iProfesionaliProfesional

Cuatro razones y "algo más" por las que cae el "Made in Argentina" y se cierra la canilla de dólares

En octubre, el saldo entre expo e impo, cayó un preocupante 40%. Y, en el año, la balanza comercial es la más baja de toda la era kirchnerista
26/11/2014 - 14:15hs
Cuatro razones y "algo más" por las que cae el "Made in Argentina" y se cierra la canilla de dólares

Devaluación brusca, fuertes trabas a importaciones, bonos "dólar linked" para grandes exportadores, negociación con cerealeras, presión hacia los productores sojeros, "cupos" de divisas para las industrias... 

El Gobierno, como nunca antes, intentó de todo a lo largo del año para impulsar las alicaídas ventas al mundo y, al mismo tiempo, desalentar las compras externas, con el firme objetivo de sostener en pie una de las últimas fuentes de dólares: el superávit comercial.

Sin embargo, el saldo entre exportaciones e importaciones, que durante años se había mantenido firmemente como una de las columnas fundamentales de los llamados "superávits gemelos", está dando sobradas muestras de debilitamiento.

No es para menos: a pesar de todo el arsenal de medidas desplegadas por el Gobierno, octubre mostró la peor cara del comercio exterior, con una preocupante caída del 40%, y confirmó que 2014 se encamina a convertirse en el año más magro para la balanza comercial en toda la era kirchnerista. 

Pese a que las importaciones el mes pasado cayeron un 14%, la performance de las ventas al mundo fue incluso peor, de la mano de una contracción del 16%, con un monto cercano a los u$s5.970 millones, el nivel más bajo desde 2010 para ese mes. 

Así, pese al mayor ritmo de liquidación de divisas comprometido por las cerealeras y al resto de las medidas que viene aplicando la administración K, el saldo arrojó unos magros u$s360 millones en octubre.

De esta manera, el acumulado durante los diez primeros meses, apenas permitió alcanzar poco más de u$s6.000 millones.

Esto no sólo representó una caída del 14% frente al mismo lapso de 2013: también implicó el peor resultado desde la salida de la crisis de 2001.

En efecto, desde la megadevaluación que se produjo aquel año (que favoreció el desplome de las importaciones, al tiempo que impulsó las ventas al mundo del "Made in Argentina") nunca el superávit comercial se había movido en niveles tan bajos.

El siguiente gráfico permite apreciar cómo el saldo de la balanza, que supo ser una "canilla" fundamental para mantener bien abastecido al mercado de dólares, hoy se convirtió en una variable con muy poco peso:

En busca de otras fuentes de divisas

Esta pobre performance empujó al Gobierno a "raspar la olla" en busca de otras fuentes de divisas. Así fue como el BCRA se vio obligado a ir en busca de "dólares chinos", a través de un swap, que le permitió engrosar las reservas, en un primer tramo, con poco más de u$s800 millones.

La entidad que conduce Alejandro Vanoli también negoció con las cerealeras una aceleración en el ritmo de liquidación de divisas para este último trimestre, hasta alcanzar los u$5.700 millones. A cambio, acordó entregarles bonos "dólar linked", que funcionan como un "seguro antidevaluación", dado que las cubre de posibles movimientos bruscos del tipo de cambio.

Estas compañías están cumpliendo su parte: hasta hace unos días llevaban ingresados casi u$s3.400 millones. Pero la clave es que no todos los dólares que forman parte del acuerdo serán producto de ventas concretas: u$s1.200 millones llegarán en concepto de "adelanto de exportaciones", es decir, divisas que entrarán al país "a cuenta" de envíos que, en realidad, se realizarán en 2015.

En tanto, el reciente llamado a licitación del espectro 4G le permitió al Gobierno captar otros u$s2.200 millones.

Así las cosas, las reservas exhibieron una leve recuperación y alcanzaron los casi u$s28.900 millones, ubicándose por encima del registro de los últimos cuatro meses, llevando así algo de tranquilidad al mercado. 

Si bien las tenencias del BCRA están por debajo del nivel de fines de 2013, exhiben un cambio de tendencia respecto al pronóstico que el grueso de las consultoras preveía meses atrás, cuando proyectaban para el cierre de este año un nivel incluso inferior a los u$s25.000 millones.

Sin embargo, está claro que este sostenimiento del nivel de reservas es más un mérito de la "creatividad" de Vanoli y del cerrojo importador impulsado por Kicillof, que el resultado de un comercio exterior dinámico. 

De hecho, en lo que va del año, el Banco Central (primero con Fábrega y luego con Vanoli) restringió la entrega de dólares a importadores para el pago a casas matrices y proveedores del exterior.

En total, se estima que la entidad no autorizó el giro de de unos u$s5.500 millones, constituyéndose en uno de los principales factores que permitieron a la entidad contener la sangría de reservas.

Las causas del derrumbe del superávitAl momento de analizar el por qué del fuerte achicamiento del saldo comercial y su pérdida de protagonismo como proveedor de divisas, los expertos hacen referencia a un combo de factores

1. Caída de los precios de las materias primas

Por el fortalecimiento del dólar y los crecientes stocks de granos en el mundo, las cotizaciones de los principales productos exportados por la Argentina padecieron una marcada caída en lo que va del año. 

El "caballito de batalla" del país, la soja, hoy se negocia en cerca de los u$s380 la tonelada, muy por debajo de los más de u$s500 que se llegaron a pagar meses atrás.

Pero el principal factor que incide en el menor ingreso de dólares no está explicado tanto por la baja del precio, sino por el hecho de que este desplome de las cotizaciones fue el que desalentó a los sojeros a vender su producción.

Claro que a esto se sumó un factor no menor: tras la devaluación de enero, el Gobierno ajustó el tipo de cambio oficial menos del 10% (desde febrero a la fecha), potenciándose el atraso cambiario frente a la inflación. Así, mes a mes, comenzó a rendir menos cada dólar liquidado por ventas al mundo.

De este modo, "sentados" sobre su cosecha, las exportaciones se vieron fuertemente resentidas.

Si a esto se suma que el Gobierno restringió el cupo de ventas al mundo de trigo para mantener deprimido el precio en el mercado interno, estuvieron dados todos los condimentos para que el agro no empuje.

Considerando las exportaciones de cereales, porotos de soja y aceites, entre enero y octubre se enviaron casi u$s4.500 millones menos que en igual período de 2013.

2. La "locomotora" brasileña no empuja como en otros años

Otro factor estuvo explicado por el pobre dinamismo de Brasil, que demandó menos productos argentinos durante los diez primeros meses del año. En concreto, los envíos cayeron casi u$s2.000 millones respecto al mismo lapso de 2013.

Uno de los sectores más afectados fue el automotor, que padeció una marcada contracción de las ventas hacia ese destino, responsable de adquirir casi 9 de cada 10 unidades que se envían afuera.

Según datos de ADEFA, las exportaciones muestran una fuerte caída del 23%, de la mano de un Brasil menos dinámico, que lleva adquiridos 72.000 vehículos menos que el año pasado.

Pero no todo se explica por la mala performance del sector automotor: por detrás, hay un gran entramado de pequeñas y medianas empresas que, debido a la baja del consumo en tierras de Rousseff, están viendo cómo los envíos no paran de desinflarse (ver gráfico).

3. Se agotó el "colchón" de competitividad cambiaria

Tras la devaluación de enero, la ministra Débora Giorgi aseguraba que se había llegado a un nivel de tipo de cambio óptimo para impulsar exportaciones y sostener los puestos de trabajo.

Sin embargo, la fuerte suba de costos tras el salto del dólar llevó a que hoy no quede nada de aquel colchón de competitividad.

Según Luciano Cohan, economista de la consultora Elypsis, "de la devaluación de enero ya no queda nada. Peor aun: la competitividad se deterioró casi 5% respecto del nivel que teníamos tras la devaluación".

Esto implica, según el experto, "que en términos de tipo de cambio real, estamos como en diciembre de 2013, semanas antes de que el Ejecutivo decidiera depreciar el signo monetario local".

El siguiente cuadro muestra cómo, por la propia dinámica inflacionaria, la competitividad cambiaria terminó esfumándose:

4. La Argentina se encarece cuando los socios se abaratan

Asociado a este último punto, un factor clave que explica la pobre performance de las exportaciones argentinas está vinculado con la importante devaluación que experimentó la moneda brasileña, que en este mes llegó a tocar su nivel más bajo desde el año 2005.

Es importante remarcar que la inflación anual del país vecino es casi 30 puntos menor, de modo que el debilitamiento del real sí se plasmó en una mayor competitividad. 

"En momentos en que el Gobierno está aferrándose a la idea de mantener quieto el tipo de cambio para intentar controlar la inflación, en Brasil se está dando una fuerte devaluación. Esto es un gran problema para la industria argentina", sostuvo Cohan.

El siguiente gráfico muestra cómo la competitividad cambiaria con el principal socio comercial de la Argentina se deterioró rápidamente tras la devaluación de enero: 

Para Mauricio Claverí, "el debilitamiento del real brasileño agrava los problemas de las empresas nacionales y esto explica por qué nuestras exportaciones vienen cayendo con tanta fuerza en el año".

En este contexto, desde Elypsis agregaron que si el Gobierno pretendiera recuperar la ventaja cambiaria ganada en enero, entonces habría que llevar el dólar hasta los $10,50. Claro que hay un riesgo: que la inflación se dispare, como mínimo, unos 5 puntos extra.Cuatro factores y algo másA este combo de factores, desde DNI, la consultora que dirige Elizondo, esgrimieron otras causas que también ayudan a explicar la debilidad del "Made in Argentina" y el consecuente deterioro del superávit comercial:

•Un entorno regulatorio que posterga decisiones de producción o comercialización.

Incremento de la presión tributaria.

Inversiones del sector privado en descenso.

Deficiente acceso a servicios (logística, financiamiento, despachos, puertos).

•Un sistema de administración de las importaciones que afecta el acceso a bienes de capital e insumos.

•Una política energética que incrementa saldos negativos en la balanza sectorial.

Pérdida de diversificación de mercados internacionales en productos industriales.

Cabe recordar que el ministro Kicillof señalaba recientemente que "la economía mundial no arranca y las exportaciones de la Argentina, y de todo el mundo, se ven afectadas". 

Sin embargo, Elizondo argumentó que la caída de las ventas al exterior de productos nacionales tienen lugar en un contexto en el que, contrariamente, el comercio mundial está en franco crecimiento.

En efecto, mientras que en 2010 las exportaciones argentinas representaban casi el 0,5% del total, en lo que va de 2014, el share registró un fuerte descenso, hasta explicar apenas el 0,37% del comercio internacional, un registro que, según Elizondo, "es uno de los peores en muchos años" (ver cuadro).

Así, en momentos en que las exportaciones descienden y el superávit comercial se va agotando, el Gobierno se ve obligado a impulsar un "festival" de bonos y a apelar a la "ayudita" de los bancos centrales de otras naciones para contener la sangría de reservas.