Pese a los incidentes protagonizados por la barra brava de River Plate el martes en el estadio Monumental, se decidió que el partido que disputará este club frente a Boca Juniors el jueves por la Copa Sudamericana se juegue, como estaba previsto, en el predio de Núñez. 

Así lo confirmó Darío Ruiz, subsecretario de Seguridad de la Nación, al diario deportivo Olé cuando dijo que "no estamos evaluando suspender ni jugar sin público el clásico". 

No obstante, en el club esperaban la llegada de una comisión de la Conmebol al estadio para ver si está en condiciones para jugar.

Los hechos delictivos se produjeron el martes por la tarde, cuando un grupo de "barras" ingresaron encapuchados y con armas blancas a través del estacionamiento y destrozaron la confitería del estadio, dejando un saldo de varios heridos y una persona apuñalada. Según reportaron los medios especializados, el motivo fue el reparto de entradas para el superclásico con Boca. 

"El Club Atlético River Plate fue víctima de un ataque organizado por una horda de más de 100 personas. En el día de la fecha, más de cien personas violentaron un acceso del estacionamiento interno del club, agrediendo al personal de seguridad de la institución que cumplía tareas de rutina. Este mismo grupo se dirigió a la confitería y agredió a tres personas, por tal motivo, debió intervenir el personal de seguridad", explicó la entidad deportiva en un comunicado de prensa.

"Los hechos -que duraron exactamente 7 minutos- fueron claramente organizados, premeditados y planificados. De ello, dan cuenta las imágenes captadas por las cámaras de seguridad que fueron entregadas a la justicia. El Club Atlético River Plate efectuó la denuncia pertinente y sus autoridades, en su carácter de particular damnificado por los hechos, tomaron la decisión de asumir el rol de querellante", cerró la misiva del club.

Por otra parte, el miércoles el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, aseguró que la Policía tiene videos para detener a los violentos.

Admitió que pudo existir algún "error" del club porque dentro de la confitería había socios para los cuales rige el derecho de admisión y su carnet aún no había suspendido. Se comprometió a echarlos del padrón, pero alertó: "Yo no tengo ningún problema en echarlos, pero están en la calle, en todos lados; lo que necesitamos es que alguna vez vayan presos". 

En diálogo con Radio Mitre, el presidente de River reiteró que se presentará como querellante en la causa penal y explicó que la comisión directiva que él encabeza ha trabajado contra la violencia en el fútbol desde su llegada a la gestión.

"Los que se dicen cabezas de la barra, tienen derecho de admisión, pero como socios pueden ingresar al club", aclaró el dirigente, e indicó que "para echar a alguien, tiene que tener un elemento probatorio."

Por último, consultado sobre las declaraciones del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que minutos antes había culpado a la comisión directiva de River por facilitar el ingreso de los violentos al club, D'Onofrio reconoció que pudo haber algún error del club y respondió: "Cada uno puede decir lo que quiere, uno a veces tiene más poder que otro. trataremos que demostrar que es un problema de la sociedad que tenemos que solucionar entre todos. Definitivamente a los políticos les digo que asuman la responsabilidad porque tienen mucho que ver con esto".