El que era director general en el departamento de gestión de activos de BlackRock, Jonathan Paul Burrows, ya no podrá volver a ejercer su profesión nunca más. ¿Su pecado? Colarse en el metro de Londres durante años.

Según publica The Guardian, Burrows tenía un sueldo que rondaba el millón de libras al año, varias propiedades y una vida prácticamente completa. Aún así, este ejecutivo decidió colarse día tras día en el metro durante años, algo que le ha costado muy caro.

Técnicamente, este ejecutivo no se colaba en el metro. Su modus operandi consistía en adquirir un billete para entrar de un valor muy inferior al que realmente tenía que comprar para llegar a su destino, un procedimiento que replicó sin ser descubierto durante años.

Por ello, Burrows no sólo tuvo que pagar una multa cuantiosa, quizá eso sea lo de menos, sino que el supervisor financiero británico le ha prohibido ejercer su profesión de por vida.

La Autoridad de Conducta Financiera (FCA) ha dictaminado que no podrá volver a ocupar ningún puesto de alto nivel dentro del sector financiero.

Además deberá pagar una multa de 20.000 libras más los 25.000 que se ahorró evitando pagar el abono que le correspondía durante años.

Según The Guardian, Burrows debía comprar un billete que costa 21,5 libras al día, pero él adquiría de forma asidua un billete que costaba 7,20 libras.

Ahora, Burrows se arrepiente: "Reconozco que lo que hice fue una estupidez. He pedido perdón a todo el mundo y reitero mis disculpas públicamente... Respeto la decisión de la FCA pero la lamento profundamente, después de una carrera de 20 años en la 'City'", explica el implicado.