El dato es de junio de 2014 y lo publicó la Secretaría de Finanzas a cargo de Pablo López, pero no deja de perder actualidad, ya que muestra que la deuda pública al cierre de junio 2014, ascendió a u$s198.863 millones.

Este número significó un aumento nominal de 1,3% nominal en un año, pero bajó 0,8 puntos en términos de PBI, aunque en comparación con el cierre de 2013 se elevó en más de tres puntos del producto bruto interno, como adelantó en exclusiva Infobae el último día hábil de diciembre.

En el informe de deuda se advierte la profundización de la política del gobierno -en particular el nacional- de cancelar compromisos asumidos en moneda local y acrecentar los nominados en moneda extranjera, principalmente en dólares en términos absolutos, pero más intenso en euros, yenes y otras divisas en valores relativos, pese a su mayor costo.

Se trata de una tendencia que se manifiesta desde el inicio del gobierno de Cristina Kirchner, pero sin duda se agudizó en el último año. Al cierre de 2007 la porción del endeudamiento del sector público en su conjunto en pesos era del 47,2 por ciento del total, pasó a 40,9% en el segundo trimestre de 2013 y un año después se achicó más que en los seis previos: 8,7 puntos porcentuales, a 32,2 por ciento.

Por el contrario, pese a las dificultades que históricamente acusó la economía argentina para acumular reservas en divisas en forma sostenida, el endeudamiento en moneda extranjera saltó de 52,8% en 2007 a 59,1 seis años después y ahora, el último dato conocido indica que se catapultó a casi 68% del total.

Según Infobae, esta nueva estructura de los compromisos del sector público nacional contribuye a generar estrés en el mercado de cambios, porque las principales fuentes generadoras de recursos fiscales, como son los impuestos y las ganancias del Banco Central y Anses, son en pesos.

Según Rodolfo Santángelo de la Consultora M&S, en el último año la deuda en pesos tuvo un costo nominal promedio de 13,6% anual, con un extremo de 29% la ajustada por inflación y 7,3% el resto, mientras que la constituida en divisas fue de casi el 36% anual en pesos, porque a la tasa de interés en moneda extranjera que varía entre un mínimo de 1,66% anual en yenes y un máximo de 4,81% en euros, se le agrega el efecto de la suba del tipo de cambio oficial en 31 por ciento.

Para atenuar ese impacto el Gobierno mantiene desde 2007 la práctica de pagar vencimientos de deuda en divisas con las reservas del Banco Central y las convierte en obligaciones en pesos a 10 años de plazo, fenómeno que ha conducido a debilitar la posición externa del país y con ello forzado la recesión y disparar la inflación.

No obstante esa brecha negativa del costo real para el fisco y el manifiesto rechazo del gobierno nacional a que los argentinos dolaricen sus carteras con moneda extranjera, principalmente dólares, a la hora de endeudarse prefiere hacerlo en dinero foráneo: en dólares aumentó en 15,8%, casi 15.000 millones en un año; 16,6% en euros (3.110 millones) y en más de 40% en otras divisas (900 millones).