Los disturbios estallaron este martes por la madrugada en Ferguson, Misuri, luego de conocerse la decisión de la justicia sobre el caso del joven negro asesinado el 9 de agosto pasado.

Un gran jurado de Estados Unidos decidió no imputar al policía Darren Wilson que mató a Michael Brown, desarmado y de 18 años, lo cual desató enfrentamientos en las zonas cercanas.

Vehículos y edificios en llamas, comercios saqueados y enfrentamientos entre manifestantes y agentes fueron los hechos que se sucedieron en la avenida West Florissant de Ferguson y sus alrededores, epicentro de la ola de disturbios raciales, luego de conocerse el fallo.

La policía, por su parte, también denunció saqueos en el norte de St. Louis y lamentó el incendio de uno de sus vehículos.

Los gritos de protesta se oyeron también en la plaza Times Square de Nueva York y en la capital Washington, donde cientos de manifestantes rechazaron esta negación de justicia, según un cable de la agencia AFP.

"El deber de un un gran jurado es separar los hechos de la ficción", declaró a la prensa el fiscal de St. Louis, Robert McCulloch. Los jueces "han determinado que no hay razón suficiente para presentar cargos contra el policía Wilson", añadió.

Los doce jueces, nueve blancos y tres negros, llevaron a cabo un trabajo "completo y profundo", escucharon 70 horas de testimonios de unos 60 testigos, examinaron cientos de fotografías, y escucharon a tres médicos forenses.

La familia de Brown dijo estar "profundamente decepcionada" por la decisión del jurado, pero llamó a la calma a los manifestantes. "Estamos profundamente decepcionados de que el asesino de nuestro hijo no deba enfrentar las consecuencias de sus actos", dijo en un comunicado, y pidió "respetuosamente que las manifestaciones permanezcan pacíficas".

En las grandes ciudades del país se solidarizaron con protestas pacíficas.

El gobernador del estado de Misuri, Jay Nixon, había decretado el estado de urgencia, desplegado la Guardia Nacional y reforzado los efectivos de policía ante la posibilidad de que se llevarán a cabo protestas.

El riesgo de que las manifestaciones culminen en disturbios es grande en esta ciudad de 21.000 habitantes y en los suburbios de St. Louis donde habita una alta mayoría de negros (casi 67% del total) y los policías y ediles son casi todos blancos.

Por su parte el presidente Barack Obama llamó a los cientos de manifestantes que se encontraban a la espera del veredicto en las calles de este suburbio de St. Louis a protestar pacíficamente, y a la policía le pidió actuar con "moderación".