El Gobierno sigue con su cruzada contra la figura del juez Claudio Bonadio, que investiga a la empresa Hotesur, administradora del hotel Alto Calafate, propiedad de la familia Kirchner.

Este lunes el secretario de Justicia, Julián Álvarez volvió a acusarlo de ser "un pistolero" cuyas investigaciones están motivadas "por lo que le sucede en el jurado de enjuiciamiento del Consejo de la Magistratura".

No obstante, el funcionario kirchnerista realizó una concesión pública hacia el magistrado, al ser consultado si sus causas estaban fundadas en hecho concretos, como la investigación que realiza contra el Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, por los registros de un auto. 

"Yo no digo ni que está mal ni que está bien, probablemente Boudou esté bien procesado, está bien que él haga todas las investigaciones que quiera. Lo que está mal es que las realice en función de lo que le sucede en la Magistratura", manifestó en declaraciones a la radio Rock&Pop.

"Lo que yo creo es que no hubiese procesado a Boudou de la forma que lo hizo, eso manifiesto explícitamente. Por qué se tiene que definir un juez, ¿por animosidad contra un imputado? Si esto le pasa al Gobierno, qué le puede pasar a un ciudadano común", apuntó después.

El funcionario kirchnerista apuntó en la misma línea que no le parece acertada la forma de actuar que Bonadio mostró en la investigación contra Hotesur: "Que se realice la investigación que se tenga que realizar, pero me parece importante cuidar la investidura de la Presidenta de la Nación y no tergiversar. Se habla de irregularidad en las empresas de la Presidenta y hablamos de una falta administrativa".

En la misma entrevista, Álvarez negó que algunos magistrados gocen de algún tipo de protección, por ejemplo en el caso de Norberto Oyarbide, al que se lo señala como un juez afin al oficialismo. "No es así, nosotros firmamos el dictamen acusatorio contra Oyarbide, que tiene siete causas, y lo citamos como a Bonadio, que tiene nueve; los dos estàn en plenario", destacó el secretario de Justicia.

"Lo de Oyarbide es más por sus exteriorizaciones, como el tema del anillo o su viaje a Punta Cana, que tiene más impacto en la sociedad que la prescripción de una causa, que la gente no entiende de qué se habla", añadió.