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Por dólar planchado y suba de costos, cada vez más fábricas cierran sus puertas en el "granero del mundo"

Lácteos, carne, aceite de oliva, vinos, frutas y yerba, son algunos de los productos estratégicos que sufren el actual contexto. Radiografía
19/01/2015 - 10:00hs
Por dólar planchado y suba de costos, cada vez más fábricas cierran sus puertas en el "granero del mundo"

A comienzos de 2014, cuando había sobrevenido la devaluación de enero, la ministra de Industria, Débora Giorgi, aseguraba que se había alcanzado un tipo de cambio "excelentísimo" que iba a permitir traccionar las ventas al mundo y conservar empleos.

Incluso, en un comunicado oficial, la funcionaria pronosticaba que el país estaba en condiciones de lograr exportaciones por un monto cercano a los u$s94.000 millones en el año. 

Sin embargo, noviembre mostró la peor cara del comercio exterior: las ventas al mundo sufrieron el mayor desplome desde el año 2009 para ese mes. 

Faltando computar sólo un mes, los envíos de empresas argentinas se ubicaban un 30% por debajo de la meta trazada por el Gobierno a comienzos de 2014.

Y uno de los principales problemas que enfrentan los exportadores de todos los rubros es que del colchón cambiario logrado en enero del año pasado, no quedó absolutamente nada.

Peor aun, tras las devaluaciones que sufrieron las monedas de los principales socios comerciales de la Argentina, el tipo de cambio real con este grupo de países actualmente se encuentra en el peor nivel desde la salida de la convertibilidad, lo que se está traduciendo en un fuerte desincentivo para colocar la producción fuera del país.

Si a eso se le suma la caída de los precios internacionales, entonces el problema es incluso mayor. Para esta campaña que viene, por ejemplo, desde Sociedad Rural alertaron que en zonas alejadas de los puertos y de menores rindes, como el Norte Argentino, el cultivo de soja ya no será rentable.

Lo que plantean los analistas es que si el "yuyito" no es viable en un país que figura entre los tres más grandes productores del mundo, entonces otros alimentos, difícilmente también lo sean.

Para Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de Fundación ExportAr, el problema de competitividad que afecta a la economía es de tal envergadura que hasta los grandes símbolos nacionales que años atrás supieron colonizar las góndolas del mundo, hoy enfrentan serios problemas de subsistencia.

Las dificultades están derivando en la desaparición de compañías y emprendimientos en rubros como lácteos o carne, pero también está impactando en sectores como el yerbatero, frutícola y vitivinícola, por nombrar algunos.  

Industria láctea, en "terapia intensiva"Pese a que la Argentina posee una de las mayores cuencas lecheras del mundo, la producción prácticamente se encuentra estancada desde hace años. 

El economista Javier González Fraga, ex presidente del Banco Central y fundador de la compañía láctea La Salamandra (que acaba de cerrar sus puertas), coincide en mencionar al atraso cambiario como una de las principales causas por las cuales "ya no es rentable exportar ciertos productos".

Pero también agrega otras tres razones "que le hacen la vida imposible a la agroindustria": la presión tributaria, a la que calificó como "insoportable"; el "patoterismo sindical" y las regulaciones del Senasa, "pensadas para las empresas grandes y no para las pequeñas".

Este caso dejó en evidencia los problemas que afectan especialmente a los sectores agroexportadores que, por el enorme potencial de la Argentina en la producción de alimentos, deberían figurar entre los más competitivos a nivel internacional.

"Ante situaciones como esta, lo que uno tiene que preguntarse es por qué una empresa agroindustrial de reconocida calidad en el mundo no es rentable... No es sólo el caso de La Salamandra sino de muchas Pymes argentinas", disparó Fraga.

Pero no fue el único ejemplo en el sector lácteo: desde 2012 a esta parte se dio una oleada de cierres de establecimientos. Algunos de los más resonantes fueron Kaiku, en Santa Fe; Argenlac, en Junín; Porte Molitor, en Navarro; Lahore, en Marcos Paz y Cheese Way, en Bolívar.

También, en este último período, hubo numerosos casos de empresas que pasaron a operar bajo el sistema de cooperativas para evitar la pérdida de puestos de trabajo, tal como ocurrió con Amanecer, de Mar del Plata o Master Cheese, en Marcos Paz.

Otra tendencia que complicó al sector fue la salida de capitales extranjeros, como sucedió con Adeco -en la que George Soros opera como accionista-, que transfirió a inversores locales su participación en la cordobesa La Lácteo.

También se dio el caso de San Ignacio, empresa de la que se fue el grupo francés Laiteries Hubert Triballat, dejando al mando a sus socios argentinos.

"Las Pymes estamos en desventaja. Los supermercados nos castigan con devoluciones y hasta exigen reintegros en la facturación que van del 3 al 10 por ciento de nuestras ventas, algo que sólo puede soportar una empresa grande", aseguró un pequeño empresario. 

Pero la crisis azota incluso a los gigantes, como es el caso de Mastellone, que en los primeros nueve meses de 2014 sumó un resultado negativo de casi $350 millones, según se desprende de sus últimos estados contables presentados. 

En un contexto de suba de costos, la principal compañía láctea del país no pudo trasladar todas las alzas a las góndolas dado que participa del plan oficial Precios Cuidados, con productos de primera necesidad como leche fluida y en polvo, quesos, manteca y dulce de leche, entre otros.

Los tambos, grandes perdedoresTal como sucede con las acopiadoras de leche, la cadena láctea también tiene a los tambos entre los actores más complicados.

Según cálculos oficiales de la provincia de Buenos Aires, en los últimos años se perdieron más de 300 puntos de producción.

Hay un generalizado consenso respecto a que el precio bajo que actualmente paga la industria a los productores lecheros en boca de tambo es la principal causa de que no crezca el volumen.

Según mediciones oficiales, la producción de leche está prácticamente en los mismos niveles de hace quince años, dado que el nivel actual no supera los 11.000 millones de litros anuales.

El ocaso del "bife argentino"Los frigoríficos figuran entre los principales perjudicados por la política oficial que buscó limitar las exportaciones para así aumentar la oferta en el mercado doméstico, de modo de mantener deprimidos los precios. 

Según la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), desde 2008 hasta la actualidad cerraron unos 150 frigoríficos, dejando en la calle a más de 17.000 trabajadores. Y el panorama para estos establecimientos no mejoró tras la devaluación.

En diciembre, siete plantas frigoríficas de la provincia de Buenos Aires exportadoras tuvieron que adelantar las vacaciones de sus empleados y cerraron sus puertas en simultáneo, medida que afectó a casi 3.000 trabajadores que tenían contratos temporales. 

En agosto pasado, en tanto, la compañía frigorífica Marfrig, propietaria de Estancias del Sur, decidió cerrar definitivamente su planta en la localidad cordobesa de Unquillo, despidiendo a unos 350 empleados.

En tanto, a fines de junio, el grupo de capitales chilenos Cencosud -accionista mayoritario de los supermercados Disco, Jumbo y Vea- había cerrado el frigorífico Carnes Huinca, ubicado al sur de Córdoba, despidiendo a 130 personas.

Por su parte, los propietarios de la firma Quickfood cerraron su planta de Martínez ofreciendo despidos voluntarios a los 197 trabajadores que cumplían funciones.

Ya en septiembre de 2014, Ganadera Nueva Escocia, uno de los mayores frigoríficos bonaerenses, entró en concurso preventivo de acreedores y dejó en la calle a unos 300 empleados.

Para Miguel Schiariti, presidente de CICCRA, "los cierres de frigoríficos seguirán durante 2015 y no sólo de aquellos vinculados con la exportación, sino también de los que se dedican al consumo interno, dado que están altamente endeudados".

Cabe destacar que hasta el año 2009, la Argentina ocupaba el 4° puesto a nivel mundial entre las principales naciones exportadoras, siendo sólo superada por Brasil, Australia y Estados Unidos.

Sin embargo, luego de años de políticas de desincentivo, que llevaron a la pérdida de negocios en el exterior, desde 2013 y por primera vez en décadas, la Argentina quedó fuera del "top 10" de los grandes dueños del comercio global de carne.

En la actualidad, se ubica en el puesto número 11, la misma posición que cinco años atrás ocupaba un país sin tradición ganadera, como Nicaragua.

Vinos y aceitunas, en rojo

Otra de las industrias con mucha visibilidad que hoy es presa de la pérdida de competitividad es la vitivinícola: en los últimos cinco años prácticamente no creció el número de bodegas exportadoras y las ventas al mundo hace varios períodos que están en baja o amesetadas.

"Los productores y bodegas se encuentran en una situación complicada. Ya hay despidos y suspensiones, no quiero pensar lo que significará para la provincia de Mendoza. Nosotros generamos mano de obra no sólo en la industria vitivinícola sino también en el turismo. No hay rentabilidad, las industrias no pueden seguir generando puestos de trabajo", señaló Susana Balbo, titular de Wines of Argentina.

De ahí que, hoy por hoy, en esa provincia aumente cada vez más el número de bodegas que está a la venta. Según pudo averiguar iProfesional, son más de 10 sólo en la zona de San Rafael, donde se hacen más evidentes los problemas de empleo.

Desde el Sindicato de Obreros y empleados Vitivinícolas (Soeva) de San Rafael confirmaron que las empresas Bodega Rama Caída y Sidrera Martínez, Totals (ex Covisan) y Viñas de Altura (ex Lávaque) ya cesantearon en total a unos 60 trabajadores.

En puntos de producción en ascenso como Cafayate, en la provincia de Salta, compañías como La Industria y La Banda también vienen implementando despidos y suspensiones por pérdidas de mercados en el exterior y la obligación de vender a nivel local por debajo de los costos de producción.

Por su parte, los productores de aceitunas y de aceite de oliva, actualmente conviven con un tipo de cambio muy por debajo del promedio de 2006 y que resulta menos conveniente que el que tenían post devaluación.

"Hace tres años que la situación de la olivicultura en Cuyo es casi terminal. Esta economía regional ha tenido una pérdida de competitividad furiosa y la mayoría trabaja a pérdida desde hace prácticamente dos años", advirtió Fernando Ruiz Toranzo, coordinador regional de CREA.

Rodolfo Vargas Arizu, bodeguero y elaborador de aceite, señaló que "el sector olivícola está casi liquidado", al tiempo que advirtió que, en la actualidad, prácticamente no hay ninguna empresa que esté exportando.

La noticia de 2014, en lo concerniente a ese nicho en particular, fue la venta de parte de la tradicional Nucete a Tío Yamil, una compañía presuntamente vinculada al ministro de Salud, Juan Carlos Manzur.

Frutas y yerbaPara completar esta radiografía de las economías regionales más afectadas, vale mencionar la situación que atraviesan los productores de frutas. 

En el Valle de Río Negro, las exportaciones desde esa provincia registran una baja del 16 por ciento, situación que se vio agravada por los problemas climáticos.

En el otro extremo de la Argentina, las principales ramas de actividad de esta región, como el cultivo de algodón, arroz, azúcar y cítricos, también vieron licuadas las mejoras recibidas tras el salto del dólar.

No sólo eso: según el IERAL, el tipo de cambio efectivo para estos productos hoy resulta "entre 30 y 60% inferior al de 2006".

Respecto del rubro yerbatero, Jerónimo Lagier, representante de la producción del Instituto Nacional de Yerba Mate, alertó sobre la crisis del sector.

"En esta situación dejará de ser negocio producir yerba. Por eso, ya muchas empresas comenzaron a despedir personal. Estamos ante una situación límite, los molinos ya agotaron su capacidad de pedir crédito", comentó.

Lagier expuso que "la industria está muy presionada por la Secretaría de Comercio Interior. Es necesario un aumento de precios porque crecieron los costos".

¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta el bolsillo de los yerbateros en la actualidad? "Tenemos un gran impacto directo por los costos logísticos y por la mano de obra, que se encareció un 35 por ciento. A esto hay que agregarle el alza de varios insumos", dijo el empresario.Actividades menos rentables

Fraga recordó que "la

Argentina de 50 o 70 años atrás vio crecer fortunas de la mano de los fundadores de Havanna, de Arcor, de Mastellone, de Molinos, de Terrabussi y de tantos otros nombres ligados a las actividades agroindustriales". 

Sin embargo, sostuvo que en los últimos 40 años, "las nuevas riquezas están asociadas a la especulación financiera, a la soja, a las actividades reguladas, como la minería, el petróleo, los servicios públicos privatizados o el juego". 

"Resulta obvio que las actividades agroindustriales deberían ser de las más rentables y dinámicas en un mundo demandante de alimentos, considerando las ventajas que debería tener nuestro país en estos rubros", concluyó el economista.