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La bodega desempolvó viejas y nuevas añadas de su ícono y demostró cómo el concepto, pese a las modas, resiste el paso del tiempo
18/11/2014 - 19:53hs

Una cata vertical es un ejercicio sumamente interesante para cualquier amante del vino, dado que permite, si se tiene algo de paciencia y se es bastante de curioso, encontrar piezas de un rompecabezas que hacen a la historia no sólo de una bodega; también de un terruño y de la gente que trabajó para darle vida a cada uno de esos ejemplares.

Catas verticales puede haber tantas como añadas haya guardadas en las cavas de las bodegas argentinas. Pero no son muchas las que igualan la experiencia que brindó Bianchi, que decidió desempolvar viejas y nuevas cosechas de su ícono: Enzo Bianchi.

Cabe recordar que la gran punta de lanza de la bodega de San Rafael acaba de cumplir dos décadas desde que saliera al canal comercial por primera esta suerte de homenaje a Enzo Bianchi, quien se desempeñara como enólogo principal de ese clásico establecimiento mendocino.

Con el marco intimista que brinda la cava subterránea emplazada en La Bourgogne, Bianchi presentó anteriores añadas (2001, 2003, 2005, 2007 y 2010) al tiempo que puso en una copa la que acaba de salir al mercado (2011), para luego dar un adelanto con la próxima novedad (la cosecha 2012).

"No se da todos los días la posibilidad de abrir la cava y sacar todos estos vinos. En la bodega tenemos una gran colección de añadas de Enzo y era algo que no podíamos guardarnos para nosotros", comentó el enólogo de Bianchi, Facundo Pereira.

Como se marcaba en un inicio, una botella, con más de diez años a cuestas, se convierte en una puerta hacia el pasado. Y permite reconstruir las piezas de ese rompecabezas que sirven para entender la evolución de una bodega y la construcción continua de la identidad de la vitivinicultura argentina.

Y en este interesante test, Bianchi resistió y salió airosa de la prueba que impone el tiempo: estas siete añadas, las pasadas, la presente y la futura, muestran con claridad un hilo conductor y dejan plasmada una coherencia.

No se perciben cambios bruscos en el concepto enólógico. Por ejemplo, no hay grandes variaciones en el uso de la madera, con vainillas y chocolates demasiado explícitos, tan típicos de hace una década. Sí hay leves correcciones, ajustes. Pero la coherencia, está garantizada.

Se podría decir que este vino, con peso e historia, por ser un clásico, es moderno: no pasa de moda. Con suaves variaciones, logra reinventarse, sin dejar aquello que fue en un pasado y sin dejar de ofrecer lo que, creemos, buscan los consumidores en un ícono hoy en día.

Bajo la óptica de Pereira, "este tipo de vinos reflejan la expresión del terroir. Pero está claro que no se construye sólo con tener un buen año y luego embotellarlo. Es algo estudiado y que ha obligado a la bodega a entender a fondo el terruño de San Rafael para lograr este concepto".

Para su producción, la bodega utiliza uvas provenientes de viñedos de más de 40 años de antigüedad, siendo la variedad Cabernet Sauvignon la columna vertebral de todas estas cosechas, más allá de variaciones puntuales.

"Todos los años, el blend cambia. Pero la base siempre está dada por el Cabernet Sauvginon, que termina de afianzar la estructura y le da una profundidad y un largo de boca importante", destacó Pereira, quien agregó que San Rafael es "uno de los grandes terroirs para el cultivo de esta cepa, porque tenemos una ventana de más de 200 días sin heladas, lo que es fundamental para lograr el nivel de madurez que requiere".

Además, todas las añadas poseen un aporte del Malbec, que puede ir de un 5% a un 25%. Según Pereira, la cepa estrella de la Argentina, "con su suavidad y versatilidad, se convierte en el acabado fino de todos los vinos".

¿Qué reflejada cada añada? Enzo Bianchi 2001 está conformado por un 70% Cabernet Sauvignon, 25% Malbec y 5% Merlot. Interesante verlo en la copa: vívido, con un color sostenido, rojo intenso y que apenas deja entrever destellos teja. Su aromática es intensa, con notas de frutos negros, especias, toques de regaliz y un perfume licoroso y ahumado. En boca, ofrece ataque intenso, buena estructura y una acidez elevada. En definitiva, un ejemplar que no sólo está vivo, todavía tiene mucho resto para seguir dando pelea.

Enzo Bianchi 2003 (86% Cabernet Sauvignon, 8% Merlot y 6% Malbec) exhibe una nariz de alto impacto, con notas de frutas rojas confitadas, especias, trazos herbáceos, té negro y tabaco. En el paladar se muestra sumamente elegante, con taninos maduros y perfilados, sumado a una aromática estridente, con mucha fruta roja y una acidez que imprime frescura y vivacidad.

Enzo Bianchi 2005 (70% Cabernet Sauvignon, 15% Merlot, 10% Malbec y 5% Petit Verdot) se luce como uno de los más elegantes y sobrios. Su paleta que incluye frutos negros y rojos maduros, especias y una leve nota cárnica, sumado a un toque de moca. En boca se muestra como un ejemplar equilibrado, con una acidez en su punto justo y un tanino firme, gracias a su aporte de Petit Verdot, que igual no deja la amabilidad de lado.

Enzo Bianchi 2007 (Cabernet Sauvignon 84%, Malbec 8%, Petit Verdot 8%) se destaca en nariz con aromas que recuerdan a mermeladas de frutos negros, una leve nota resinosa y un toque de tabaco. En boca es amplio, con un tanino más exuberante que lo vuelve un ejemplar carnoso, pero con una frescura que compensa cualquier desmesura. En su retrogusto, quedan flotando notas de pimiento verde asado. Es una de las añadas que mejor refleja ese perfil world friendly de este ícono: concentrado, pero bebible y muy ágil.

Enzo Bianchi 2010 (85% Cabernet Sauvignon, 8% Malbec, 4% Merlot, 3% Petit Verdot) es la anteúltima añada en salir al canal comercial. Está todavía en plena evolución. Gusta por su fruta roja madura y su profundo especiado. Las notas de pimiento están pero la pirazina no toma por asalto la copa. Acompaña con sutileza, junto a notas de orégano y romero. En boca es amplio, concentrado, bien graso y de buena acidez.

Enzo Bianchi 2011 (75% Cabernet Sauvignon, 10% Cabernet Franc, 8% Petit Verdot y 7% Malbec) marca el debut del Cabernet Franc en este corte de alta gama. Por su juventud, es el más salvaje y se nota mucho más su perfil balsámico y mentolado en nariz. Al paladar, en tanto, se muestra sucroso, de tanino firme y gran aromática. La madera, que aporta tostados y algo de cacao, está muy bien integrada.

Paralelamente, la bodega dio a conocer un adelanto de Enzo Bianchi 2012, que saldrá a la venta recién el año próximo. De la mano de un 73% de Cabernet Sauvignon, 20% de Malbec y 7% de Petit Verdot, muestra un gran potencial, con fruta roja y negra, toques herbáceos y gran especiado. Es el más estructurado y carnoso, por eso, el largo reposo que le espera en botella no harán más que calmar su temperamento.

Es que, en definitiva, tal como destacó Pereira, "en la alta gama, no queremos que los vinos sean sinónimo de corpulencia. No queremos fisicoculturistas. Queremos que sean deportistas elegantes".

Por J.D.W. - Editor Vinos & Bodegas iProfesional - [email protected]

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