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La cantidad de cheques rechazados aumentó un 54% en el último año

Los datos correspondientes a octubre muestran que en materia de morosidad, este se convirtió en el peor mes desde 2003. Los motivos de la suba 
26/11/2014 - 12:34hs
La cantidad de cheques rechazados aumentó un 54% en el último año

La cruzada oficial contra el dólar, junto a desequilibrios y desaciertos que alimentaron la incertidumbre, generó un escenario que afectó la competitividad y aumentó las restricciones para el sector productivo.

De todo ello surge que el corriente año se convirtió en el más difícil de la era kirchnerista para las compañías.

Los últimos números muestran que con la nueva conducción del Banco Central las dificultades en la actividad y la rentabilidad no se disiparon: los cheques que son rechazados por falta de fondos volvieron a sufrir un repunte el último mes y a ubicarse, de esta manera, en niveles récord. El monto emitido en este mes creció un 25% desde el año pasado, pero los rechazos lo hicieron en un 54%.

No hubo un octubre con semejante morosidad, desde 2003 hasta hoy, para las empresas argentinas que se financiaron a través de este instrumento: la proporción creció un 33% en el mes y fue de casi el 3% de los montos emitidos (llegó a $5.300 M).

Según Ambito Financiero, el dato, que superó el mismo período de los años anteriores, llama la atención en un mes que estacionalmente suele ser calmo para el sector productivo, y podría ser el anticipo de dificultades que suelen acrecentarse en los últimos dos meses del año.

Las empresas son menos solventes en una economía que cruje desde hace tiempo por la escasez de dólares, y en un contexto en que el Gobierno parece haber optado por convalidar caída de la actividad con el propósito de resolver la crisis cambiaria.

En sus esfuerzos por limitar la corrida y las expectativas de devaluación, el presidente del BCRA, Alejandro Vanoli, decidió planchar el tipo de cambio, absorber pesos y trabar importaciones (hasta niveles que no había explorado su antecesor, Juan Carlos Fábrega).

La primera decisión, en una economía con inflación del 40% anual, afecta la paridad cambiaria a la que deben vender sus productos las empresas exportadoras menos competitivas. La segunda, si bien es efectiva para moderar la compra de dólares, debilita la demanda de bienes que producen las compañías. Y la tercera encarece o hace inalcanzables los insumos de los que deben proveerse.

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