicos levantaron temporalmente la protesta. "Sigue el estado de alerta y movilización pero se suspende hasta la reunión", dijo a este medio el secretario administrativo de la seccional metalúrgica de Chubut, Eduardo Rojas.

Caló se reunió en los últimos días con los dirigentes patagónicos del gremio para informarles sobre el estado del proyecto que presentó el mes pasado en el Congreso para modificar Ganancias e interiorizarse de los problemas en la región. "Acá tienen que estar todos unidos", les dijo el líder metalúrgico, que en los últimos meses se mostró más crítico del kirchnerismo.

El gesto del sindicalista fue interpretado como un guiño a la medida de fuerza que luego convocaron las CGT de Chubut, Río Negro y Santa Cruz. "La única manera de forzar al gobierno a sentarse en una mesa de diálogo, es proponiendo una acción más contundente, declarando una medida más dura", sintetizó días atrás el titular de la UOM de Puerto Madryn, tras reunirse con medio centenar de gremios.

Lejos de despejar el panorama laboral para fin de año, la férrea defensa de un rubro que se ha tornado progresivamente importante en la recaudación fiscal desató una puja entre los gremios para que sus sueldos no queden rezagados y llevó a algunos de los principales sindicatos "amigos" del Ejecutivo a cuestionar la política salarial e impositiva del oficialismo.

Además de los metalúrgicos, también se habían anotado para sumarse a la huelga los choferes de colectivos (UTA), portuarios (SUPA), empleados de comercio, trabajadores de la alimentación, Luz y Fuerza, y los maestros.

Frente a este panorama, Buzzi se reunió este miércoles con Capitanich en Buenos Aires y le trasmitió su preocupación por la situación en su provincia y la falta de cambios en Ganancias. Aunque los camioneros y petroleros no adherían a la protesta, el chubutense temía que los cortes de ruta afectaran igualmente la actividad hidrocarburífera.

Por otra parte, los obreros de Aluar, la única fabricante de aluminio en el país, también estaban decididos a interrumpir el viernes la producción en la planta de Chubut para pedir un bono salarial que compense la pérdida de poder adquisitivo ocasionada por el Impuesto a las Ganancias.

Después de todo, allí comenzaron los primeros reclamos contra el gravamen, cuando el 24 de octubre pasado, más de 500 trabajadores paralizaron el establecimiento, lo que motivó casi de inmediato que el Ministerio de Trabajo de la Nación dictara la conciliación obligatoria por 15 días.

Pese a los paños fríos puestos por las autoridades, el malestar creció en las semanas siguientes y se contagió a otros sectores de la provincia que, encabezados por la UOM, comenzaron a realizar plenarios de CGT.

En la comisión interna de Aluar, afiliada a la UOM, sostienen que el gravamen no sólo se "comió" gran parte de las quincenas, sino también el medio aguinaldo, los premios de producción y el beneficio vacacional. La mayor distorsión se observa en las escalas: hoy los empleados más antiguos y con tareas más calificadas perciben remuneraciones similares a las de un ayudante de la categoría más baja que recién se inicia.

"Nosotros lógicamente queremos la derogación del impuesto a las Ganancias, pero como paliativo queremos algo que vaya compensado", dijo a iProfesional el delegado de Aluar, Federico Navarro.

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