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¿Dólar ahorro "mata" consumo?: así­ está la pulseada entre billetes verdes y shoppings

En 2014, AFIP autorizó la adquisición de billetes por el equivalente a casi $30.000 M, cifra similar a la facturación de los mayores centros comerciales
22/01/2015 - 14:10hs
¿Dólar ahorro "mata" consumo?: así­ está la pulseada entre billetes verdes y shoppings

La evolución del llamado "dólar ahorro" tuvo un peso decisivo a la hora de marcarle el pulso al mercado cambiario. 

Los miles de ahorristas que en cada arranque de mes se fueron agolpando ante las ventanillas de la AFIP, sin dudas le dieron una mano importante a Alejandro Vanoli cuando se hizo cargo de un "sillón caliente" como lo es la titularidad del BCRA.

Allá por octubre, cuando el mercado estaba inquieto por el reciente default selectivo y las consultoras hablaban de una devaluación "inminente", las ventas de billetes verdes autorizadas por el organismo que conduce Ricardo Echegaray fueron una muestra clara de la incertidumbre que reinaba entre los ahorristas.

Pero no es menos cierto que estos compradores fueron funcionales a los objetivos de Vanoli de planchar el precio del informal.

En cada comienzo de mes, la demanda de divisas estadounidenses al precio oficial (más un 20%) se disparaba, ante las mayores solicitudes de un público que luego las revendía en el mercado paralelo, movimiento que hizo que algunos analistas pasaran a llamarlo "dólar desahorro".

"El 90% de las personas que compran con la autorización de la AFIP luego revenden en cuevas o a conocidos", fue la contundente afirmación de Aldo Pignanelli, ex titular del Banco Central.

De esta forma, fueron los mismos ahorristas los que, especialmente en la última etapa del 2014, contribuyeron a que el blue se mantuviera calmo, de la mano de un aumento de la oferta.

Pero esta "bicicleta" que había cobrado gran impulso en octubre (para luego ir desacelerándose, conforme cambiaron las expectativas) y que tan funcional le resultara a la política cambiaria del Gobierno, terminó generando "efectos colaterales".

Sucede que, a lo largo de todo 2014, los argentinos realizaron 4,6 millones de operaciones a través de la ventanilla de la AFIP para hacerse de u$s3.000 millones.

Traducido en moneda local, esto implica que los ahorristas destinaron cerca de $25.000 millones para cubrir estas compras durante el año pasado.

Claro que si a esa cifra se le suma el 20% de recargo a cuenta de Ganancias que deben abonar quienes quieren hacerse de billetes verdes, esto significa que los argentinos se desprendieron en 2014 de casi $29.500 millones, los cuales no pudieron ser canalizados hacia otros destinos, como el consumo.

El dato cobra gran relevancia al considerar que ese volumen de pesos superó incluso a todas las ventas registradas en cerca de los 40 grandes centros de compras de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano a lo largo de casi todo el año pasado.

En efecto, según se desprende de estadísticas oficiales, durante el período enero-noviembre, los más de 2.900 locales comerciales ubicados en 36 shoppings facturaron una cifra estimada de $28.800 millones, lo que deja a las claras cómo el "dólar ahorro" le jugó una fuerte pulseada al consumo (ver cuadro).

Según Jorge Todesca, titular de la consultora Finsoport, existe una relación directa entre la inclinación a comprar divisas en el mercado formal y el menor dinamismo en las compras: "Cuanto más elevada es la presión para obtener dólares, mayor entonces es la caída del consumo".

En sintonía con esta apreciación, datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) revelaron que en 2014 las ventas minoristas registraron un preocupante descenso del 6,5%, concluyendo así el tercer período consecutivo con tasas negativas (ver cuadro). 

No sólo eso: para encontrar una caída mayor a la registrada el año pasado hay que retrotraerse al 2009, en pleno impacto de la crisis internacional.

"El patrón de comportamiento que prevaleció en los sectores de ingresos bajos, medios, e incluso en segmentos medios-altos, fue controlar el presupuesto, establecer prioridades de consumo, aprovechar las oportunidades de financiamiento y esperar las ofertas del mercado. Alrededor de ese esquema giró el movimiento comercial de casi todo 2014", señalaron desde la entidad.

"Hubo promociones todo el año, algunos locales optaron por liquidaciones permanentes para darle rotación a los productos. Pero, aun así, la venta fue tranquila. Las familias compraron lo necesario y sólo corrieron detrás de las oportunidades cuando éstas eran muy buenas", agregaron desde la CAME.

Y, si bien hubo un repunte hacia el último mes de 2014, esto no fue suficiente para compensar un período flojo.

"El año concluyó con un diciembre activo, donde las ventas minoristas subieron 2% anual luego de 11 meses consecutivos en baja. Si bien ese repunte permitió dotar de liquidez a muchos comercios que venían financieramente debilitados, no alcanzó para revertir la tendencia", completaron desde CAME.

Se impone el cuidado del bolsillo

La caída en las compras se volvió tan notoria en los últimos meses que, inclusive, las fórmulas que tradicionalmente funcionaban cuando eran aplicadas por las marcas, empezaron a mostrar un evidente desgaste.

De hecho, tal como lo señalara iProfesional, en 2014 se llegaron a ofrecer rebajas de hasta un 40% para incentivar a los argentinos a consumir  -además de eventos como el CyberMonday y las rebajas navideñas-. Sin embargo, no resultaron suficientes para cambiar la inercia.

En este sentido, desde la CAME pusieron la lupa en la pérdida de efectividad de las acciones promocionales que se desarrollaron: "Las fechas especiales tampoco tuvieron la fuerza de otros años para estimular las compras. En festejos donde el regalo tiene un rol importante, como son el Día de la Madre, del Padre o del Niño, las ventas finalizaron en baja".

Para los economistas, este desplome es una consecuencia de bolsillos más apretados, a raíz de la caída del salario real que imperó a lo largo del 2014. 

En este punto, Todesca remarcó que "los ingresos se fueron licuando por la suba de precios", para luego señalar que "esto llevó a que el gasto de los argentinos aumente pero, a la vez, se compren cada vez menos unidades".

En un escenario en el que la inflación anual se ubicó cerca de un 38% -según datos de consultoras privadas-, y los ingresos crecieron 30% en términos nominales, más familias se vieron obligadas a empezar a cuidar sus presupuestos.

Según refleja un estudio de Finsoport, "la contracción de los salarios reales se profundizó, finalizando 2014 con una caída cercana al 10%". 

La mayor cautela, que se extendió a lo largo de todo el año pasado, se hizo notar en los shoppings, dado que rubros clave como indumentaria resultaron ser uno de los principales afectados por la caída en las ventas.

Según la CAME, este ítem sufrió una baja del 6% en la cantidad de unidades comercializadas respecto de 2013.

Otro de los rubros en los que impactó con fuerza el cuidado del bolsillo fue el de línea blanca y artículos electrónicos, segmento en el cual la caída en ventas en todo el año se ubicó por encima del 8%

La merma en el nivel de gasto de los argentinos se hizo más notoria en el caso de los bienes durables, como autos y motos, con bajas también influenciadas por la pérdida del poder adquisitivo y el efecto del impuesto interno.

Según datos de ACARA, 2014 culminó con un desplome en los patentamientos de los 0Km de casi 30%, con un diciembre "negro", que registró una caída del 42%, la mayor para ese mes en más de una década.

En el caso de las motos, el derrumbe fue del 34% respecto a 2013, lo que derivó en cierres de agencias y pérdidas de puestos de trabajo.

Desde la consultora Abeceb destacan un dato no menor para la industria automotriz: en la actualidad, la AFIP permite a contribuyentes que tengan ingresos mínimos cercanos a los $9.500, destinar el 20% a la compra de dólares, lo que equivale a casi $2.000 mensuales.

Esee monto hoy le compite de manera directa a, por ejemplo, una cuota del plan ProCreAuto, que promedia los $3.000.

Un año marcado por las expectativas

Al cierre del 2014, Vanoli había asegurado que el Gobierno no sólo no estaba pensando en "generar ninguna restricción adicional" en lo cambiario, sino que -por el contrario- tenía "vocación" de ir flexibilizando gradualmente las restricciones durante 2015 para ir hacia "una normalización completa".

Sin embargo, días después, el ministro Kicillof lo contradijo de plano, al negar que esté bajo estudio una liberación del cepo.

Son varios los analistas que advierten que, sin restricciones a la compra de divisas, sería cuestión de días hasta que las reservas del Central entren en verdadera fase crítica. A lo que se sumaría una mayor "competencia" para un consumo ya muy golpeado. 

Por lo pronto, sólo en diciembre, el BCRA volcó más de $60.000 millones adicionales al mercado y el ritmo de emisión de pesos saltó del 20% al 25%.

El aumento de "cash" en la plaza, en una época en la que estacionalmente sube la demanda de dólares, amenaza con incrementar la presión cambiaria en las próximas semanas y complicar la tarea que venía llevando adelante Vanoli.

Por el momento, el "termómetro" dado por el "dólar ahorro" no se disparó y la demanda de billetes verdes se mantiene en niveles elevados pero aún levemente por debajo del récord.

Durante las tres primeras semanas de enero, las compras treparon hasta los u$s357 millones, unos u$s20 millones menos que lo que se había registrado en octubre para el mismo período. 

Las claves sobre cómo evolucionará de ahora en más la demanda de divisas, pasarán por las expectativas, comenzando por la suerte que corra la negociación con los fondos buitre.

Para economistas como Miguel Bein, en caso de no haber acuerdo con los holdouts (como ya dieron a entender desde la administración K), la economía podría contraerse un 3%, con un efecto negativo en la industria, el empleo y el consumo

Bajo esta perspectiva, desde Abeceb no se muestran optimistas respecto al ritmo de compras por parte de los argentinos.

Consideran que "el consumo continuará dando cuenta de un magro comportamiento, luego de que en 2014 se convirtiera en uno de los grandes perdedores del giro de la política económica".

En tanto, desde Ecolatina, advirtieron que para empujar el nivel de demanda, "con sostener la estabilidad cambiaria lograda no alcanza. El Gobierno deberá además reactivar la economía. Sin embargo, para que la actividad repunte será necesario contar con las divisas suficientes para abastecer la demanda interna, ya sea de importación de insumos para la producción o de bienes finales". 

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