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En plena polémica por Ganancias, afirman que el Estado se queda hasta con el 50% del salario

En un sueldo bruto de $30.000, la mitad la recibe el trabajador y la otra mitad va a la recaudación fiscal, afirmaron desde el IERAL 
30/11/2014 - 09:00hs
En plena polémica por Ganancias, afirman que el Estado se queda hasta con el 50% del salario

En medio de los reclamos de los gremios que buscan elevar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, exonerar el tributo del aguinaldo y cobrar un bono especial de cara a las fiestas, se dio a conocer un estudio en el que se afirma que, en la Argentina, el Estado se queda con hasta el 50% del salario.

Según los economistas del IERAL de la Fundación Mediterránea, para el caso del asalariado promedio "de $10.500 mensuales, que no es alcanzado por el tributo, se tiene que por cada $100 de costo laboral, llegan $63 al bolsillo del trabajador y $37 son absorbidos por el Estado".

En cambio, un sueldo bruto de $30.000 implica que la mitad la recibe el trabajador y la otra mitad el Estado, "reflejando la fuerte incidencia de la falta de actualización de Ganancias, en 2001, el 64% constituía salario de bolsillo y el 36% presión impositiva.

"La evolución del salario real medida desde 2001 cambia sustancialmente según los tramos de ingresos, por la falta de actualización de Ganancias y por el cambio de régimen del sistema jubilatorio. Así se encuentran desde mejoras de 29% a una pérdida de 1% en términos reales en el acumulado de 13 años", afirmaron.

El año 2014 se ha caracterizado "por una caída del salario real, que tuvo su reflejo en la baja del consumo de bienes de consumo durables pero también no durables, situación que hacia final del año genera reclamos por parte de las entidades gremiales, sobre reapertura de paritarias, cobro de bonos especiales de fin de año o modificaciones en el Impuesto a las Ganancias".

Además de la aceleración inflacionaria en 2014 existe otro factor que ha agravado la situación para los asalariados de ingresos superiores a la media, de acuerdo con el informe.

"Se trata del impacto que tiene el Impuesto a las Ganancias, dado que al no haber existido actualización de los parámetros nominales que hacen al cómputo del impuesto, han generado este año una nueva suba de la presión fiscal que dicho gravamen ejerce sobre los trabajadores alcanzados, que así se ubica en niveles récord", advirtieron los especialistas.

El salario promedio formal de la economía no ha sido alcanzado por el impuesto que grava las ganancias en 2014, mientras que quienes ganaban hasta $15.000 entre enero y agosto de 2013 se vieron beneficiados por la exención otorgada a través del decreto 1242, a pesar que, de haber mantenido su poder adquisitivo constante, hoy ganarían alrededor de $19.000, indicaron.

"Pero trabajadores solteros que actualmente obtienen ingresos brutos por el doble del salario formal promedio (21.000 pesos mensuales, o 17.430 pesos neto de aportes y antes de impuesto a las ganancias), destinan casi 10% de sus ingresos a pagar dicho impuesto, cuando en 2006 pagaban un 5,3% y un 0,8% en 1998", sostuvieron.

En tanto, para salarios brutos actuales de $30.000, Ganancias se lleva un 17% de los ingresos, cuando en 1998 lo hacía sólo con un 2,5 por ciento.

Ganancias, un impuesto "lotería"En relación con Ganancias, tal como quedó redactada la norma, el pago del gravamen se terminó convirtiendo en una lotería.

Esto es así, debido a que ató la condición de pagar el tributo a los sueldos obtenidos el período (ahora muy lejano) que va enero y agosto de 2013.

Quienes en aquel entonces tuvieron ingresos menores a $15.000 brutos directamente quedaron excluidos de Ganancias.

Por el contrario, aquellos que superaron ese importe deben afrontarlo sin importar que, pasado ese lapso, hayan luego recibido aumentos que elevaran esa cifra un 25%, un 50%, el doble o el triple.

No sólo eso, sino que también termina ejerciendo una presión mayor sobre los asalariados que están obligados a abonar el tributo debido a que hace un año que no se ajustan los valores de las deducciones y cargas de familia.

Por caso, los dependientes alcanzados pueden llegar a perder hasta una tercera parte de los aumentos que recibieron en paritarias. Este es el principal argumento en el reclamo de los sindicatos.

Distorsiones del impuesto

Un empleado casado con un hijo con ingresos brutos en 2013 de $24.000 mensuales que recibió un incremento en paritarias del 30% en sus salarios, "en realidad sólo recibirá un 20% de ese aumento, pues el 10% restante se lo queda Ganancias" (ver cuadro).

En efecto, por los $77.688 que lograría de más en el bolsillo con el incremento salarial, también subiría el importe del gravamen, que pasaría de $28.380 anuales a $55.556.

Es decir, que en realidad obtendría $50.512 ya que a los $77.688 habría que restarle la diferencia de tributo que debe afrontar (en este caso, de $27.176).

Así, el trabajador terminaría recibiendo una suba de tan sólo 20%.

En otras palabras, la AFIP termina quedándose con el 10% del aumento que pudo haber logrado el gremio en las negociaciones con los sectores empresarios.

Pero hay más. Si esa persona este año perdió su trabajo y lo recupera, entonces ese mismo sujeto (que antes había quedado liberado del tributo porque ganaba entre enero y agosto de 2013 menos de $15.000 bruto)- ahora pasa a estar obligado pese a recibir ese mismo importe.

Ejemplos de las distorsiones que generó la última medida oficial no terminan ahí.

Al respecto, Yesica Baigorri, senior de Impuestos del estudio Laiún, Fernández Sabella & Smudt, aseguró que "podemos enfrentarnos a la situación de dos sujetos que actualmente se encuentran en exactamente las mismas condiciones y ven sus ingresos afectados de manera completamente distinta por la introducción o no del impuesto".

La especialista supuso el siguiente caso para el año 2014, considerando que los sujetos no poseen cargas de familia:

1) El sujeto "A" percibió remuneraciones mensuales de hasta diciembre 2013. Luego se jubila y comienza a percibir mensualmente un haber de $15.500 netos hasta la fecha.

2) El sujeto "B" durante los meses de enero a agosto 2013 percibió sueldos brutos de $14.000. Luego, por aumentos del sector, a partir de 2014 comienza a cobrar sueldos netos mensuales de 15.500 pesos.

En este escenario, Baigorri indicó que "mientras que el sujeto 'A' abona $1.750 mensuales de Ganancias en base a su haber jubilatorio, el 'B' no pagará en el año 2014 por el mismo sueldo neto".

Por su parte, Sergio Toledo, sostuvo que "por la falta de actualización de las deducciones y de la tabla de liquidación del impuesto (artículo 90 de la Ley), la carga tributaria aumentó sin que hubiera incrementado la capacidad contributiva".

Para graficar la situación, supuso el ejemplo de un empleado casado, con un hijo y que percibía en agosto 2013 un salario de 17.000 pesos.

"En un hipotético escenario sin inflación, en lo que va del año 2014 hubiera acumulado remuneraciones por $146.880 y tributado Ganancias por $11.175 siendo su tasa efectiva del 7,61%", manifestó.

Pero "en el contexto real de inflación que estamos atravesando, ajustando el salario por el índice 'oficial' (consideremos el IPIM) hubiera acumulado a agosto 2014 remuneraciones por $176.903 (incremento del 20,44%), pero tributando una cifra que se eleva en valores nominales un 82%, es decir de $20.400. Ello porque su tasa efectiva se incrementa un 52% pasando del 7,6% a 11,5%".

"Claramente se observa que el incremento de la carga tributaria no tiene fundamento en una mayor capacidad contributiva, sino que el ingreso se eleva a fin de mantener el mismo poder de adquisición, pero que se ve cada vez más erosionado por el gravamen", resaltó Toledo.

"El mismo efecto, pero en menor magnitud, se observan en niveles salariales mayores a los $25.000, cuyos trabajadores no habían recibido ningún beneficio con el decreto 1242", concluyó.

 

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