La modificación del impuesto interno es uno de los temas que más reclamos generó a lo largo del año, especialmente de mano de las marcas importadas, afectadas drásticamente con una caída en las ventas de 70 por ciento.

Sin embargo, a pocos meses de la medida que se conoció en enero de este año, el impacto del impuesto se trasladó a las automotrices masivas y así el ruido fue mucho más fuerte, con voces en contra que empezaron a reclamar modificaciones para evitar la suba de precios en autos del segmento medio.

Un año después del "revuelo" que se convirtió en una de las causas de la crisis del sector, junto a otros problemas que se sucedieron posteriormente, el Gobierno analiza reformas para actualizar la base mínima imponible, tal como anticipó iProfesional. Y los cambios serían inminentes.

Un alto directivo de una automotriz confió a este medio que "en pocas horas o días habrá importantes anuncios sobre el impuesto". Por otro lado, anticiparon que el incremento será del 20 al 25%, en línea con la inflación oficial.

Los importadores no están "tan felices" con la decisión porque advierten que ninguno de sus modelos serán favorecidos por las modificaciones. En más, desde Hyundai explicaron que un impuesto recién podría contemplarse a partir de los 600.000 pesos.

Los cambios en estudioHasta ahora, el impuesto contemplaba una alícuota del 30% para todos aquellos que salen de fábrica por encima de los $170.000, con la modificación que anunciará el Gobierno dicho tributo comenzará a correr cuando la unidad supere los $212.500 (de fábrica). 

En tanto, la alícuota más elevada -la del 50%, que actualmente afecta a los de más de $210.000-, pasará a alcanzar a las unidades que de línea de producción superen los $262.600.

Esta medida que anunciará la administración kirchnerista es clave, dado que el tributo, lejos de impactar sólo a los vehículos premium, terminó afectando a las versiones de modelos producidos localmente, como el Ford Focus, Renault Fluence, Citroën C4 o Peugeot 408.

Se espera que, con la adecuación de la normativa, dichas versiones de fabricación nacional queden exentas de ese impuesto.

El problema fue que la inflación fue acercando cada vez a más vehículos al límite de "precio de fábrica" de $170.000, a partir del cual comienza a tributarse la primera alícuota.

De acuerdo con un relevamiento realizado por iProfesional, de la totalidad de marcas que producen en el país y son consideradas masivas, una gran cantidad de variedades que ofrecen (ya sean de fabricación nacional o importada) o bien ya fueron alcanzadas por el impuestazo o ya estaban "al límite" de caer bajo el impacto del tributo.

Esto obligó a muchas terminales directamente a tener que discontinuar los modelos más caros en el mercado interno y destinarlos sólo a la exportación o a privilegiar la comercialización de versiones menos equipadas.

Cabe recordar que, por la influencia de este tributo, el mercado de alta gama se derrumbó, en promedio, un 75%, mientras que contribuyó a que el mercado masivo se achicara en un 30%.

Además, mientras que el tributo alcanzaba hace un año al 8,9% de los vehículos patentados afecta ahora al 17,3%. Según un informe de la consultora abeceb.com basado en datos de los concesionarios, las ventas de los autos de alta gama cayeron más de 70% en promedio durante el este año.

"Ya se firmó. Es inminente su publicación en el Boletín Oficial", contó una fuente gubernamental, que decía desconocer los porcentajes del aumento de la base. Otra fuente cercana al Gobierno indicó que estaban dando las últimas "puntadas" a la resolución y su publicación no pasaría de esta semana.

El sector busca recuperarse

Con la modificación del impuesto las marcas masivas piensan que tendrán un alivio y no tendrán que "contener los aumentos" en algunos segmentos, como sucedió en los últimos meses.

El caso de las SUV chicas es el más representativo, con precios fijados en 240.000 pesos.

Por otro lado, saben que en 2015 será clave contar con medidas de financiamiento para impulsar las ventas, ya sea una renovación de ProCreAuto u otra medida.

Hasta ahora, el plan no dio los resultados esperados.  Según datos de la Asociación de Concesionarios (ACARA), noviembre cerró con una caída mayor al 30 por ciento.

Allá por septiembre, Giorgi afirmaba que "la primera etapa del ProCreAuto fue muy exitosa, porque impulsó el aumento de patentamientos, se reactivó la demanda e hizo volver a la gente a las concesionarias".

Sin embargo, al hacer un análisis de la performance de las ventas antes y después del plan, las estadísticas mostrarían lo contrario.

En efecto, entre enero y junio de este año (es decir, en momentos previos a la irrupción de la iniciativa), las ventas acumulaban una caída del 24% respecto del primer semestre de 2013.

Ahora bien, ¿cómo evolucionó el nivel de comercialización desde julio (mes en el que comenzó a operar a pleno el ProCreAuto fase I) hasta la segunda quincena de noviembre? Como si se tratara del "reino del revés", no sólo no mejoró, sino que la tasa de caída se profundizó considerablemente.

En efecto, en lo que va del segundo semestre, se patentaron 252.900 vehículos, un 32% menos que los casi 372.000 del mismo período del año pasado.

Así las cosas, en lo que va del año, el sector acumula una caída total del 27%.

Se cree que la falta de stock es un problema, y que la habilitación de dólares mejoraría la situación.

Días atrás, el Gobierno amplió el cupo hasta los u$s150 millones por mes, una cifra que igualmente para el sector "no es suficiente", según expresó Isela Constantini, presidenta de GM.

En tanto, el titular de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi afirmó que "si queremos un mercado de 700 mil unidades, necesitamos u$s3.000 millones por año", es decir, un promedio de u$s250 millones mensuales.